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Fin al sueño copero del heroico Arenteiro

El sueño del Arenteiro tocó a su fin de forma cruel, tras un esfuerzo hercúleo que por momentos apuntaba, de nuevo, a gesta. El gol de Marcos en el minuto 42 disparó la confianza de un bloque pletórico, que mantuvo el tipo pese a recibir el empate justo antes del descanso en un polémico penalti que transformó Carrasco. Los pupilos de Javi Rey llevaron al límite a un sólido Atlético, y mantuvieron el empate hasta que las fuerzas le abandonaron. La resistencia de Diego, que le detuvo una pena máxima –nuevamente muy discutida– a Morata se quebró en un zurdazo desde la frontal del área de Barrios. Las últimas balas verdes ya no tenían pólvora y Carrasco, al contragolpe, cerró el glorioso camino copero en el que el Arenteiro se ha ganado a buena parte del fútbol español.

Entre la incredulidad, emoción, nervios y una gran dosis de esperanza vivió el día de ayer la afición carballiñesa, agolpada en los aledaños de su templo desde dos horas y media antes del comienzo del choque más importante de su historia. El regreso del Atlético a tierras ourensanas, 18 años después de que visitase O Couto también en Copa del Rey (0-3 contra CD Ourense, con Simeone sobre el terreno de juego) potenció la incansable ambición de una escuadra que estuvo arropada desde la grada por su arquitecto, Fran Justo, y que ni siquiera mostró los nervios que durante algunos compases le penalizaron contra el Almería. Antes del comienzo también se produjo el anuncio de la retirada del delantero coruñés Uxío da Pena, integrante de la convocatoria ante el equipo de sus amores.

Con confianza absoluta en su habitual modelo de juego le hizo ver a su gigantesco oponente que era capaz de subirse a sus barbas. Simeone alineó a seis mundialistas para minimizar las sorpresas, y aunque consiguió hacerse con la manija del duelo tras los diez primeros minutos, no fue capaz de someter a un Arenteiro que resistió las embestidas de Lemar y Koke. El capitán rojiblanco fue precisamente el protagonista de un enfrentamiento verbal con Javi Rey que terminó con el preparador ourensano expulsado, pese a la mediación ante el colegiado del Cholo Simeone, que ayer alcanzó los 600 partidos en el banquillo rojiblanco.

El comprometido derroche le sirvió a los locales para mantener el pulso contra un Atlético muy peligroso en las contras. Morata, hábil en el abismo del fuera de juego, tuvo dos buenas opciones ante Diego que no logró convertir. El paso de los minutos agudizó el sufrimiento de los jugadores del colectivo de la villa del Orcellón, pero de un rechace, Germán Nóvoa se sacó un afortunado centro al área que Marcos, al borde del fuera de juego y aprovechando una desatención en el marcaje de Marcos Llorente, envió con una parábola al fondo de la red. Fue efímera la alegría en la extasiada hinchada verde, ya que el cuadro colchonero logró minimizar daños y alcanzar el descanso en igualdad al convertir Carrasco un polémico penalti cometido por Pol Bueso sobre Giménez.

Jugó la baza psicológica Javi Rey de demorar la salida de sus pupilos en el descanso para meter presión a un Atlético que ya había asumido que le tocaba sufrir. Los anfitriones se vieron con las fuerzas suficientes para plantearle un pulso de poder a poder y el encuentro, para goce de los espectadores, aumentó su intensidad. Barrios, con un remate sin apenas potencia, abrió la poco prolífica cuenta de ocasiones. La emoción estaba en otros sectores del campo, con un despliegue físico y táctico del bando local propio de un equipo de superior categoría. Al filo de la hora de partido, el asturiano González Fuertes, agradecido por no tener la supervisión del VAR y en una actitud muy condescendiente con el pez grande, apreció penalti en un choque forzado por Carrasco ante Vitra. El jugador belga le cedió la ejecución a Morata, que disparó centrado y se encontró con la erguida figura de Diego.

Sin posibilidad de alardes ofensivos, los locales mantuvieron el pulso hasta que las piernas se quedaron sin gasolina. Mientras Javi Rey se desgañitaba por llamada telefónica con uno de sus ayudantes en una de las cabinas de prensa ante la necesidad de refrescar al equipo porque varios jugadores ya no llegaban a las ayudas, llegó el 1-2 de Barrios en un disparo que se le escurrió a Diego. El mazazo fue como una primera asimilación colectiva de que el sueño se había roto. Pese a que el Arenteiro nunca bajó los brazos, la igualada nunca pareció cercana, y en una contra ya en la prolongación, Carrasco sentenció con crueldad.

FICHA TÉCNICA

Arenteiro: Diego; Germán Nóvoa (Jordan, min. 77), Vita, Pol Bueso, José Carlos; Rivelott (Rafa Mella, min. 80), Álex Fernández; Pibe (Adrián Cruz, min. 77), Manin (David Álvarez, min. 80), Marcos (Romay, min. 78); y Escobar.

Atlético de Madrid: Oblak; Marcos Llorente, Giménez, Savic, Hermoso (Reinildo, min. 69); Koke (Alberto Moreno, min. 69), Barrios, Witsel, Carrasco; Lemar (Kondogbia, min. 80); y Morata.

Árbitro: González Fuertes (Comité asturiano). Expulsó por roja directa al técnico Javi Rey (min. 22) y al delegado Chechu (min. 67), ambos del Arenteiro. Amonestó a los locales Pol Bueso, Escobar, Adrián Cruz y Álex Fernández y a los visitantes Giménez, Hermoso, Morata y Lemar.

Goles: 1-0 Marcos (min. 42). 1-1 Carrasco, de penalti (min. 45). 1-2 Barrios (min. 77). 1-3 Carrasco (min. 91).

Espiñedo. 2.800 espectadores, espectacular ambiente con dos gradas supletorias instaladas para la ocasión.

23 dic 2022 / 01:00
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