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Jesús Ramírez: “La unión entre el Obra y Hobbs será muy buena para ambos”

El entrenador catalán ve un acierto el fichaje de su expupilo en Ulm y subraya el potencial de Filipovity, a quien dirigió en el Alba Fehervar

Ya hay cartel del Monbus Obradoiro 2021/22, un elenco prometedor y que conforma un bloque reconocible a la espera de comprobar cómo se alinean las piezas en el parqué. Dos de los seis fichajes coincidieron recientemente con Jesús Ramírez, entrenador catalán con experiencia en España, Alemania, Hungría y Polonia que acaba de ser designado nuevo primer técnico del Basketball Löwen Braunschweig de la Bundesliga. Aunque en deporte dos y dos no siempre suman cuatro, no duda de que Braydon Hobbs y Marko Filipovity cuentan con todos los ingredientes para triunfar en Sar.

Ramírez conoce bien a ambos así como al Monbus Obradoiro pues fue uno de los invitados en la segunda edición del clínic Desmontando al entrenador ayudante (2014) y no ha perdido contacto con los integrantes del cuerpo técnico santiagués. El preparador nacido en Granollers, de 41 años de edad, ejerció de entrenador ayudante en el Ratiopharm Ulm germano, de 2011 a 2017 (allí jugó Hobbs en el curso 2016/17), y en el Bilbao Basket 2017/18. Después asumió las riendas del banquillo del Alba Fehervar húngaro (2018 a 2020), donde dirigió un año a Filipovity, y en el último curso entrenó al Wilki Morskie Szczecin de la liga polaca.

Cuestionado por EL CORREO, Ramírez se deshace en elogios hacia Hobbs. “No me sorprende su fichaje porque conozco a las dos partes y creo que es muy buena unión para ambos. En estilo de juego, en carácter... Braydon es un tío increíble, muy buena persona. Conociendo los dos lados, los veo juntos”, admite el catalán.

Hace años que el Obra seguía la pista a Hobbs, aunque a Ramírez no le sorprende que el base haya decidido recalar en Sar tras vestir las camisetas de algunos de los clubes punteros de Alemania: “No lo veo un paso atrás ni muchísimo menos. Seguirá jugando en buenos equipos: Ulm, Múnich, Oldenburg y ahora Obradoiro”. Y apostilla: “Le felicité por el fichaje, le dije que iba a estar bien y que era un muy buen club”.

Baloncestísticamente, Ramírez radiografía así al base estadounidense de 32 años: “Es extremadamente inteligente, conoce el juego y castiga cualquier pequeño error defensivo. Encuentra las ventajas muy fácil, es un base alto, con mucha visión y un buen tiro de tres, con una mecánica rápida y natural”. Según esas pinceladas, ¿es un base director con capacidad para romper en uno contra uno? “Tiene las dos versiones. Creo que es más natural encontrando ventajas, buscando a los compañeros, tiradores, gente interior..., pero a la vez tiene mucha facilidad para meter tiros y muchas veces tiros importantes”, responde.

Militó como rookie en el Cáceres de LEB (2012/13), pero Hobbs debutará ahora en la Liga Endesa. “No quiero decir que sea automático ni que vaya a hacer clic ya al principio, pero se va a adaptar y va a jugar bien”, confía el técnico del Löwen Braunschweig.

FÍSICO Y TIRO. También promete la incorporación de Marko Filipovity, un 3-4 que parte principalmente como ala-pívot. Fue entrenado por el catalán en el curso 2018/19, en el Alba Fehervar húngaro, antes de que el internacional magiar vistiese las camisetas del Falco KC Szombathely de su país y del Pésaro italiano.

“Es un jugador con un potencial físico muy grande. A campo abierto es muy difícil de defender y sus características se basan en ir directo al aro y el tiro de tres. Es grande, tiene una mecánica alta y cuando está con confianza, mete”, explica Ramírez. A punto de cumplir 25 años (lo hará el día 30), su mejor versión está por llegar aunque sus opciones de dar el salto a un grande dependerán de su evolución: “Tiene las herramientas para ser un muy buen jugador, y ya lo es. Así como Hobbs tiene esa madurez en el juego, él está en el proceso de madurar. En función de cómo lo haga irá en una dirección o en otra, pero el potencial lo tiene seguro”.

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Una persona ‘top’ y un trabajador incansable

··· Para fichar por el Monbus Obradoiro no basta con ser bueno en la pista, pues el club trata de evitar a los jugadores problemáticos. No parece ser el caso de Hobbs ni de Filipovity a tenor de la descripción que Jesús Ramírez da de ambos. “Braydon es un buen jugador pero como persona es aún mejor. Es muy buen tío para meter en cualquier grupo, no solo en un equipo de baloncesto. Si tienes un grupo de amigos que va a tomar una cerveza o a caminar a la montaña, él sumaría. Es muy simpático, muy buen tío, de las mejores personas que me he encontrado en el baloncesto”.

··· Filipovity, con raíces croatas por su lado paterno, es diferente. “Él tiene muy claro que quiere ser el mejor jugador de baloncesto posible. Va muy encarado a eso, es un chico más bien introvertido pero que está muy enfocado a trabajar, a mejorar, a hacer lo que le pidan. Lo tiene como objetivo y está en su personalidad. No está para muchas tonterías”, apunta Ramírez.

20 jul 2021 / 01:00
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