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aquellos maravillosos aros (103) >2003. Entrenó igual a ellas que a ellos, pasó por Valencia, Vigo, Barcelona... // Ganó Copa, Liga y Euroliga // Asidua invitada de la WNBA, le faltó dirigir un club ACB

Laia Palau, Sílvia Domínguez o Anna Cruz

A veces nuestro baloncesto se pavonea, presume de ser el deporte más tolerante, luego revisas las ligas profesionales y ves tantas mujeres entrenando como en las verdes praderas del gol: ninguna.

Llegará ese amanecer, tarde pero arribará y habrá que pensar en Carme Lluveras Puig y decir: gracias.

Nacida en Hospitalet de Llobregat, de niña fue repartiendo su entusiasmo entre el basket y el piano, jugando con una garra que anteponía su personalidad senior, tanto que alguna vez ella ha dicho que, hoy, hubiera echado a la calle al minuto a aquella joven base lenguaraz.

La popa de quienes entrenan en la banda bascula según el mar de resultados. Ante la tripulación, cabe mal la timidez . El temperamento es mejor acogido para dar instrucciones. Y de eso, Carme va sobrada.

Su barco fue progresando. Así, en los primeros 80 ya despunta como coach al frente del Natural Cusí, del Masnou (tierra de Ricky Rubio). Ganan la Copa de la Reina del curso 1984/1985. Luego, ficha por Dorna Godella (Valencia) o el Xerox Vigo de 1991/1992), que revive las cenizas del desaparecido Celta, desaparecido en 1988 cuando Carme iba a dirigir la plantilla (cuenta Luis Alberto Rey Lama, en Charlas bajo la canasta). Luego llega al Reus, antes de saltar al Aracena masculino, que sube cada año hasta 1999, ya en EBA.

Su nombre empieza a resonar y ponen en sus manos el proyecto del Universitari de Barcelona, donde logra la Liga Femenina en la temporada 2002-2003. Y a lo grande.

Esa final reta toda su alma porque la muerte de su hermana coincide con el quinto y definitivo encuentro, donde las suyas voltean el viento para convertir un 70-66 en contra en un 70-72 definitivo con Isa Sánchez y Laia Palau escribiendo sobre la cancha un final imposible. Y real.

Es entonces cuando Carme propone a la directiva culé ser parte del grupo de ayudantes del Barcelona masculino de Pesic... La idea naufraga dentro de la directiva que preside Joan Laporta.

A finales de 2004, Carme se une al equipo técnico de Sergio Scariolo en el Unicaja de Málaga pero “en calidad de asistente voluntaria”.

Es un esperanzador casi sí.

En 2006, es nombrada manager general del Ros Casares Valencia, lujosa nao que logra la Copa de Europa en 2012 y un tris después... encalla. Durante esa estancia levantina, viaja como entrenadora invitada en la WNBA. Justo aplauso.

Hoy día, La Carmeta es comentarista en Catalunya Radio, viste menos chaquetas llamativas que antes pero mantiene el porte juvenil que le otorga el pelo corto, la juvenil delgadez y su descaro.

Tenaz, brava, fan de los puzzles, ve cómo nuestro baloncesto aún sigue buscando pieza de igualdad.

REACCIONES Àlex Gozalbo, periodista catalán a que conoce bien a Carme Lluveras, hace para EL CORREO este retrato: “Es una competidora compulsiva que se crece cuando el reto es más adverso. Ya sea desde el banquillo o desde los despachos siempre ha llevado a sus equipos a competir al límite de sus posibilidades. Todo lo que propone lo hace con una convicción contagiosa. Su liderazgo es absorbente y empático, pero exigente hasta el extremo. Eleva el nivel de los entrenamientos a un nivel físico y psicológico superior al de muchos partidos. Cuando están con ella, los jugadores y las jugadoras se quejan. Cuando acaban su carrera, reconocen que nunca jugaron mejor que a sus órdenes. Tácticamente nunca ha dejado de reciclarse, viendo entrenar en directo a los mejores técnicos del mundo o viajando cada verano a la WNBA para estar al día de las innovaciones metodológicas. Y sabe detectar el talento y darle oportunidades, independientemente de la edad. Puso a competir a Laia Palau, Sílvia Domínguez o Anna Cruz con las mejores a muy temprana edad”, señala Gozalbo citando a Palau, quien suele reiterar en las entrevistas que entrenar de joven con Lluveras le cambió el chip competitivo. Montse Vicent, entrenadora del Basquet CAT, resalta de Carme: “Aparte de ser buena entrenadora, lo ha sido en ligas femeninas y masculinas”. Y Joan Espino, técnico del CB Tona, de Osona (Barcelona), lo resume: “Competía al máximo a base de trabajo, trabajo y trabajo”.

03 ago 2020 / 01:00
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