Las dificultades
TODOS LOS EQUIPOS las tienen en una competición tan exigente como la Liga ACB, incluso los más grandes y de mayor presupuesto como puede ser el caso del Barça o de cualquier equipo que está compitiendo en la Euroliga. Jugando cuatro partidos a la semana, solamente tienen tiempo para competir, viajar y recuperar, y, a veces, pueden dedicar medio entrenamiento para preparar un partido. El vídeo y el verso se convierten en las herramientas de los entrenadores, porque su traslación a la pista se hace imposible o muy dificultosa. Mejorar sin poder entrenar en condiciones es muy difícil.
En el caso del Obra las dificultades fueron otras, dos jugadores renqueantes más Suárez lesionado, dejaron el fondo de armario tan ajustado que el nivel del entrenamiento se resiente y no puedes entrenar con los niveles de exigencia que se necesita para preparar debidamente un partido contra un equipo que te va a exigir jugar a un nivel muy alto en lo táctico, en lo físico y en el acierto. Si alguna de estas premisas no se alcanza con un mínimo de optimización la estructura competitiva cruje y la meta de la victoria se antoja más lejana.
El Barça, aparte de su plantilla, muy larga y con mucha calidad, tiene una impronta que es innegociable para Jasikevicius que es su gran nivel defensivo. Rota, rota y rota intentando mantener una defensa que es muy complicada sobre todo cuando el atacante no tiene acierto tras circular en balón muy rápido y encontrar buenas posiciones de tiro. El Obra no empezó acertado y el Barça jugó con mucha comodidad en ataque con reflejo inmediato en el marcador. Cometieron el error de pensar que estaba hecho y tras encadenar una excelente racha de acierto y juego, el Obra llegó al descanso con las espadas en alto tras una remontada muy emocionante, en una primera parte muy vistosa por parte de ambos equipos. Después los porcentajes bajaron y aparecieron las lagunas y distancias que hay entre ambas plantillas y aunque nunca se bajaron los brazos por parte de los locales, el tiempo y control del juego era para Davies, Calathes, Mirotic y compañía. Ni se enteraron de la ausencia de Cory Higgins.
En el Obra estuvo soberbio y espectacular Birutis, imparable en ambos lados, jugando dentro de las zonas un baloncesto de muchos kilates. Solo tuvo de escudero a Scrubb ya que Robertson, muy bien defendido, estuvo más discreto que en otras ocasiones. Hobbs y Beliauskas, sin poder entrenar en condiciones, no aparecieron y el equipo sólo pudo anotar 64 puntos. La novedad fue la aparición de Filipovity en la faceta anotadora en la que hasta ahora había estado inédito y la nueva oportunidad con la que Moncho premió el trabajo de Huguet en los entrenamientos.
La próxima jornada va a exigir que se hagan bien los deberes por parte del Obra ganando en Bilbao. Si es capaz de hacerlo, puede ser una jornada muy propicia si el Tenerife y el Real Madrid cumplen ganando ante Betis y Fuenlabrada. Sabemos que Miribilla, ahora Bilbao Arena, no es una cancha fácil.
Malas noticias para el equipo EBA que en León perdió de forma contundente su imbatibilidad y el liderato.