Ligamento cruzado posterior, el gran olvidado
esta semana nos vamos a centrar en el ligamento cruzado posterior, el gran olvidado de la rodilla por culpa de la temida lesión del ligamento cruzado anterior.
El ligamento cruzado posterior es el principal estabilizador posterior de la rodilla por su localización en el eje central de la articulación y por su resistencia a la tracción, ya que aporta el 90 por ciento de la fuerza necesaria para impedir el desplazamiento posterior de la tibia.
Estas lesiones se suelen producir por traumatismos de alta energía, por hiperextensión de rodilla, o por traumatismos directos sobre la cara anterior de la pierna con la rodilla flexionada, como cuando se produce un choque frontal en un accidente de tráfico con las rodillas del afectado sobre el salpicadero o en el caso de un choque de un delantero con un portero el cual tiene la rodilla flexionada para parar el balón.
A diferencia de la rotura del ligamento cruzado anterior en la que en casi todos los casos su tratamiento es quirúrgico, en la rotura aislada del ligamento cruzado posterior se estima que la mitad de los pacientes podrán retornar a su actividad deportiva y laboral con normalidad, sin realizar una intervención quirúrgica. En estos casos, con un control estricto, y con diferentes órtesis estabilizadoras.
Los pacientes con lesiones del ligamento cruzado posterior pueden presentar inestabilidad en ciertos gestos en los que necesitar flexionar (doblar la rodilla) con cierto peso, como por ejemplo al bajar escaleras o agacharse para cargar pesos. Pero si son aisladas, suelen tolerar bien el dolor y la inestabilidad debido a que estas lesiones a diferencia del ligamento cruzado anterior pueden cicatrizar.
Pero, ¿y en qué casos recomendamos una cirugía?
-Lesiones combinadas con otros ligamentos, llamadas lesiones multiligamentarias, la opción es el tratamiento quirúrgico debido al alto grado de inestabilidad en la rodilla.
-En pacientes con roturas aisladas del ligamento cruzado posterior de larga evolución, en los que pese a una adecuada potenciación muscular manifiestan dolor de rodilla y fallos, puede ser necesaria una reconstrucción del ligamento cruzado posterior mediante cirugía.
-Los pacientes con una lesión aguda, reciente, del ligamento cruzado posterior con una avulsión ósea en la zona tibial, se puede realizar una reparación o fijación primaria durante las primeras semanas tras el traumatismo.
Como siempre, cuando surja cualquier tipo de sospecha de que se pueda sufrir esta lesión, la recomendación es acudir al traumatólogo de confianza para una mejor valoración.