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Lo diverso juega, lo diverso vive

EN EL MISMO Reich en el que un dictador afirmaba que las personas con discapacidades físicas y mentales eran inútiles, una amenaza para la pureza genética, que no merecían la vida y que ideó el programa T-4 o de eutanasia para perseguirlas y asesinarlas, nació un médico que opinaba todo lo contrario.

Casi una olimpiada después de que el barón de Coubertin pusiese en marcha en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna, nacía en la actual Polonia Ludwig Guttmann, su alter ego en el movimiento paralímpico.

Si bien la olimpiada es “el período de cuatro años comprendido entre dos celebraciones consecutivas de los Juegos”, los paralímpicos tuvieron que esperar 92 para celebrarse inmediatamente después de los olímpicos, en la misma ciudad y usando las mismas instalaciones, algo que ya no pudo testimoniar Guttmann, desaparecido por una trombosis coronaria en 1980. Pero el germen de los Juegos Paralímpicos reside precisamente en él. Como médico de origen judío tuvo que dejar de ejercer en hospitales arios y dirigir el Hospital Judío de Breslau. Las muertes de su padre en un campo de concentración y de su hermana en una cámara de gas no frenaron el ímpetu por defender a su pueblo y solo abandonó Alemania cuando fue juzgado por atender a 64 judíos que escapaban de la Gestapo en la Noche de los Cristales Rotos.

Consiguió refugiarse con su familia en Gran Bretaña y allí estudió la rehabilitación de soldados con heridas en la médula espinal cuya mortalidad era del 80%. El Gobierno británico creó el hospital de Stoke Mandeville y Guttmann aceptó ser su director con la condición de poder tratar a los pacientes a su manera, sin interferencias. Quería integrarlos como miembros útiles y respetados, mientras otros opinaban que no merecía la pena dedicar tantos recursos a personas con impedimentos tan grandes. Y para ello utilizó el deporte.

“Comenzamos con juegos simples como los dardos, billar o una especie de boliche y los pacientes reaccionaban físicamente y psicológicamente”. A estos juegos se le sumaron el polo, el baloncesto en silla de ruedas y el tiro con arco, que fue el único deporte competitivo en los Primeros Juegos de Stoke Mandeville, en 1948, de forma paralela a los Juegos de Londres, con 14 hombres y dos mujeres. En 1951 los Juegos ya incluían cuatro deportes y 126 participantes y en 1952 alcanzaron el rango de internacional con la participación de un hospital de los Países Bajos. Un año antes de la oficialidad de los primeros Juegos Paralímpicos en Roma, se contabilizaron 360 competidores de un total de 20 países.

Hoy compiten 4.400 deportistas de 160 países en las cerca de 140 categorías de 22 deportes en función de la discapacidad de cada uno. Supongo que tras 73 años de visibilidad, estamos más que preparados para la inclusión.

Porque quizás ante de lanzarnos al espacio exterior e irnos a poblar otros planetas, deberíamos desarrollar un coeficiente para convivir (y competir) todos juntos y en igualdad de condiciones en este.

02 sep 2021 / 00:31
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