López: “Es uno de los días más felices en la historia de un club”
El presidente del Monbus Obradoiro pone en valor la fusión de “muchos esfuerzos” para que la entidad santiaguesa alcanzase ayer sus bodas de oro
“Hoy es uno de los días más felices en la historia de un club”. Así comenzaba ayer el presidente del Monbus Obradoiro, Raúl López, su intervención en el pequeño acto de homenaje con motivo del cincuenta aniversario de la entidad compostelana durante el que se entregó al presidente de honor, José Ángel Docobo, una camiseta en reconocimiento y gratitud por su labor de rescate y lucha durante más de 18 años.
Un 5 de octubre de 1970 nació el Obradoiro CAB, un club singular en todos los aspectos, repleto de historias, con infinitos protagonistas, forjado a base de gestas y de tropiezos, que ahora vive su momento más dulce pese a que, fiel a su particular trayectoria, ve condicionada la celebración de sus bodas de oro por una pandemia que limita cualquier festejo. Sin embargo, el club repitió su promesa de seguir adelante con los actos previstos, ya sea esta temporada o la que viene, porque entiende que son muchas las personas a las que se debe dar las gracias por su apoyo y esfuerzo para que el Obra haya llegado ayer a poder soplar tantas velas.
“La historia del Monbus Obradoiro es una historia de superación, de esfuerzo, de muchos esfuerzos porque en esto, puestos en cadena, se ha creado una identidad absolutamente reconocible en todo el baloncesto mundial, porque hasta en la NBA tenemos nuestro punto de reconocimiento por nuestro trabajo”, considera Raúl López.
No se olvidó el presidente de los “jugadores, técnicos, directivos, patrocinadores y por supuesto la afición, que es una de las grandes sufridoras” a los que señaló que “la clave para superar estos momentos de crisis siempre ha sido mantener intactos nuestros valores y no dejar de trabajar nunca”. “Nuestro bien más preciado es la afición. Con ellos nacimos, con ellos crecimos y lo seguiremos haciendo porque nuestro lema es Todos Xuntos”, añadió.
“Quiero hacer una mención a nuestros aficionados pues son la razón de ser de este club. Todos los que de alguna manera estamos tirando del carro lo hacemos porque los vemos a ellos detrás empujando. Esperemos que muy pronto, porque no puede ser de otra manera, nos estén acompañando en nuestro pabellón. A todos los que se han abonado tenemos que darles unas gracias especiales por su cariño al club y decirles que no olvidaremos este gesto y se lo compensaremos”, adelantó el dirigente.
Raúl López prometió que todas “las actividades con las que queremos celebrar ese aniversario se realizarán”. “No vamos a dejar nada sin hacer aunque terminemos en el 55”, bromeó.
Pero como parte de los tributos que el club no quería demorar era el de rendir homenaje a José Ángel Docobo. y darle las “gracias por permitir que este club no desapareciera cuando precisamente peor pintaba”. Una camiseta de la presente temporada con el número 50 como referente fue el simbólico trofeo de uno de los “dirigentes milagrosos” a los que alude precisamente Docobo para explicar el fenómeno Obradoiro.
La figura de José Ángel Docobo es clave en la historia de la entidad. Han sido muchas, incontables las personas que con su apoyo económico, moral, con su trabajo, aportando contactos, material o aspectos a lo mejor más intangibles como fidelidad, compromiso y lealtad, han forjado la historia del Obradoiro, pero si bien el club inició su rueda de agradecimientos para conmemorar el 50 aniversario anunciando que colgará la camiseta de Tonecho Lorenzo (y veteranos) en lo alto de Sar, su segundo paso fue hacer público su agradecimiento al hombre que, junto a José Ramón Mato, evitó su desaparición un 30 de septiembre de 1992.
También el presidente de honor del Obra quiso recordar en su intervención “a moitísima xente” lamentando de antemano que “moitos quedarán seguramente no tinteiro”, porque desde los “29 mozos que no ano 1970 fundaron o Obradoiro, cando o baloncesto en Santiago estaba representado pola sección de baloncesto da SD Compostela”, repasó etapas como la construcción del viejo pabellón de Sar, el ascenso de 1982 -“O Obradoiro foi o primeiro clube da cidade en conseguir a máxima categoría nun deporte e iso hai que telo moi presente”, enfatizó-, sin olvidar a los “directivos, presidentes que pasaron polo clube e os problemas económicos que este sempre tivo”. “Tamén hai que lembrar a aquel equipo que en 1990 tiña xa que ter ascendido a Liga ACB e non o deixaron”, añadió antes de señalar el paso dado, valiente, en la famosa reunión de la Federación Gallega cuando se estaba a punto de entregar la entidad.
En su memoria siempre “xente que nos apoiou economicamente, algúns xa falecidos como foi o caso de Ana Val” en momentos clave de la entidad y antes de la entrada por fin en la Liga ACB.
En su particular gracias también José Ángel Docobo incluye “a figura de Raúl López porqué é imprescindible”. “É impensable pensar que só uns de nós fomos os que conseguimos todo isto, isto é unha cousa de moitísima xente que quedou polo camiño”, reiteró antes de dar la “noraboa” a todos ellos.