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{ EL DÍA DESPUÉS }

Match-ball perdido

EN ESTE TRAMO FINAL de temporada, el Obra lleva tres partidos perdidos contra rivales directos, Estudiantes en Sar y Fuenlabrada y Betis fuera, que nos han privado de dar un paso adelante muy importante de cara a la permanencia. Habrá que esperar y seguir sufriendo hasta que salga cara en lugar de cruz, y no se cometan errores que cuestan los partidos.

Y dentro de los errores, otra vez las pérdidas de balón que en un equipo que juega estáticamente, te lastran mucho, muchísimo. Si te vas fuera de casa a 87 puntos, quiere decir que has estado acertado y fluido en ataque. Si te meten 88 cuando has dominado el rebote, y controlado el partido en la primera parte, quiere decir que la defensa en algún momento no ha sido muy eficiente. Moncho, según los locutores del partido, en un tiempo muerto la calificó de terrible en el tercer cuarto. Creo que lo decisivo y que ha impedido que la victoria no hubiese viajado a Santiago han sido las 12 pérdidas. Lo que no entra dentro de lo normal es que el teórico jugador franquicia, Cohen, salga, rife dos balones, falle un triple y otro partido más sea un lastre para el equipo, con un +- de -15 en 10 minutos en pista.

Enoch, una vez más, fue el jugador que nos mantuvo en el partido, a pesar de que cometa errores, y dentro de estos, puedes equivocarte y que en una entrada a canasta te dé el balón en el pie, caso de Czerapowicz, que es un error, pero que cojas el rebote en ataque y una vez más te birlen el balón, caso de Daum, es ERROR. Daum, junto con Cohen, tendrían que ser esos jugadores franquicia que se presuponían a principio de temporada y que alguna de cal nos han dado, pero la arena ha sido desgraciadamente dominante. A ver si se ponen las pilas en este final de temporada para rendir a su mejor nivel porque el equipo los necesita para conseguir la victoria de la tranquilidad, aunque no parezca una necesidad imperiosa, ya que no veo a Bilbao ganando tres partidos o al GBC cuatro en las cinco jornadas que restan.

En otro orden de cosas, el sábado, tras una patética y descontrolada cola para vacunarme, acudo a dos pabellones en Santiago de Compostela, en ambos me toman la temperatura al entrar y me siento en la grada acompañado por padres de jugadores, los de un equipo en un lado y los del otro en el contrario, con distancias y puertas abiertas para optimizar la ventilación. Algo que entra dentro de lo lógico y normal. Por la tarde voy a otro partido en el Lorenzo de la Torre, cerrado a cal y canto, y con los padres fuera del pabellón, intentando ver el partido desde el cristal de la puerta de entrada ya que los estores estaban bajados y las otras puertas cerradas, que siempre se abren para ventilar y así deberían estar. ¿Es normal? Tras ver la primera parte me voy a Chantada y me encuentro con la grada llena de público dentro del aforo que permiten las normas de seguridad. El domingo veo al Obra sin público en las gradas y al Celta también. ¿Tiene lógica? O alguien me lo explica o no le veo ninguna. A este país en el que cada uno, gobierno, autonomías y ayuntamientos, hace lo que le da la gana, le veo con muy difícil arreglo y peor solución. El Sentidiño sigue desaparecido.

27 abr 2021 / 01:00
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