Nuevo ejercicio de autoridad del Dépor ante el Valladolid B

El Deportivo superó con solvencia al Valladolid Promesas y volvió a la senda del triunfo después de encadenar dos empates. El encuentro se le puso muy favorable al equipo coruñés nada más comenzar gracias al tanto de Quiles, que dejó encarrilado el triunfo con un segundo gol en su cuenta particular ya en la segunda mitad. Soriano redondeó un marcador que pudo ser incluso más abultado de no mediar la buena actuación del meta del cuadro pucelano, Samu Casado. Con su triunfo el equipo de Borja Jiménez consolida su liderato.

No tardó el equipo blanquiazul en encontrar el camino del éxito. Quiles, a placer, remachó un servicio perfecto de Miku al segundo palo. El encuentro estaba ya en el escenario más propicio para la escuadra herculina y el castigo pudo ser mayor para el filial vallisoletano si Samu Casado no hubiera sacado, superado el cuarto de hora, un testarazo de Miku a la salida de un córner. Borja Granero remató alto el balón repelido por el meta y reclamó con insistencia penalti por un agarrón previo al golpeo.

Dejarse querer. Probó desde lejos Víctor Narro en un intento de sorprender a Mackay. Mejor orientado fue un disparo de Lucas Rosa con la pierna izquierda, aunque no inquietó al meta deportivista, que embolsó bien la pelota. En esos momentos era el cuadro pucelano el que manejaba la posesión frente a un rival al que se dejaba querer.

Compareció más decidido el conjunto de Baptista tras el intermedio. Nieto creó incertidumbre y Moha buscó la escuadra de Mackay. También probó Lucas Rosa de nuevo al meta herculino. Pero quien golpeó sin perdón fue el conjunto coruñés tras un aviso de Borja Granero en un saque de esquina. Héctor Hernández colgó un balón desde el perfil izquierdo, Miku lo cabeceó y Quiles lo desvió lo justo para descolocar a un impotente Samu Casado. Trató de meterse en el encuentro el equipo de Julio Baptista, pero no lo logró.

Sí funcionó la estrategia del líder. Juergen sacó un córner y Soriano, llegando en carrera, empaló al fondo de las mallas y dejó sentenciado el duelo. Quiles, en plena euforia blanquiazul, mandó al palo el posible 4-0.