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Peor que un partido horrible

Encuentro para olvidar de un Monbus Obradoiro que estuvo siempre a merced del Iberostar Tenerife sin juego, ni ideas ni recursos // El retorno de Mike Daum fue la única buena noticia

Sabía el Monbus Obradoiro que estaba invitado a una fiesta que requería vestimenta de etiqueta, porque con un anfitrión acostumbrado a lucir frac, el conjunto santiagués no se podía permitir ni una arruga ni una mancha en su puesta en escena. Pero entró a trompicones, le falló el guión, sobre todo las ideas y una posible capacidad de reacción frente a un Iberostar Tenerife una vez más excelente en ataque y en defensa, demostrando el por qué de unos números que este curso le han llevado a firmar solo dos derrotas entre Liga Endesa y Champions League, y sobre todo con una nómina de jugadores tan eterna como sobrada de calidad, experiencia y ambición.

A merced del equipo aurinegro, siempre sumiso en el ritmo y en el marcador, el plantel de Moncho Fernández recibió un serio correctivo en el que sólo el retorno de Mike Daum -una vez superados sus problemas en el tobillo- acierta a apagar la sensación de impotencia.

Y es que por tan solo dos puntos el Obra no sella en el Santiago Martín la derrota más abultada de su historia, pues ese récord se mantendrá desde la temporada 2016/17 cuando el Real Madrid se disparó a los +47 (106-59), aunque urge llamar a la reacción ante un calendario que no perdona.

Desde el salto inicial. Como una trituradora en ataque y una auténtica telaraña en defensa, sin fisuras, brillante. El Iberostar apenas tardó un minuto, lo que le duró al Obra la ventaja del triple inicial de Robertson, para adueñarse de un marcador que hizo suyo con autoridad y justicia.

Primero fue la dupla Fitipaldo-Shermadini la que se encargó de ir sumando puntos a la cuenta de los locales que en defensa se cerraron en su zona, taponando la llegada del balón a Birutis en la salida del bloqueo directo. El Monbus sudaba por arañar cada acercamiento del balón aro, pero con la salida al campo del incombustible Marcelinho Huertas la sangría se hizo aún mayor.

El director de juego aurinegro encadenó 5 puntos, 3 asistencias y 1 recuperación en apenas 5 minutos del cuarto mientras el conjunto compostelano aguantaba el chaparrón aprovechando la baza del triple. Porque que pedía, suplicaba casi Moncho Fernández en la previa no conceder regalos a un contrario de los que no pasan por alto el error, y con 7 pérdidas y un pobre 1/4 en tiros libres, la arenga se hacía imposible de cumplir. Una nueva suma de 3 de Pozas en la jugada definitiva del set dejaba el electrónico en un 25-19 que llamaba a la reflexión a los más optimistas: “Aún estamos ahí”.

Aún lo estuvo más con un nuevo tiro de media distancia de Enoch a la salida del segundo cuarto (25-21). Pero poca más capacidad de resistencia le quedó al Obradoiro cuando el dúo más letal del campeonato volvió a conectar. Sendos 2+1 de Shermadini y un nuevo triple del base brasileño de 37 años mantenían a los de Txus Vidorreta cómodos en su particular atalaya de perfección, porque aunque el Monbus intentaba no perder definitivamente el rumbo del encuentro, ni por juego, ni por sensaciones ni mucho menos por efectividad se presagiaba cualquier atisbo de reacción (45-35, min. 39).

Bastó la contestación de Cavanaugh a un trabajado 2+1 de Cohen para, con 8 puntos consecutivo de su particular cosecha, sellar un parcial de 10-0 que ahogaba todavía más a un rival incapaz de buscar solución a la sangría (55-38. min. 20). Con un 75 % en tiros de 2 puntos (6/8) y un 80 % en triples del cuadro canario la intención del Obra de inquietar al Tenerife semejaba muy lejos de tener un final feliz.

SENTENCIA. No hubo plan B a la salida del vestuario. La excelencia del anfitrión y su nómina infinita de jugadores con hambre para asumir galones y reclamar protagonismo lejos de llamar a la relajación, dotó de más peligro a su juego. Salin fue el que catapultó definitivamente el marcador con una serie inmaculada de 3 triples que colocaba ya la renta en una +23 (68-45, min. 24)... y subiendo.

El balón circulaba al ritmo, la velocidad y la dirección que quería el conjunto local, que sin perder capacidad de trabajo en la retaguardia, delegando únicamente en Steven Enoch la posibilidad de anotar, sumaba huestes a la causa como un Butterfield que desafió a Mike Daum a un particular duelo ofensivo en la recta final del tercer cuarto (87-56, min 30). Eran pequeñas guerras sin premio mientras la cámara captaba los gestos de impotencia y resignación entre los jugadores de Moncho Fernández.

Agonía. Porque lo que invitaba a poder ser una victoria para iniciar la reacción, después de cuatro derrotas consecutivas, acabó en agonía y suplicio tanto para el aficionado del Obra, al que le dolía ver a su equipo cual marioneta sobre el parqué, moviéndose según los caprichos de su rival, como para los propios integrantes del plantel, ansiosos ya de que los segundos corriesen de dos en dos para cerrar un partido sin duda para olvidar en lo más escondido de la memoria.

Un 20-6 de parcial en el último set fue la puntilla que avivó el carácter del técnico compostelano que llamando a capítulo a los suyos les reclamó intensidad y actitud. “¿Vais a seguir haciendo el ridículo hasta el final?”, les recriminó.

Las rotaciones en ambos banquillos, con oportunidades para los menos habituales, cerró un partido de los que hacen daño en lo anímico, sobre todo cuando en el horizonte se atisba un nuevo gigante: el FC Barcelona -tercero en la clasificación- visita Sar el próximo domingo a partir de las 20.00 horas. Ojalá pudiese entonces haber público en las gradas para avivar la Caldeira.

Moncho Fernández: “Creo que tácticamente, técnicamente y físicamente estuvimos horribles”

Santiago. No se anduvo con paños calientes Moncho Fernández en la rueda de prensa postpartido. El entrenador del Monbus Obradoiro comenzó su intervención dejando claro que “el resultado es fiel reflejo de lo que sucedió en la pista”. “Dejando de lado el muchísimo mérito que ha tenido Tenerife, que ha jugado un partido enorme, con mucho acierto y ha jugado francamente bien, creo que tácticamente, técnicamente y físicamente hemos estado horribles”, subrayaba al tiempo que remarcaba que tácticamente no supieron “parar las ventajas del rival” y técnicamente no fueron capaces de “aprovechar las nuestras”. “Ha sido un partido horrible como refleja el resultado final”, insistió.

Confiesa el entrenador compostelano que entre la lista de errores que se cometieron ayer “todos duelen, y mucho, por igual” y acepta que ahora toca analizar por qué no funcionó el plan de partido. “La respuesta no será sencilla, tendrá muchas posibilidades porque en todo lo que implica un partido, desde el punto de vista táctico, del acierto, del esfuerzo, ahí es por donde se ha ido el encuentro”, asume.

Meditó, se lo pensó también cuando se le cuestionó si fue el peor partido desde que llegó al Obra hace ya 10 temporadas: “Esas valoraciones absolutas siempre son delicadas pero sin duda es un partido horrible, de los más malos sin duda, y como es el último sí es el peor”.

Faltó energía. También compareció Mike Daum, quien a su vez recordó que habían notado el bajón de energía sobre todo en defensa en la segundo mitad achacando en parte esta cuestión a los viajes de los jugadores con sus selecciones.

Bien en defensa. Txus Vidorreta aplaudió lógicamente el resultado “que demuestra que el equipo ha hecho una vez más un gran partido con buenas lecturas tanto defensivas como ofensivas, muy atentos a las claves del partido que habíamos marcado”.

Señala el entrenador del Iberostar que “la irrupción” de Cavanaugh al final del segundo cuarto con 10 puntos seguidos “nos ha permitido abrir una diferencia de 17 que no indicaba la dificultad que habían sido los primeros 20 minutos” pero en el segundo tiempo “sí hemos entendido cuál debía ser nuestra dinámica defensiva” hasta abrir ventajas importantes. c.g.

Volvió Daum... el único consuelo

Es un jugador clave en la pizarra de Moncho Fernández, un hombre bisagra por su polivalencia, su capacidad para buscarse la canasta y leer el juego sobre su par, así que su ausencia hace daño al grupo. Regresó en Tenerife Mike Daum tras superar sus dos esguinces consecutivos de tobillo, y aunque ninguno de los jugadores del Obra firmó ayer una actuación que merezca la pena reseñar, al ala-pívot se le vio con ganas de recuperar su mejor versión.

45

puntos fue la diferencia final en el marcador ayer (107-62) pero no fue récord en la leyenda negra del Obra. Ese triste honor seguirá en poder del Real Madrid-Monbus de la campaña 2016/17 con un -47 (106-59).

IBEROSTAR TENERIFE 107-62 MONBUS OBRADOIRO

107. Iberostar Tenerife (25+30+32+20): Fitipaldo (8), Salin (15), Shermadini (18), Cavanaugh (15), Doornekamp (-)-inicial- Huertas (14), Rodríguez (3) Butterfield (14), Sulejmanovic (4), Guerra (12), López (2), Brnovic (2).

62. Monbus Obradoiro (19+19+18+6): Cohen (5), Robertson (6), Birutis (3), Czerapowicz (7), Pozas (3) -inicial- Múñoz (3), Oliver (3), Beliauskas (2), García (-) Enoch (15), Daum (11), Suárez (4).

Árbitros: Conde, Caballero y González. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 13 de la Liga Endesa disputado en el pabellón de Deportes de Tenerife Santiago Martín, sin espectadores

06 dic 2020 / 00:03
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