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Rotura de ligamento cruzado anterior, ¿qué va a ser de mi rodilla?

LA PIERNA de apoyo se queda clavada, pivotas sobre tu cuerpo y clac, un chasquido indica que el ligamento cruzado anterior se ha roto. Te espera una operación para reconstruir el ligamento y una larga rehabilitación de seis meses para volver a la práctica del deporte activo. Y si, como ocurre con frecuencia, se rompen el ligamento lateral interno y el menisco interno, además de producirse la rotura del ligamento cruzado anterior, tenemos como resultado la célebre tríada.

Por su frecuencia, por la necesidad de intervención quirúrgica y por el tiempo de recuperación, la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla es la lesión más temida por un futbolista, pero no sólo les afecta a ellos. El baloncesto, el tenis, el voleibol o el atletismo son también deportes que por sus características exponen a una lesión de este tipo.

Son deportes de arrancada, frenada y pivotaje, en los que se fuerza al ligamento cruzado anterior. Además, es más frecuente en mujeres por la morfología de la rodilla, que en ellas tiene mayor laxitud.

Antes de nada, conviene saber que la articulación de la rodilla está formada por hueso, cartílago, ligamentos y líquidos. Los ligamentos de la rodilla son cuatro: colateral medial, colateral externo, cruzado anterior y cruzado posterior. Su función esencial es dotar de firmeza, estabilidad y movilidad a la articulación.

¿Cómo se produce? Actúan sobre la rodilla fuerzas de desaceleración, hiperextensión o rotación, se produce un movimiento de rotación y valgo forzado cuando, por ejemplo, se produce un desplazamiento de la rodilla con los tacos clavados sobre el césped. También puede producirse, mediante una “hiperextensión forzada”, cuando la rodilla se desplaza hacia atrás de forma brusca, por ejemplo al caer después de un salto o al rematar o despejar un balón. O cuando se recibe un golpe posterior con el pie apoyado.

La realización de una resonancia magnética es el método ineludible para diagnosticar correctamente el alcance de una lesión como la rotura del ligamento cruzado y determinar la posible existencia de lesiones asociadas.

¿Cómo se trata? La única solución para quien quiere volver a practicar deportes de arrancada y parada es la reconstrucción del ligamento dañado. Por eso, la opción habitual es la reconstrucción, que se realiza mediante artroscopia, utilizando tejido tendinoso del propio deportista (procedente de los isquiotibiales o tendón rotuliano) o injertos de cadáver.

Al deportista que sufre una rotura de ligamento cruzado anterior le espera, después de la intervención, de seis a ocho meses de recuperación, con trabajo de readaptación y fisioterapia con todas sus aplicaciones. Requiere paciencia y un trabajo de refuerzo que sirve para ganar rango de movilidad y fuerza en cuádriceps e isquiotibial. Pero también un buen trabajo psicológico.

19 ago 2021 / 01:00
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