Senechal firma la victoria más meritoria de su carrera
El galo aprovecha el pinchazo de su compañero Jakobsen para ser el más rápido al esprín // Eiking conserva el maillot de líder
En Villanueva de la Serena, tierra extremeña de conquistadores, el francés Florian Senechal logró el mejor botín de su vida con el triunfo al esprín en la decimotercera etapa de la Vuelta, la más larga de esta edición, con 203,7 km, que mantuvo con la camiseta roja al noruego Odd Christian Eiking (Intermarché).
Senechal (Cambrai, 28 años), habitual lanzador y gregario, aprovechó una oportunidad de oro para estrenar su palmarés World Tour. Y cumplió su sueño en un esprín preparado a conciencia por su equipo que supo rematar con un tiempo de 4h58.23, a una media de 41 km/hora, por delante de los italianos Matteo Trentin y Alberto Dainese.
Victoria con secreto desvelado en meta, pues la oportunidad de disputar el esprín le llegó a Senechal por un pinchazo de su líder Fabio Jakobsen a menos de un km de meta. Iba lanzando al neerlandés y recibió la orden por el auricular para lanzarse él mismo hacia la gloria.
Un desenlace que cumplió el guión en otra jornada marcada por el intenso calor y que no varió la general. El noruego Eiking sigue disfrutando de la camiseta roja, seguido del francés Guillaume Martin (Cofidis) a 58 segundos y por Primoz Roglic (Jumbo Visma) a 1.56. Enric Mas y Miguel Ángel López (Movistar) llegarán a la esperada jornada del Pico Villuercas a 35 segundos y 1.32 minutos del esloveno, líder real de la general.
Rugía el termómetro en Bélmez con el pelotón listo para el despegue. Otra etapa marcada por un calor que desgasta más de lo que muchos creen. Desde el castillo situado lo más alto de la localidad cordobesa, refugio y puesto de mando del ejército francés en la Guerra de la Independencia, se divisó la fuga cien por cien española compuesta por Diego Rubio (Burgos-BH), Maté (Euskaltel) y Cuadros (Caja Rural), huidos de inicio.
Mientras tres chupaban cámara sin ninguna posibilidad de éxito, la mayoría rodaba entre dehesas por la Comarca de la Siberia extremeña bajo un sol de justicia. El nombre del lugar sonaba a broma. A 73 km de meta, los fugitivos solo contaban con 1.24 minutos de adelanto.
A 60 de meta sonó el despertador en el pelotón. Una aceleración de los hombres del Ag2r rompió el grupo en tres partes, más por el intenso ritmo que por el viento, que tampoco era un huracán. El arreón no pasó a mayores, pero sirvió de aviso para que nadie se durmiera con el ritmo cansino del día.
CONTRATIEMPO INESPERADO. A 50 kilómetros de meta la carrera se fue poniendo seria por aquello de preparar el esprín poco a poco. A unos 170 km de la salida y una vez pasado unos cuantos embalses y presas de aquel Plan Badajoz, el pelotón echó abajo la aventura del día para los escapados.
El pronóstico de llegada al esprín se iba a concretar en la meta inédita de Villanueva de la Serena, localidad pacense cuna de conquistadores de la antigüedad como Juan Morcillo y Juan Patiño, en el pelotón de Cristóbal Colón en su primer viaje a América.
En la modernidad el pueblo presume de otro vecino ilustre, el exjugador de baloncesto José Manuel Calderón, campeón del mundo y de Europa con España y conquistador de la NBA durante 14 años, “un chico orgulloso por ser de pueblo y haber jugado en la mejor liga del mundo”.
Había alicientes, tal vez un triple para algunos de los aspirantes, como Jakobsen, con todas las papeletas tras la retirada de Philipsen. Y para ello trabajó el Deceuninck, poniendo un ritmo tremendo en los últimos kilómetros, tanto que rompió el pelotón quedando en cabeza únicamente quince hombres.
Cuatro de ellos del tren azul del Deceuninck, que gobernaba con mano de hierro esos momentos de alta tensión. En plena refriega Senechal empezó a lanzar a Jakobsen, pero el corredor neerlandés sufrió un pinchazo y desapareció de escena. Siguió su compañero Senechal al frente, a aguantó la presión de Matteo Trentin y conoció la gloria. Por fin.
GRAN OPORTUNIDAD. Premio mayor para el hombre que siempre se sacrifica por sus líderes, un enamorado del pavés, de la París Roubaix, con la que sueña desde niño. Era la victoria francesa 60 en la Vuelta. Monumental recuerdo para el galo, cerca de otro peculiar monumento, el dedicado en Villanueva a la tortilla de patatas. Aquí también se creó en 1798 ese manjar que conquista millones de estómagos.
Este sábado se disputará la decimocuarta etapa, entre Don Benito y el Pico Villuercas, de 165,7 kilómetros de recorrido, un final en alto en el puerto inédito extremeño que llega a meta después de 14,5 km al 6,2 por ciento.