Súper Scrubb
LOS DERBIS son los derbis, y lo que hay que hacer es ganarlos jugando con el corazón, que fue lo mejor que hizo el Obra en un Sar radiante, que ya tocaba, y con un gran ambiente al que ayudó la presencia de los seguidores breoganistas.
Los dos equipos llegaban en situaciones muy diferentes, el Breo cuesta arriba y el Obra cuesta abajo, con situaciones anímicas opuestas, los primeros por estar acariciando la Copa del Rey tras realizar un gran partido ante el Baskonia y el Obra con el ardor de estómago que producen dos derrotas consecutivas encajando demasiados puntos. A priori el claro favorito por su excelente trayectoria en esta liga era el Breogán, que llegaba repleto de efectivos en la cancha pero sin sus dos entrenadores en el banquillo. La pregunta es: ¿esta circunstancia se pudo notar? La respuesta es que pudo influir sobre todo a la falta de ideas para atacar la defensa planteada por Moncho en el bloqueo directo y el poner a Scrubb, cara a cara, sobre Musa.
Recuerdo que hace 45 años en el viejo pabellón de Sar, tuve el primer contacto con las defensas mixtas. Eujubasket, selección española júnior y Pinedo&Aíto en el banquillo. Preparaban defensas de 1 en hombre y 4 en zona y de 2 en hombre y 3 en zona. Con poco menos de un año de baloncesto en mis espalda pregunté los porqués y objetivos de esa defensa. Al terminar de explicarlos, Aíto me comentó que también se podía hacer algo intermedio que suele dar muy buenos resultados si se tiene el jugador adecuado. Ese jugador defendiendo cara a cara, sin ayudar al resto, que defiende colectivamente en individual convencional. España tenía a Iñaki Garayalde y a nuestro Quino Salvo, el Obra tuvo a Scrubb que maniató a Musa y desarboló su conexión con Mahalbasic. Para mí fue la clave, aparte del gran partido en lo global del Obra y en particular del recuperado Birutis, dueño y señor de ambas zonas.
Musa no pudo producir lo que en él es habitual, terminó con 20 puntos y 15 de valoración y en el +/- con -15, muy lejos de los últimos partidos, 26 y 36 ante Baskonia, 33 y 44 ante Valencia, o 22 y 19 ante Joventut, donde sufrió una defensa más coral. Scrubb solo le permitió vivir del tiro libre y generar muy poco juego. Por si fuera poco, en ataque estuvo tan intenso como siempre, canasta de medio campo incluida al final del tercer cuarto, que cerró cualquier atisbo de remontada.
Salvo en el primer cuarto, donde también hubo mucho acierto por las dos partes, el Obra dio un paso adelante a nivel defensivo cuando controló el rebote ofensivo de los lucenses, sus transiciones y su juego interior. En ataque estuvo muy lúcido durante todo el partido, evitando las ayudas a Birutis, con muchos jugadores aportando y, muy importante, sin pájaras en la continuidad de la anotación.
Una victoria fundamental tanto por el resultado, había muchas urgencias, como por el juego ante un muy buen equipo como el Breo. Al ser el derbi, la victoria se saborea más, pero me quedo con la mejoría defensiva, nada que ver con lo visto ante Bilbao y Manresa, y con la clarividencia en ataque, a veces tan decisiva como el acierto. Gran victoria y a Gran Canaria con la moral a tope.