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Ana Peleteiro entra en la historia con un bronce olímpico

Batió la plusmarca de España en dos ocasiones para subir al tercer peldaño del podio (14.87) en una final que dejó el récord del mundo de Yulimar Rojas

Ana Peleteiro conquistó la medalla de bronce en los Juegos de Tokio. En su debut olímpico la atleta ribeirense necesitó batir el récord de España hasta en dos ocasiones para subirse al tercer peldaño de las elegidas con un mejor salto de 14.87 metros y lograr el primer metal de un atleta gallego. La tarde tokiota entró en los libros de historia del atletismo con el récord del muno de Yulimar Rojas (15.67), nueva campeona olímpica en un podio que completó la portuguesa Patricia Mamona, plata con 15.01. Fue la mejor final de triple salto de la historia, en la que sus tres medallistas tuvieron que actualizar las plusmarcas de sus respectivos países.

No hizo falta esperar demasiado para entrar en calor. La venezolana Yulimar Rojas, llamada a hacer historia en Tokio, dejó temblando el récord del mundo en su primer intento. 15.41 metros, récord olímpico para comenzar, a solo nueve centímetros de la plusmarca de la ucraniana Inessa Kravets que, vigente desde 1995, vivía sus últimos minutos.

Las demás estaban destinadas a luchar por la plata y el bronce. Uno de esos metales lo quería Patricia Mamona, que se unió a la fiesta con 14.91 en su primer intento, nuevo récord de Portugal. Con las espadas por todo lo alto en Tokio le llegó el turno a Ana Peleteiro.

La atleta ribeirense entró en competición con un salto de 14.55 para calentar. Le valió para cerrar la primera ronda a quince centímetros del bronce, provisionalmente en manos de la cubana Liadagmis Povea.

Pero quería más Ana en su debut olímpico, llegada a Tokio con la única intención de presentar batalla. Y lo hizo. Aterrizó en 14.77 metros en su segundo intento, firmando un nuevo récord de España que la colocaba en el bronce. Ya estaba donde quería. La que fue niña prodigio del atletismo español empezaba a coquetear con una medalla en sus primeros Juegos, una meta tantas veces aventurada para ella.

Tocaba defender el tercer puesto con uñas y dientes e intentar afianzar esa posición envidiada por muchas de sus contrincantes, que se presentaban en la final con mejor marca y mayores obligaciones que Peleteiro. Aún quedaba mucha pelea por delante, y la ribeirense sabía que con su segundo salto no iba a ser suficiente.

Se lo dejó claro la jamaicana Shanieka Ricketts, que se fue hasta los 14.84 en el cuarto intento. Ana quedaba desplazada al cuarto puesto, después de continuar su concurso con un nulo y una cuarta tentativa de 14.63.

Con el oro decidido y la única incógnita de si Yulimar sería capaz de regalarse un récord del mundo en Tokio, Patricia Mamona se encargó de dejar finiquitada también la pelea por la plata. La portuguesa, no contenta con instaurar una nueva marca nacional una vez, volvió a superarse rebasado el ecuador de la final para unirse al club de los 15 metros. 15.01 fue su marca. Con dos saltos para concluir quedaba por decidir el bronce, con Ricketts aventajando a Peleteiro en siete centímetros.

La lucha por el último puesto en la corte del triple salto se convertía en un mano a mano entre la jamaicana y la ribeirense, un duelo entre Shanieka y Ana. Y disparó primero Peleteiro. Se fue decidida a encontrar los 14.87 metros en su quinto salto, tres centímetros mejor que Ricketts, récord de España por segunda vez. Había que aguardar la reacción de su oponente, con un último intento para cada una, un salto que establecería la diferencia entre la gloria y quedarse con la miel en los labios.

Siguiendo el orden inverso de la clasificación provisional Shanieka Ricketts fue la primera de las dos en saltar en el último turno. Si no superaba los 14.87 el bronce sería de Ana. ¡Y fue suyo! La jamaicana enfiló el pasillo, sin margen de error, obligada por la ribeirense... y se quedó en 14.76 metros, una distancia insuficiente. El bronce era de Ana. Aquella niña que se proclamaba campeona del mundo júnior en 2012 cerraba el círculo subida al podio olímpico. Hizo 14.65 en el último salto, pero ya no era necesario ni saltar. La fiesta se había desatado en Tokio, en España, en cada rincón de Galicia y en Ribeira, principalmente. Ana ya está en el Olimpo.

Y para que la fiesta fuera completa y la tarde tokiota quedara para siempre en la historia, Yulimar Rojas, nueva campeona olímpica, se guardó el récord del mundo para su último intento. En unas condiciones de calor y humedad que presagiaban una final de buenos saltos, la compañera de entrenamientos de Ana Peleteiro bajo la dirección de Iván Pedroso dejó una marca para la eternidad, solo superable por ella misma: 15.67 metros. Completó el podio Patricia Mamona, plata (15.01). La defensora del título, la colombiana Caterine Ibargüen, fue décima (14.25).

01 ago 2021 / 14:05
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