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Se cumplen doce meses del último encuentro del Monbus Obradoiro con aficionados // Su ausencia tiene un coste para el club de 45.000 euros por partido // “Echamos de menos a nuestra gente, con ellos somos mejores”, dice Mateo TEXTO C. Guillén/Ó. de la Fuente

Un año sin público: un vacío en lo emocional y en lo económico

Hizo ayer un año que el Monbus Obradoiro jugó su último partido oficial con público. Fue un 8 de marzo de 2020, en un encuentro disputado en el Bilbao Arena ante 8.384 espectadores según datos oficiales, pero por encima de la derrota por 99-72, el conjunto compostelano perdió en esa cita una realidad a nivel presupuestario, deportivo y social que costará tiempo reconstruir.

Porque un año sin afición, sin que hierva la Caldeira de Sar, sin el empuje anímico y el sostén económico de los socios, de los ingresos derivados de merchandising y hasta de los patrocinios han quebrado la solidez de un proyecto que en los últimos años ha sido siempre ejemplo de seriedad y rigor y que ha necesitado del paso adelante de los miembros de su Consejo de Administración, una vez más, para que el terremoto que ha supuesto la pandemia y sus consecuencias no derribasen el sueño de la ACB en Compostela. Con el futuro aún en el aire, mientras pocos llegan a comprender por qué la segunda mejor Liga del mundo, ejemplo de rigurosidad en sus protocolos como lo ha demostrado en competiciones como la fase final de Valencia o la propia disputa de la Copa, sigue con los asientos vacíos mientras otros espectáculos más improvisados llenan los mismos pabellones, sólo queda la llamada a la unidad para aguantar este incierto presente.

Los abonados del cuadro santiagués han respondido a la convocatoria del club cuando se les ha pedido un esfuerzo a la hora de mantener sus carnets, los miembros del cuerpo técnico se rebajaron un 10 % su salario, muchas firmas han renovado su fidelidad con la entidad aún sabiendo el menor rédito de sus inversiones y esta pasada semana, incluso, la firma Estrella Galicia se ha desmarcado con una campaña para ubicar una foto de cada abonado en su localidad y dotar de un poco más de calidez a las gradas del Multiusos. Ser un equipo fuera de la cancha, cada uno con su aportación y sus propias limitaciones, es lo que permite al Obra resistir en un año tan especial como el de su 50 aniversario.

“Solamente en ticketing, cada partido viene a ser una media de unos 45.000 euros lo que le está costando al club. A eso habría que añadir las pérdidas en patrocinio y otros ingresos, que engordan la cifra considerablemente”, confiesa el director general del Monbus Obradoiro, José Luis Mateo. Porque aunque se hayan anulado partidas en seguridad o en personal ligadas a cada cita, señala el directivo que “los principales gastos de un club deportivo profesional son los salarios de los deportistas, luego están los viajes, impuestos... y la seguridad de los partidos o los taquilleros están muy al final de esa lista”. “Por eso somos uno de los sectores más golpeados, porque las principales partidas de gastos no han disminuido, mientras que las de ingresos lo han hecho de manera brutal”, detalla.

El curso 2019/20, con la temporada regular suspendida desde el mes de marzo, se cifraron las pérdidas de la entidad compostelana en unos 400.000 euros, pero ni los más pesimistas podrían asumir que la Liga Endesa 2020/21 llegase a día de hoy aún con la prohibición de abrir sus puertas. “Cuando el Consejo de Administración aprobó el pasado mes de mayo el Plan de Viabilidad, que incluía varias líneas de crédito avaladas por las propias empresas y consejeros, ya preveíamos que el impacto negativo de la pandemia se extendería también a esta temporada, si bien esperábamos que pudiésemos terminar con público. Para poder ofrecer una cifra exacta tenemos que esperar a ver cómo se resuelven determinadas partidas”, responde Mateo a la cuestión de si se ha calculado ya el impacto de esta situación recurrente.

Pese a todo, unidad. “Somos como una familia”, dicen siempre los jugadores al referirse al trato que reciben por parte de los trabajadores del club, de los directivos, de los aficionados y vecinos de Santiago. El término hoy en día va más allá, porque han sido muchos los que han asumido las dificultades de la entidad como propias aun cuando la crisis económica está siendo cruel con casi todos los sectores. “En momentos complicados como los que estamos viviendo todos siempre tendemos a destacar lo negativo, pero también ha habido cosas muy positivas”, asume José Luis Mateo.

“Las empresas que forman parte del Consejo de Administración, empezando por Monbus, dieron un paso adelante que todos los que quieren al Obradoiro valorarán con el tiempo, Estrella Galicia también ha estado ahí en todo momento... Prefiero no seguir con los nombres propios porque seguro que me dejo alguno. Con los abonados, igual”, aplaude al tiempo que reconoce que “en cuanto al apoyo institucional, desgraciadamente estamos aún más a la cola que en lo presupuestario dentro del universo ACB”.

Fondo de rescate. Por eso son muchas las voces que llaman a la creación de algún fondo de rescate para los clubes tramitado a través del propio Consejo Superior de Deportes (CSD). “Es un tema que aún está en plena cocina, por lo que debemos esperar para conocer los detalles. Lo cierto es que desde el Gobierno, en lo que respecta al público, se nos ha equiparado con el fútbol, cuando somos totalmente diferentes en lo referente a las vías de ingresos. Es indudable que se está cometiendo un tremendo agravio comparativo con otros espectáculos ligados al ocio, algunos de los cuales han tenido lugar en las mismas instalaciones que para la Liga Endesa nos siguen obligando a tener cerradas”, insiste el director general del Obra.

Y junto al tema económico, porque son dos caras de la misma moneda, están las consecuencias deportivas derivadas de la ausencia de afición. “Seguro que está incidiendo. Pero eso no debe servir de excusa, para empezar porque la puerta cerrada está siendo para todos. Igual que el restaurador que no puede dar comidas en sala ha tenido que espabilar para servir a domicilio, nosotros también debemos poner el foco en lo que depende de nosotros”, medita Mateo que arenga: “Claro que echamos mucho de menos a nuestra gente y que con ellos somos mucho mejores, pero mientras vuelven vamos a animarnos más entre nosotros, a ser más duros, a mejorar la defensa 1x1, a rebotear más... Estoy seguro que en lo que resta de temporada se volverá a ver la mejor versión de este equipo”.

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