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Santi Tarrío retomó el pasado lunes sus entrenamientos en Val de Rois // Aprovechó el parón para mejorar físicamente, lo que será clave para ascender al European Tour TEXTO Cristina Guillén

“Volveré mucho más cerca del objetivo”

Hemos estado más de 50 días confinados en nuestras casas, privados de la libertad de un paseo, de un encuentro con amigos, de la rutina de los trabajos y de los colegios, que a medida que las normas se suavizan y las puertas se abren surge la gran pregunta: ¿y ahora qué?

Los habrá que pronto puedan estabilizar su día a día acomodándose a la nueva normalidad, retomando costumbres y regresando al estrés que precedía a la pandemia, pero son muchos aún los que afrontan un limbo laboral y social que les carcome más que la anterior incertidumbre del encierro. Y en este ¿y ahora qué?, cuando los afectados son los deportistas, castiga no sólo el físico, el ánimo y el bolsillo. Todos hemos querido una vida sin la exigencia y la presión de tener que marcar fechas en el calendario, pero ahora nos damos cuenta de que es imposible vivir sin retos.

Santi Tarrío (7-11-1990), jugador profesional que actualmente compite en la Segunda División del golf europeo pero que aspira a llegar al European Tour, la primera categoría, es de los que aún tienen su agenda en blanco. Hace dos meses que el covid-19 le retuvo en casa de sus suegros, donde acondicionó el jardín con una red a modo de portería para poder seguir entrenándose en condiciones, y la pasada semana inició su particular desescalada acudiendo ya al campo del Club Val de Rois, donde desde los 7 años llevan forjando su sueño de alcanzar la elite. “Pese a todo me considero afortunado porque tenía esa red, podía pegar más o menos y entrenar bajo mínimos ya que muchos de mis compañeros no tenían ni esa posibilidad. Dejamos nuestro piso con esta intención y trabajar así con un mínimo de recursos para el golf, pero centrándonos en el aspecto físico”, detalla. “Cuando esta semana fui al campo me di cuenta de que no estaba tan oxidado como pensaba y la verdad es que la vuelta es lenta, estamos poniéndonos a punto pero partimos de una cierta base”, aplaude y añade: “Aunque este no es el problema, el problema es la incertidumbre de saber cuándo podremos competir para hacer una preparación adecuada y llegar al 100 % a esa fecha. Como no se sabe cuándo competiremos tenemos que adaptarnos”.

En el equipo de trabajo de Santi Tarrío está Joaquín Dosil, uno de los grandes sicólogos deportivos a nivel mundial que instruye al compostelano en cambiar su frustración “por hacer todo lo que dependa de nosotros”. “No vamos a darle vueltas a lo externo, empezaremos cuando se pueda e intentaremos estar preparados pero sin agobios y sin pensar demasiado ni teniendo prisa en volver”, acepta el golfista. Es la organización del European Tour quien decide también sobre su categoría, el Challenge Tour y aunque se trata de un deporte sin contacto en el que fácilmente se pueden cumplir las medidas básicas para impedir contagios, “el gran problema son los viajes”. “Jugadores de casi todos los países del mundo, quitando Estados Unidos, tienen que viajar a los torneos. No tiene sentido hacerlos dentro ya de tres semanas y que no se puedan desplazar los golfistas desde toda Europa, Asia o África incluso. Eso es el mayor inconveniente”, detalla el santiagués. “El European Tour tomó la medida de intentar agrupar torneos cercanos, cinco semanas consecutivas en Inglaterra con los jugadores aislados antes, pero dependemos de muchos factores como rebrotes o así. Se prevé que comencemos a principios de septiembre si todo va bien, pero a ver cómo evoluciona todo”, enfatiza.

conscuencias. Tarrío no compite desde febrero por lo que acepta que serán casi 7 meses de inactividad que se acabarán pagando: “Habrá que estar bien preparados porque si volvemos a la competición este año va a ser sin descanso para meter el máximo de torneos posibles. Se prevé un inicio duro sobre todo física y mentalmente”.

Y a nivel económico, porque en esos 9 meses tampoco el compostelano percibirá ingresos. “Afortunadamente tengo a un par de espónsores muy buenos y por esa parte estoy tranquilo, porque podré competir y afrontar los gastos de los torneos, pero perdí a otros patrocinadores y lo estoy sufriendo y mucho”, confiesa. Es una crisis que está afectando a los deportistas profesionales a nivel individual pero también al deporte a nivel global, con los grandes campeonatos arrastrando pérdidas incalculables. “El ambiente en el circuito es de preocupación. Nos han mandado un par de comunicados explicándonos la situación del Circuito y tampoco es buena, han perdido muchísimos patrocinadores también, muchos torneos y creo que vamos a tener que jugar sí o sí para no perder los derechos de televisión y con ellos un montón de dinero. Afectará y habrá recortes por todos los lados, nos esperan un par de años duros ya que en este por ejemplo ya se redujeron el número de ascensos de 20 a 5 pues no habrá descensos y el próximo será igual”.

¿Y sigue mereciendo la pena pelear por llegar a la elite? “Sí. Pelearemos. Llevo desde pequeño queriendo llegar al European Tour, estamos a un paso, este año que empezamos bien y que parecía que íbamos a hacerlo se nos está poniendo todo con más dificultad, pero yo creo que lo difícil, si lo consigues, sabe un poco mejor y pronto estaremos arriba. Seguro”. Y esta certeza tiene su argumentos. “Mi hándicap es que empecé a prepararme completamente para ello más tarde que mis compañeros, me llevan años de ventaja, pero los estamos recortando a pasos agigantados. Durante este confinamiento a nivel físico avancé muchísimo y volveré mucho más cerca del objetivo”, asevera Tarrío.

Retorno. Hace ya una semana que Santi Tarrío regresó al campo de golf, un reencuentro que califica de “extraño”. “Pero al campo le sentó bien y en la gente se notan las ganas de salir de casa”, sonríe.

Con una normativa que impide la utilización del caddy, el golfista santiagués recela de otras normas como “no poder tocar la bandera, no poder sacarla, porque al final tu metes la bola y tienes que cogerla normalmente con la mano y si la sacas con un guante o algo así... no sé”. También asegura que le costará no “dar la mano en el hoyo 18, cogerle a un compañero el tee en el suelo y la verdad es que lo de la mascarilla tampoco lo entiendo muy bien”.

Cualquier pequeño inconveniente se supera con la imagen de los campos de golf otra vez rebosantes de aficionados, con los ánimos renovados para mirar hacia el futuro con fuerza y con ganas. “Incluso hay socios que quieren venir a verme a algún torneo, la verdad es que les estoy muy agradecido a todos”.

CRÍTICAS A LA GESTIÓN
“PESCAR ES MI YOGA Y ME HUNDIERON”

··· Santi Tarrío sabe cómo canalizar su ansiedad gracias al trabajo que realiza desde hace ya varios años junto a Joaquín Dosil, pero confiesa que su verdadero yoga es la pesca. Por eso, cuando se le pregunta por alguna anécdota durante este tiempo de confinamiento, su respuesta se dirige hacia la esperpéntica gestión del Gobierno en este deporte. “Fue curioso que un día lo abran, y a la semana siguiente me lo cierren y me lo vuelvan a abrir otra vez ahora. Ahí sí que me quitaron un par de meses de vida. Me rompió muchísimo más la cabeza eso que saber cuándo se podrá retomar el circuito”, lamenta. “Me hundieron porque pescar para mí es yoga, es relajación pura, es olvidarme... Me indignaba que se pudiese ir a terrazas a tomar algo y no a pescar”, redunda.

··· Ahora que son limitados los deportes que pueden practicar los niños, Tarrío señala tanto el golf como a la pesca como dos actividades que están sirviendo de escape a muchos de ellos.

24 may 2020 / 22:15
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