Fallece el empresario gallego César Bonilla, el "capitán" de la empresa Bonilla a la Vista

La compañía destaca su "incansable labor y dedicación"

Tenía 91 años

César Bonilla junto a varias latas de patatas fritas de la firma Bonilla a la vista

César Bonilla junto a varias latas de patatas fritas de la firma Bonilla a la vista / E.P.

Redacción

El empresario gallego César Bonilla (Ferrol, 1932), de la empresa de churros y patatas fritas Bonilla a la Vista, con sede en el Polígono de Sabón, en Arteixo, que hasta hace poco seguía frecuentando, ha fallecido este viernes en A Coruña a los 91 años.

Así lo han transmitido desde la propia compañía que se despide con "todo el pesar y el dolor" de su "capitán", señalan en un comunicado difundido a los medios. La muerte del empresario, responsable de llevar al mundo el sabor de Galicia en forma de patatas fritas, ha sido recibida con pesar en Galicia.

En él, destacan su "incansable trabajo y dedicación, que hicieron posible que el nombre de Bonilla a la Vista suene hoy a lo largo y ancho del mundo, sin perder jamás sus raíces gallegas".

"La familia de César y la enorme familia que formamos esta empresa, agradecemos las muestras de afecto recibidas y el cariño de todos los que nos han acompañado desde hace más de 90 años", señala en relación a una empresa familiar creada en 1932 por Salvador Bonilla, padre de César Bonilla.

Legado empresarial de Bonilla

Fotograma del videoclip de la canción 'Lovesong (I Know I Love You) del grupo de música de Corea del Sur TXT, con el joven del centro sujetando una lata de patatas fritas Bonilla a la Vista

Fotograma del videoclip de la canción 'Lovesong (I Know I Love You) del grupo de música de Corea del Sur TXT, con el joven del centro sujetando una lata de patatas fritas Bonilla a la Vista / E.P.

El legado empresarial de Bonilla se remonta a su padre, Salvador, quien en la década de 1930 abandonó la Marina para establecer una churrería en Ferrol, que se convirtió en un punto de referencia en la ciudad. El nombre de la marca, hoy reconocida internacionalmente, surgió de una anécdota familiar relacionada con la época en que Salvador era cabo en la Marina. La creatividad y el humor siempre fueron parte distintiva de la familia Bonilla, que también gestionó un hotel en el puerto de la ciudad.

Apasionado del mar y campeón gallego de pesca submarina, César Bonilla destacó desde joven. A los 16 años, ingresó con excelentes calificaciones en la Escuela de Náutica de A Coruña. La familia se trasladó a la ciudad herculina en 1949, donde abrieron su primera churrería en la calle Orzán. Este establecimiento, que operaba las 24 horas gracias a una licencia especial, atrajo a una clientela fiel, incluido el alcalde Alfonso Molina.

El conselleiro de Medio Rural, José González, acompañado del dueño César Bonilla durante una visita a las instalaciones de Bonilla a la Vista

El conselleiro de Medio Rural, José González, acompañado del dueño César Bonilla durante una visita a las instalaciones de Bonilla a la Vista / Moncho Fuentes / AGN A Coruña

Tras abandonar sus estudios náuticos debido a las exigencias del negocio familiar, César se involucró completamente en la empresa. Junto con su madre, María Vázquez, preparaba las populares patatas crujientes, que pronto comenzaron a distribuirse en latas de un kilo. La fábrica de Sabón, inaugurada en 1988, fue su visión y contribución al éxito de la marca.

Un barco sobre olas

Las patatas fritas de Bonilla a la Vista se están posicionando como un artículo de lujo a nivel nacional y sobre todo internacional. La última muestra de esto ha sido la aparición de una lata de patatas Bonilla a la Vista en la cesta ‘King of Picnics’ de Fortnum & Mason, elaborada especialmente para acompañar la entronización de Carlos III de Inglaterra, hijo de Isabel II

Las patatas fritas de Bonilla a la Vista se están posicionando como un artículo de lujo a nivel nacional y sobre todo internacional. La última muestra de esto ha sido la aparición de una lata de patatas Bonilla a la Vista en la cesta ‘King of Picnics’ de Fortnum & Mason, elaborada especialmente para acompañar la entronización de Carlos III de Inglaterra, hijo de Isabel II / E.P.

Con solo tres ingredientes básicos, Bonilla amplió mercados y ganó renombre, convirtiendo el distintivo logo de la marca, un barco sobre las olas, en sinónimo de calidad. Las patatas Bonilla trascendieron fronteras, llegando a mercados internacionales como Corea del Sur, donde se volvieron un producto de delicatessen, y hoy se disfrutan en más de treinta países.