Uno de los productos de la empresa láctea Clesa, integrada en la Cooperativa Rural Gallega CLUN y con sede en el municipio pontevedrés de Caldas de Reis, se ha colado en la película 'Indiana Jones y el Dial del Destino', la última de la mítica saga protagonizada por Harrison Ford. Se trata de la histórica lata de leche condesada Clesa. Los espectadores más avispados ya se han percatado de la presencia de este producto gallego en el film, que se estrenaba recientemente, el pasado 30 de junio. 

Así es la lata historica de Clesa de leche condensada Cedida

La lata aparece de forma fugaz en una de las escenas de la película, ligada al personaje del actor malagueño Antonio Banderas, que interpreta a un viejo amigo de Indy, Renaldo, un marinero español capitán de su propio barco. La escena transcurre a bordo del navío, en un momento en el que Helena (interpretada por Phoebe Waller-Bridge) se decide a curiosear por la cocina del barco; abre un armario de la despensa y, en ese instante, puede verse claramente un bote metálico de leche condensada Clesa. Otro producto gallego, la bolsa de patatas Bonilla, se colaba también en su día en la película 'Los parásitos'.

Fundada en el año 1943, Clesa es una de las marcas lácteas con más historia de nuestro país, gestionada en la actualidad por la Agrupación de Cooperativas Lácteas ACOLACT. El mítico bote de leche condensada ya no existe, puesto que la empresa ha ido actualizando y adaptado su catálogo de productos a las nuevas tendencias de consumo, muy centrado en yogures, diversos postres lácteos y leche. En esta línea, su último lanzamiento es un producto muy innovador y novedoso en el mercado español, tanto por su formato como por su receta: un yogur griego de 1 kg, elaborado mediante un proceso de ultrafiltración.

Escena en la que se aprecia la lata CLESA en la película Cedida

La firma ha dejado de fabricar leche condensada, un producto muy ligado a la infancia de varias generaciones de mediados del pasado siglo XX. En esa época, la variedad de lácteos era muy limitada, y los productos en conserva que no requerían refrigeración abundaban más en los hogares. Muy energética por su alto contenido en azúcares, la leche condensada también se veía como un alimento más nutritivo y mejor valorado que hoy en día, cuando las necesidades nutricionales son otras. Era, por tanto, un producto perfecto para tener en la despensa de un barco a finales de los años 60, puesto que las tecnologías de conservación no estaban tan avanzadas.

El guiño que la película hace a este producto demuestra el poder tan icónico que alcanzan algunas marcas, quedando en la memoria colectiva como testigo de la historia.