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El amor en los tiempos del COVID

Un año más ya está aquí San Valentín, uno de esos días que no deja indiferente a nadie: o se disfruta de la celebración del amor o se lo mira como una mera excusa comercial para que la gente consuma, pero ahí sigue, levantando pasiones cada año y el cine ha sido partícipe de ello, como bien demuestran estas propuestas para disfrutar tanto en soledad, como acompañado. Ideales para todos aquellos amantes del buen cine

Los hay tiernos, terroríficos, robados... y por supuesto, besos románticos de esos que no se olvidan. El cine los tiene todos y qué mejor momento que el día de San Valentín para repasar algunos de los más emblemáticos de la historia del cine. ¿Quién no ha querido ser protagonista de una bella historia de amor y recibir uno de esos esperados besos que te dejen sin habla? El primer beso de la historia del cine tuvo lugar en 1896 y fue un encargo de Thomas Alva Edison al director William Heise. El vídeo de este beso entre John Rice y May Irwin apenas dura 47 segundos en un único plano. Pero el alboroto que causó hizo historia y, ahora, más de cien años después, el beso se ha convertido en una herramienta imprescindible de toda película. Repasamos algunos de los mejores besos del cine.

‘CASABLANCA’. Arrancamos nuestro a buen seguro incompleto repaso con uno de los besos más legendarios del séptimo arte, el que protagonizan Rick (Humphrey Bogart) e Ilsa Lund (Ingrid Bergman) en el clásico que en 1942 dirigió Michael Curtiz. Como buena historia de amor que se precie, el mitificado título, es, ante todo, una historia de renuncias, de imposibilidades y sacrificios. Los corazones rotos, los recuerdos y el dolor, se abrazan con frágil e intensa desesperación, intentando que todo vuelva a como era ayer. Pero nada va a volver a ser como era antes. Tranquilos romanticones, a ellos y nosotros, siempre nos quedará París.

‘LO QUE EL VIENTO SE LLEVO’. Continuamos con otro clásico básico, Lo que el viento se llevó. Scarlett (Vivien Leigh) y Rhett (Clark Gable) mantienen un afilado diálogo que termina en un beso en la penumbra que acaba siendo realmente apasionado y... una propuesta de matrimonio. Casi nada se explica o se entiende del séptimo arte sin esas escenas arrebatadoras en las que Gable se quema a temperatura similar a la de la incendiada Atlanta cuando entra en contacto físico con Escarlata O’Hara (Vivien Leigh).

‘DESAYUNO CON DIAMANTES’. El beso que comparten Holly Golightly (Audrey Hepburn) y Paul Varjak (George Peppard) en el final de Desayuno con Diamantes, mientras suena de fondo la melodía de Moon River de Henry Mancini, es otro de los momentos inolvidables.

Empapados por la lluvia, en plena calle, nace un beso que a pesar de ser rodado hace 51 años trasmite tanta pasión y dulzura como el primer día, incluso con gato en medio.

‘cleopatra’. Tal vez poseídos por los espectros pasionales de los personajes que interpretaban (la tórrida y ambiciosa Cleopatra y un Marco Antonio que no le andaba a la zaga), los protagonistas de esta inmortal historia de amor llevaron a su ámbito doméstico lo de caricias y besos húmedos. Lo que siguió fue, sin lugar a dudas, algo también digno de una obra de Shakespeare, ¿o no? Pero antes de las tempestades quedan estos cataclismos más llevaderos que podrán identificar en las miradas de Richard Burton y Elizabth Taylor, en la forma en la cual se juntan en un abrazo que, pese a todo, ha acabado siendo eterno. Como eterna es esta película, unclásico maldito y de culto del que nopuedes dejar de enamorarte.

‘De aquí a la eternidad’. Las olas envuelven cadenciosamente a los amantes adúlteros. Posiblemente el beso más tórrido de la historia del cine, con el sargento Warden (Burt Lancaster) revolcándose en la arena con la cálida Karen Holmes (Deborah Kerr), la mujer de su capitán. Con la fuerza de la marea del mar que golpeaba sobre ellos, el beso mojado de este drama ambientado en la guerra superó la inmortalidad de la película.

‘Tarzán de los monos’. El mito del buen salvaje pasado por el tamiz de la aventura incombustible (y obviando el tema de la supremacía blanca en la selva) no estaría completo si al héroe con taparrabos no le acompañara su costilla. La dulce, pero revoltosilla, Jane abandona la megalópolis para dejar llevar, acunar por los músculos de un excampeón olímpico de natación. Lo mejor es la inocencia del hombre mono: las gotas justas de animalismo unidas a unas mutuas ganas de aprender, configurán el paraíso selvático de esta pareja. La censura y el stablishment llegarían pronto, peor esa es otra historia.

‘Sansón y dalila’. El pobre Víctor Mature soportó décadas de críticas respecto a su inexpresividad. Fuera razonable el afearle la conducta, lo cierto es que jamás arqueó la ceja con mejor estilo que en la piel del filisteo que perdía la virilidad por exceso de la misma. La culoable, una Dalila con ese toque exótico que Hedy Lamarr otorgaba a los personajess que Hollywood le ofreció. Los texto bíblicos siempre han dado mucho de sí.

‘AMÉLIE’. Sin duda, el beso que comparten Amélie (Audrey Tautou) y Nino (Mathieu Kassovitz) es uno de los más originales y dulces.

Cuando Nico entra por la puerta, la joven no se lanza a darle el típico y apasionado beso, sino que le da tres besos que rebosan sentimiento, uno en la comisura de los labios, el siguiente en el cuello y el último en el párpado, convirtiendo la escena en una de las más románticas de la gran pantalla.

‘’TITANIC’. Ninguna catástrofe (menos que nada en una taquilla vencida por las lágrimas) podría separarles, ni los icebergs ni ese megatrasatlántico destinado al abismo. Si él la sujeta ella estará segura, podrá acercarse a su infantil rostro, símbolo de la libertad que su madre le niega, y gritar que son los reyes del mundo. Recuperando el romanticísmo extremo que toda buena historia debe tener, el film lleva el espectáculo implícito a la sencillez de una pose, de dos seres enamorados que están por encima de todo, destinados a revivir los mejores momentos de una vida rápida en el limbo de los sueños, de la muerte... de la gran pantalla que el corazón ilumina.

EL DIARIO DE NOA’. The Notebook (El Diario de Noa en España) es una de las películas de amor por excelencia. Si hablamos de besos apasionados no podemos olvidar el que comparten Noa (Ryan Gosling) y Allie (Rachel McAdams) al reencontrarse siete años después de la última vez que se vieron.

En el momento de este apasionado beso, también bajo la lluvia, Allie descubre que Noa le ha escrito 365 cartas de amor, una por cada día del año, pero que su madre no le ha dejado leerlas. Y Noa trata de demostrarle a Allie que la quiere como el primer día con un beso de esos que hacen que todo lo que estas diciendo desaparezca.

‘MATCH POINT’. Y ya que hablamos de besos empapados por la lluvia, merece la pena mencionar este de Chris (Jonathan Rhys-Meyers) y Nola (Scarlett Johansson) que consiguen que la pasión traspase la pantalla, en esta película de Woody Allen. Aunque al principio Nola se resiste a los encantos de Chris, al final no puede contener el deseo de probar sus labios, fundiéndose así en un increíble beso. Y de paso convirtiéndose en el objeto de deseo de medio mundo. La otra cara es que él se vuelve el hombre más deseado mientras que ella es el foco de envidia de muchas mujeres.

‘SLUMDOG MILLONARIE’. La película estilo bollywood dirigida por Danny Boyle en 2008 recoge uno de los besos más románticos y esperados. Es el de Jamal (Dev Patel) y Latika (Freida Pinto), después de superar todas las barreras que se interponían entre ellos, vuelven a encontrarse en la estación de tren, dónde Jamal le dice: “Este es nuestro destino”, a lo que ella le contesta: “Bésame”. Acto seguido se funden en un tierno beso en el que se dicen todo. Después de toda la película, la espera merece la pena.

Un San Valentín de película

Un San Valentín de película

Enamorarse fortuitamente en Notting Hill o acabar inmerso en un apasionado triángulo amoroso de difícil clasificación en Barcelona. Románticas historias de cine que nos ayudan a viajar y que pueden servirnos como inspiración para pasar un San Valentín de película.

En EL CORREO hemos decidido buscar inspiración para este San Valentín en la gran pantalla, historias de película que nos trasladan a otras ciudades con la excusa de un amor inolvidable. ¿Qué puede haber más universal que la historia de amor imposible de dos jóvenes cuyas familias están enfrentadas? La lucha entre los Montesco y los Capuleto o, lo que es lo mismo, el amor inmortal de Romeo y Julieta ha sido tantas veces reinterpretado que incluso el escenario ha ido variando. De la ficticia Verona Beach que acogió la película protagonizada por Leonardo Di Caprio y Claire Danes (Romeo y Julieta) al Nueva York de West Side Story. Nosotros nos quedamos con la Verona original retratada por la pluma de William Shakespeare.

El Hotel Palazzo Victoria puede ser una buena alternativa para visitar la ciudad en una fecha especial. De hecho, con motivo de San Valentín, este hotel, construido sobre un antiguo palacio del siglo XIV, suele preparar packs especiales que incluye, además del alojamiento, almuerzos en algunos de los restaurantes más conocidos de la ciudad, un paseo en coche de caballos por el centro histórico y un recibimiento en la habitación con un cóctel de bienvenida, bombones y pétalos de rosa. Estos días Verona solía prepararse para la fiesta con actividades como un encuentro de parejas para besarse durante un minuto en el mercadillo con forma de corazón instalado en la Piazza dei Signori. Visitar la casa de Julieta y ver la ciudad desde la Torre dei Lamberti son algunas de las paradas imprescindibles en Verona.

‘Irma la Dulce’. Quizá no sea la historia de amor más políticamente correcta de la historia del cine, pero es tan tierna y al mismo tiempo divertida que resulta un placer descubrir el París bohemio de la mano de Irma la Dulce.

Nôtre Dame, la Basílica del Sagrado Corazón, el Arco del Triunfo y, cómo no, la Torre Eiffel, conforman un marco único para disfrutar de cualquier historia de amor, siempre con el Sena como hilo conductor.

‘The Holiday’. Kate Winslet, Cameron Diaz, Jude Law y Jack Black son los protagonistas de esta película que en 2006 exploraba la dimensión humana y social de los incipientes intercambios de casa. Hoy, son muchas las páginas web que facilitan este tipo de intercambios o, sencillamente, la posibilidad de ofrecer tu residencia habitual a otros viajeros.

‘Vicky Cristina Barcelona’. Dentro del llamado ‘tour Europeo’ que trasladó las películas de Woody Allen de su tradicional escenario neoyorquino a ciudades como Londres o París, Barcelona fue otra de esas incursiones europeas con una película que reunió en la gran pantalla (y en la vida real) a Javier Bardem y Penélope Cruz, que le valió un Oscar a la de Alcobendas por su contribución al triángulo amoroso que cerraba Scarlett Johansson y que servía como excusa para mostrar una Ciudad Condal cosmopolita y hermosa. La Sagrada Familia, el Parque Güell o las Ramblas son solo algunos de los escenarios que se descubren a través del film.

‘Notting Hill’. Una estrella de Hollywood se topa fortuitamente con uno de esos británicos con encantador acento y arrebatadora sonrisa en pleno barrio londinense de Notting Hill. En la cinta, los sábados de mercadillo no vuelven a ser lo mismo para Hugh Grant y Julia Roberts, mientras que el espectador descubre un Londres del día a día, de comprar verduras y sentarse a leer en alguna de las céntricas y, al mismo tiempo, tranquilas squares.

De visita por Londres, no hay que quedarse solo con el mercadillo de Portobello Road. Terminada la jornada de compras, se puede hacer una parada en el Churchill Arms, uno de los pubs londinenses con más solera que alterna el servicio tradicional de pintas con una comida tailandesa genuina servida en un auténtico vergel de flores y mariposas. Para acabar el recorrido por la zona, se puede disfrutar de un agradable paseo por los jardines de Kensington, cuna del personaje de Peter Pan, que acoge una escultura del jefe de Nunca Jamás para recordarnos el niño que llevamos dentro.

‘Carta a una desconocida’. Para mí hay tres imágenes míticas de amor perdido, y las tres pasan en una habitación: la reina Cristina de Suecia acariciando los muebles de la alcoba para guardarlos en su memoria, Casque d’Or llegando a la pensión frente al patíbulo donde ejecutarán a su amante, y Joan Fontaine subiendo por última vez la escalera del apartamento de Louis Jourdan en este film, mientras la cámara de Ophüls gira lentamente para fijar su recuerdo. Casi una película de terror: cada vez que aparece Louis Jordan te dan ganas de gritarle a ella: ¡Cuidado, Joan, a tu espalda!

14 feb 2021 / 01:01
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