La Lagoa de Cospeito

TARDE DE DOMINGO LLUVIOSA en la Lagoa de Cospeito, la joya de la corona del municipio. Lo primero que hay que decir es que está muy cuidada, lo que la convierte en un lugar ideal para hacer rutas o caminar. Posee un museo de las aves, un centro de interpretación y miradores.

Cada lugar de Feira do Monte conduce a la Lagoa, así que no hay pérdida. Desde 2002 es reserva de la Biosfera por la Unesco, pertenece a la Red Natura y está integrada en el Lugar de Interés Comunitario (LIC) Parga, Ladra, Támoga, lo que la convierte es uno de los humedales más destacados de Galicia, si no el que más.

La Lagoa de Cospeito tiene una fauna y flora únicas. En ella anidan el ánade real, el silvón, el friso y el rábudo, aunque son aves migratorias. También pueden verse con prismáticos la cerceta común, el pato cuchara, la avefría, la agachadiza común, el chorlito dorado y el zarapito real. En flora posee un cardo único, sauces, bosques de robles y abedules. El 20% de las aves amenazadas en Galicia se pueden encontrar en la Lagoa de Cospeito.

El humedal tiene su historia, que la lámina de agua cubrió el antiguo pueblo de Cospeito, Veria, aunque es más tema de imaginación que de realidad.

La tarde con el amigo, caminando a buen ritmo, y charlando se consume enseguida. Llevo una ampolla en un pie, pero la belleza del entorno hace que me olvide de ella y continue la caminata. La conversación con el compañero, una persona culta formada a sí mismo desde la humildad, tiene muchos kilates de interés.

En Terra Chá, por ser una planicie, existen más lagunas, como la de Caque en Castro de Rei, cerca del antiguo hospital psiquiátrico, y el LIC de Begonte, el Pozo do Ollo, donde hay nenúfares.