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José Vaccaro, arquitecto y escritor

Me gustaría ser, o mejor llegar a ser, un hombre del Renacimiento

Escritor, arquitecto y abogado español, José Vaccaro Ruiz combina su pasión por la escritura con su trabajo dedicado al urbanismo y la función pública.

El autor José Vaccaro Ruiz llega a la literatura después de un largo recorrido por el mundo empresarial y la Administración Pública como arquitecto y abogado. Sus novelas son reflejo de las vivencias personales en los consejos de administración de las multinacionales, en los despachos y en los comederos donde se cierran acuerdos de dudosa ética, unos lugares donde todo, o casi todo, está en venta.

Las tramas de sus novelas pretenden mostrar el lado oscuro de la naturaleza humana en todas sus formas y escenarios. Desde la ambición pura y dura, hasta el hombre y la mujer como mercancía de compraventa y consumo, el engaño, la simulación, el fariseísmo de la política, la manipulación etc.

Su primera novela, “Ángeles Negros”, ganó el Premio “Isla de las Letras” en 2008, y desde entonces ha publicado 12 títulos más, entre ellos “La Vía Láctea”, “La Granja” y “CataloniaParadís”, este último sobre el tráfico de influencias que José Vaccaro, en su condición de urbanista, ha tocado de cerca.

También, enamorado de Antonio Gaudí, ha publicado “Conjura Gaudí” sobre un posible atentado al templo de la Sagrada Familia utilizando como ariete el túnel del AVE que pasa paralelo a sus cimientos.

Asiduo a los festivales literarios, ha estado presente en bcnegra, la Semana Negra de Gijón, Bossost, Lloret Negre, Cubelles Noir, Bellvei Negre y Octubre Negro en Madrid, y el recientemente celebrado Congreso 2021 de escritores en el Principado de Andorra.

Actualmente es comisario de la Jornada de Novela Negra que se celebrará en Sitges el 10 de junio de 2022, y subcomisario de Octubre Negro en Madrid, que este año cumplirá su cuarto aniversario.

Parte de sus novelas están protagonizadas por el personaje, Juan Jover, un conseguidor de recalificaciones urbanísticas y contratos con la administración pública, esta vez con la experiencia acumulada de 8 años como jefe del Servicio Técnico del Ayuntamiento de El Prat de Llobregat. Sus últimos libros son “El Negro, el Nano, la Muerte”, situado en un internado religioso durante el Franquismo, editada por Atlantis, y “El Regreso”, sobre el tema de los niños robados, editado por Distrito 93.

¿Quién se esconde tras el abogado, arquitecto y escritor?

Me gustaría ser, o mejor llegar a ser, un hombre del Renacimiento, un humanista curioso y atento a cuanto le rodea: la política, la música, la filosofía..., en definitiva, la vida en su más amplio sentido. El oficio de escritor no deja de tener, o ser, una mezcla de Arquitectura a la hora de construir los personajes y la trama de una novela, con la Abogacía, tremendamente humanista y analista de la conducta humana: el Derecho Penal, el Civil, de Familia... Los especialistas no me caen nada simpáticos: saben mucho de poco y muy poco de todo. Los franceses los llaman idiotsas-sabios.

¿Qué te aporta la escritura, la abogacía y la arquitectura?

Profesionalmente trabajo en el mundo del urbanismo: planeamiento, urbanización, etc., una disciplina en donde Arquitectura y Abogacía se dan la mano. Un campo, el diseño de ciudades, en donde los intereses económicos pesan mucho y limitan en gran manera la creatividad y la libertad en beneficio de la economía. De ahí que la escritura me permita sacar esa libertad al inventarme personajes y situaciones (también critica social), que en mi labor de puro urbanista me está vetada.

¿Cómo compatibilizas la vida familiar, social y tus trabajos y aficiones?

Hace más de 4 años que perdí a mi mujer, que por otra parte era muy comprensiva con mi afición a la escritura, eso hace que ahora pueda organizar mi tiempo sin que la familia y los compromisos sociales tengan tanto peso. En mi actual soledad me he vuelto más ensimismado hacia la lectura de los clásicos, buscando en ellos eso tan difícil de lograr como es la sencillez en la forma y la intensidad en el fondo: Delibes, Valle Inclán, Laforet...

¿Podrías compartir con nosotros alguna anécdota relacionada con la época en la que escribiste tu primera novela?

La primera novela tiene la enorme virtud de la inocencia. Por mucho que hayas leído, te falta la técnica que solo se coge con la experiencia que vas adquiriendo, junto con la autocrítica. Cuando envías el manuscrito a una editorial y te contestan que están dispuestos a editarla (en mi caso fue “Ángeles Negros”, que además obtuvo un premio), te parece estar en una nube. Es una sensación maravillosa e irrepetible, un verdadero subidón de adrenalina, como dicen ahora.

Y cuando recibes el libro, hueles la tienta aún fresca y te abanicas con sus páginas, ya ni te digo.

¿Qué podemos encontrar en lass páginas de tus obras?

Espero que ante todo entretenimiento, pero también descubrirles en los personajes, la trama y la historia, algo que no conocían. Me interesa mucho la documentación acerca de los hechos o la época de la historia donde se desarrolla. La verosimilitud debe ser el primer mandamiento para el escritor. Que el lector “crea, sienta y viva como posible” aquello que el libro le muestra.

Esa verosimilitud tiene muchas formas. Imagínate la Ciencia-Ficción, en ese género literario los autores tienen la habilidad de meternos en un mundo de viajes interestelares, cyborgs y robots, absolutamente creíble gracias a unas convenciones técnicas de futuro de las que participan escritor y lector.

¿Qué opinas de la relación entre los escritores? ¿Has encontrado apoyo entre tus compañeros o, es un mundo de solitarios?

El de los escritores, como cualquier colectivo, es complejo. A medida que uno va entrando en ese mundo se va dando cuenta de que lo realmente positivo del mismo es la amistad entre personas que tienen la misma afición. Si eres capaz de poner eso por delante del ego (que hay bastante, todo sea dicho), y absorber la inteligencia, la viveza y también el humor de tus compañeros de profesión haces grandes amigos que te aportan, además de cosas positivas, una visión del mundo y de la vida muy especial y deferente.

Háblanos de tu última novela y del siguiente proyecto. ¿Con qué nos vas a sorprender en esta ocasión?

La última publicada es “El Retorno”. El título viene a cuento porque a veces, muchas veces, el mal que alguien ha hecho a los demás retorna en forma de resarcimiento y venganza. La novela está emplazada en un tiempo pasado cuando se robaban recién nacidos para venderlos, estamos hablando de la Dictadura. Y a la vez en el presente, cuando esa venganza tiene lugar.

Ya he mencionado la Ciencia-Ficción, me gustaría escribir algo de ese género literario. De hecho, me voy documentando. Pero mis esfuerzos ahora están puestos en una novela sobre la corrupción política de alto nivel, muy especialmente en los partidos políticos y en las maniobras para conseguir y mantener el poder, la distinción que hacen de los “suyos”, los propios, a diferencia de los “otros”, los enemigos. Romanones acuñó una frase perfecta que lo describe: “A los amigos el culo, a los enemigos por el culo, y a los indiferentes la legalidad vigente”. Perdón por la escatología, pero la culpa es de Romanones.

26 jun 2022 / 01:00
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