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Muere Hans Küng, el teólogo más universal

Si el Papa Juan XXIII, al que conocí y traté personalmente, hubiera tenido una edad centenaria, casi bíblica, el teólogo suizo no hubiera sido tan controvertido. De suyo Juan XXIII, lo nombró consejero oficial del Vaticano II. Küng actuó como experto y asesor de los obispos entre 1962 y 1965, por lo cual participó activamente en el Concilio (en realidad, al morir Hans Küng queda solo un testigo ocular del concilio: el Papa emérito Ratzinger. Con razón al principio del concilio los denominaban los teólogos adolescentes) . Abogó por un acercamiento real entre la Iglesia Católica y la protestante; defendió la necesidad de una apertura de la Iglesia al mundo moderno, para lo cual deberían transformarse las estructuras, ya que –según él –es imposible lograr una paz en el mundo si antes no se consigue una paz entre las distintas religiones.

En 1967 publicó “La Iglesia” en la que se pronunciaba sobre la supresión del “Imprimator” o censura previa de los libros teológicos y la abolición del celibato clerical y a la que en 1976 siguió “¿Infalible? : Una pregunta” ( en esta obra se manifiesta contra el dogma de la infalibilidad pontificia, atendiendo más bien al dogma tal como lo propone el Vaticano I).

El 21 de febrero de 1975, el Vaticano realizó una declaración mediante la cual no se dictaban sanciones disciplinarias contra el teólogo Küng , pero se le amonestaba a que no siguiera enseñando tesis “que se oponen –según la congregación para la doctrina de la fe (antes Santo Oficio) - a la doctrina de la Iglesia Católica”...

Hans Küng fuel el primer sancionado del pontificado de Juan Pablo II. En 1980 dejó de pertenecer a la facultad de Teología de la universidad de Tubinga. Esta decisión de la iglesia fue la que, tal vez, más le dolió a Hans Küng. Le hizo cuestionar toda su vida (hasta la económica). “La vida sigue, pero ¿Cómo?”. Es lo que preguntaba Hans Küng en sus horas más bajas, cuando el Papa le retiró la licencia eclesiástica de la enseñanza. Y sucedió lo que nadie esperaba: Hans Küng no se rindió, sino que desplegó toda su capacidad como pensador universal, más allá de la crítica de la Iglesia.

De las tres últimas décadas de su vida, de sus grandes logros, pero también de sus amargas experiencias, rinde cuenta en la tercera entrega de sus memorias, (Humanidad vivida).

No solo narra el esfuerzo por abrir meros campos de estudio y actividad, desde el ecumenismo de las religiones del mundo hasta la “ética mundial”. También habla con toda claridad de las cuestiones que se le plantean al “atardecer de la vida” y que conciernen a todo hombre. Estas memorias son relato y reflexión la vez: de la historia del tiempo presente, de la historia de la iglesia, de la teología y de las religiones. “Humanidad vivida” (Hans Küng) con todas las luces y sombras.

Las memorias a las que nos referimos son tres tomos (publicados en la editorial Trotta) en las el lector no solo profundiza en la teología (Küng era un escritor claro y conciso: con el tema de la Ética, medio mundo leyó sus escritos) sino que también se entera de los entresijos de la curia Romana y de los detractores del gran teólogo.

La lista de sus publicaciones es inabarcable. El impacto de sus escritos fue y sigue siendo indiscutible.

Lo dije y lo vuelvo a repetir, si existiera un premio Nobel para le Teología, hace tiempo que lo hubiese obtenido.

Antes de empezar a escribir este artículo miré los títulos que había en nuestra librería y eran justamente 42. Aunque algunos de los más famosos están agotados como, por ejemplo. “La Iglesia”.

Ante nosotros tenemos la vida de un cristiano que ha sabido defender un cristianismo como el de Jesús, sin sentirse encorsetado por ninguna clase de tutela de la Iglesia y alcanzando una libertad conquistada, no regalada.

Ratzinger fue amigo y sancionador. Pero Küng respeta la decisión del Pontífice y luego le parece valiente la renuncia al papado. Lo que le extraña (y yo lo he pensado varias veces) que no se haya retirado a su patria bábara o a algún bello lugar de Italia, sin que vaya a residir en el futuro centro de poder que es el Vaticano. El seguir viviendo en el Vaticano, ¿como afectará al nuevo Papa Jorge Bergoglio? .

Para concluir, yo como hombre de fe, y al mismo tiempo admirador de Hans Küng solo pediría a lo alto que enviase a esta tierra tan necesitada de fe y, al mismo tiempo de trabajadores como Hans Küng. Pido que envíe no uno, sino uno por cada continente.

De la lectura superficial de este artículo con tanta controversia, con tanta negación, parece que induce a pensar que Hans Küng era un hombre serio, de vuelta de la vida, seco, sin humor. Todo lo contrario, cuando yo lo conocí en Roma era simpático, lleno de energía e incluso de humor.

Pese a tanta controversia con papas, en la curia romana, etc. Llega a decir que con el nombramiento de Jorge Bergoglio ha llegado al Vaticano una primavera católica. Esto mismo dijo Leonardo Boff cuando terminó de entrevistar a Pepe Mújica. Al marchar y despedirse de Mújica vio que le caían algunas lágrimas y dijo: cuando te veo a ti y a Bergoglio en el Vaticano veo una luz de esperanza, una verdadera primavera para la iglesia. Pepe Mújica ya jubilado y Bergoglio a la sombra del papa emérito, todas las esperanzas que se habían puesto en el nuevo Papa se vinieron abajo. Las reformas esperadas de Bergoglio, se anularon puesto que la sombra del emérito lo cubre totalmente. Esto lo pensé yo, antes de leerlo en Hans Küng.

Yo asistí a varias presentaciones de libros de Hans Küng y el presentador dijo: aquí tenemos al gran teólogo. Verlo es como cómo si viéramos a la misma teología en persona; es como ver a Sto. Tomás, en traje talar.

En una reunión el Colegio Español de Roma dijo que él era “homo latinus”. Y en aquel momento pronunció en perfecto español una frase de Unamuno que yo tenía ya olvidada: “ el rio Loira –dice Unamuno- divide a Europa en dos: para abajo viven hombres con pelo negro que cocinan con aceite , son sabios casi dioses y para arriba hombres altos que cocinan con grasa y son esquiroles.

Al final de sus memorias termina con una frase de su puño y letra:

Te doy gracias a ti, el fundamento, sostén y sentido primigenio de nuestro ser/ a ti el gran misterio inexpresable de nuestra vida/ a ti el infinito en todo lo finito/ a ti el inefable en todo lo que hablamos.

13 jun 2021 / 00:40
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