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‘O traductor de sombras’: novela vivencial

La novela del siglo XX plantea problemas. Y seguramente la novela del siglo XXl también plantea problemas, y los que vendrán, y seguro que de índole distinta. Los dos libros esenciales sobre el tema continúan teniendo vigencia y valor. Son “ Renovación de la novela en el siglo XX “, del inolvidable Don Benito Varela Jácome, e “ Introducción a la novela contemporánea “, de Andrés Amorós. Estos dos estudios iluminan claves del arte narrativo actual. Surge ahora la novela “O traductor de sombras “, de Moncha Fuentes. Distintas épocas y generaciones entran en ella. Esta novela la denomino novela vivencial: se nutre de recuerdos autobiográficos, se nota una reproducción acertada de aspectos de la vida, en la que también ingresan los recuerdos de la vida, se da una profundización en la psicología de los personajes, ofrece un mundo inquietante, el lenguaje de los personajes emerge entre confidencias y confianzas con escritura encabalgada ajena a la sintaxis convencional, y recuerda por cierto en algo la técnica del monólogo interior.

Moncha Fuentes refleja también una generación : la generación Nós de Ourense, la fundadora de su Revista, y en concreto desde la perspectiva y las vivencias de un viejo galeguista de Ourense en al año 31, en pleno albor de la República. El propio relato de cada personaje determina su vivencia. La novelista anota --escribe-- con los ojos lo que ve, lo digiere, lo selecciona y después (lo ) escribe. “O traductor de sombras” proporciona pensamiento. Deja impacto directo en la mente. Ocupa por todas sus páginas un lenguaje familiar, vivo y fresco, en que convive también la aprobación de los recuerdos. Todos los personajes ofrecen una intimidad que de algún modo nos afecta. El yo, como técnica narrativa elegida, produce un directo primer plano, lo que produce un directo aumento óptico de cada personaje en la página, en la “pantalla” de la novela, por ello la atención es constante.

LA BIOGRAFIA, ELEMENTO ANTROPOLÖGICO. Seguramente lo que más caracteriza al ser humano es la biografía. Quiero decir con ello que su vida no es una línea simple que avanza siempre igual y en repeticiones solamente. Lo acompañan hechos, eventos, acontecimientos, sucesos. En lenguaje sencillo : le pasan cosas. Cualquiera próximo a morir, aún por muy insignificante que hubiera sido su vida, tiene algo que contar, tiene algo que narrar de su propia vida. Esto es un valor inherente a la propia vida. Y lo primero que tiene que contar siempre, cualquier hombre o mujer, es el esfuerzo que tuvo que desarrollar para poder haber vivido verderamente y auténticamente. Crear acontecimientos, atrevimientos y conseguimientos constituyen la culminación de una vida biográfica, plena y auténtica. Y añado que , con frecuencia, estas son vidas heroicas ; vidas contra hechos que atenazan y no elegimos. Viene ,aquí y así, la dialéctica : procurar disminuir, en tanto podamos, ese hecho que nos daña oponiéndonos con todas nuestras fuerzas. Tratamos entonces de resolverlo con la razón o de disorverlo con las armas psicológicas a nuestro alcance, como puede ser exponer n uestros problemas a los otros en una audaz transferencia. La voluntad y la valentía son aliados. Tanto que existen vidas que son apropiadas para una novela--y existen novelas que las tratan--, y también existen novelas que tratan de esas vidas--broncas, directas, aportativas--, en suma : que aportan algo, que añaden algo en lo cualitativo ; en suma: que son interesantes. La consecuencia final es que enriquecen a lector, la dan un cambio a más y a mejor en el camino de su vida, complejo siempre; y por ello colaboran en su vivir cotidiano, a veces dificultoso, a veces dichoso.

Todos los personajes componen las voces de un coro : Roque Corbal, Néstor, Camila Ferro, Arcadio Corbal, Inés Lostre e Simón Cibeira expresan aleluias de sonidos-- quejas, confidencias, gemidos, lástimas, confesiones-- , y una vida soberanamente expresada, y con un remate final magnífico : un catarsis general, que intenta devolverles la dicha.

Como novedad narrativa, como artista, impone Moncha Fuentes Arias cambios de marcha en su narrar mismo, en su motor intelectivo mismo. Velocidad y lentitud están conseguidos a propósito. Como si además el arte de narrar conectase también con lo temperamental y visceral, con algo fisiológico y racional al mismo tiempo. Claro que Moncha Fuentes es la dueña de su propia escritura. Conduce el automóvil de su creatividad y le inyecta unas velocidades que incluyen clímax, belleza y acierto , dando como resultado una aprobación total. Esta aprobación viene reflejada en la relectura de “O traductor de sombras “, lo que conduce a una valoración, todavía mayor, del fascinante mundo de la Literatura.

13 ago 2022 / 14:46
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