Valença
Muy bien conservada y sumamente cuidada, Valença permanece quieta, recibiendo, atendiendo, ofreciendo. Está situada en un borde sólo con la interrupción del Miño que sin cesar divide y conecta. Valença, bien se sabe, es una ciudadela: fue siempre una reducida población de rufugio para la vigilancia en época de guerra, y claro que la hubo, en el XVll con la victoria de Portugal contra España, por suerte, y para siempre. Imprevistos ante un ataque , temores, inseguridades, centinelas armados, ofensivas rápidas... ahora Valença exprime una tranquilidad ligada al comercio y a la hostelería, y ejecuta muy bien ambas actividades. Dos características espléndidas la acompañan : su posición -- la orografía perfecta sobre la que está instalada -- y su arquitectura, muy lusitana y muy bien restaurada. De esta manera resurge la “atmósfera” de la Historia y se detecta una actualización constructiva con todas sus cualidades conservadas o reparadas ( resucitadas ).
El complejo mensaje de Citadelle (1948 ) de Saint--Exupéry ,el coraje ante la adversidad, se puede aplicar a estos años combativos, por suerte ya desaparecidos. La precaución anterior ante el enemigo que pudiera entrar, queda ahora transformada por la precaución de vehículos y peatones al interior por las puertas de la fortaleza. Morosidad y atención son sus elementos., como también lo son el deseo, la curiosidad y la ilusión, pero también el apetito para comer un buen bacalhau regado con un blanco frío.
TUI, CUAN DIFERENTE. Esta es la gran paradoja : la diferencia entre ambas poblaciones , tan cerca y tan distintas. Esta diferencia es la radiografía de dos mentalidades, de dos culturas y de una serie de acontecimientos históricos diferentes. Más cuidada una, también por el turismo ; más descuidada la otra, aunque con una catedral que impresiona, la atención que debieron prestar a Valença dependió siempre de sus habitantes, cada cual con su propia voluntad, intereses y necesidades, y también los liberados del prejuicio --español y gallego--cara a los contenidos de Portugal.
Escasa cultura y procedencia social baja, además de una malicia insana fueron siempre sus condimentos sucios. Que se arregle un espacio cerrado suele ser normal y lo fácil; pero que se arregle incesantemente un espacio abierto, bien es verdad que en mucho pendiente del visitante , resulta ser algo infrecuente, sobre todo con árboles y jardines con diseño estudiado.
Cuidado, seriedad y estética son las características que encontré en Valença. La vista que tiene el Parador es como una leve navegación aérea.
LAS DOS ATRACCIONES. La entrada a Portugal desde en Valença está muy bien arreglada. El efecto psicológico--y la intención política-- consiste dar una buena imagen lusitana y en animar a seguir al visitante, es decir, a bajar y cuanto más mejor. Claro que también le invita a quedarse, a no ir más allá por cuanto su quietud está rodeada de belleza y de satisfacciones. Se dan aquí dos atracciones fundamentales : el mercado de los miércoles donde se pueden encontrar productos naturales y textiles muy variados y con precio en directo, de viva voz, lo que anima al regateo. Muchas señoras salen desde Vigo y desde otros lugares en grupo para comprar y después se quedan a comer en los restaurantes de la fortaleza, y sin duda que después regresan satisfechas a sus casas.
Los aires distintos y la experiencia interrumpida frente a lo cotidiano o monótono trae siempre dimensiones positivas y una perspectiva enriquecedora. Frente al artificio presentado por los grandes almacenes y las grandes marcas , encontrar un producto natural en vivo, con percepción clara anima a que la mano agarre contenta y se lleve ese producto, que es además el representante natural de una tierra --una parcela, un terreno-- con nombre propio y con tradición secular. Franco Grande me contaba que le encantaba presenciar el espectáculo vivo de estos mercados. La otra atracción reside en las feria de antiguedades que se celebra el primer domingo de cada mes. En ella se pueden encontrar desde elementos del patrimonio artístico portugués (un medallón colgante de Teixeira Lopes, piezas de Bordalo Pinheiro, loza de Sacavém y Massarelos) hasta una balconada de hierro, un pote de barro o una marca de coser Singer que aún funciona. Entre este espacio de objetos funcionan tanto el súbito captar referido a una pieza interesante por sí ( o que interesa ), y que de inmediato ocupa la atracción del que descube su valor; como también funciona algo que interesa después de mucha búsqueda e incluso de repetición por el mismo espacio, y que es la recompensa de las horas e incluso al desánimo y casi al abandono.
Pululan por estas ferias vida y desorden, entusiasmo y entrega, coleccionismo y selección, relajación y un sabe aprovechar el momento, y también olvido de mezquindades además de entusiasmo ante estas antiguedades que en realidad son oportunidades únicas. Valença misma representa a Portugal ; recoge muchós de sus elementos .Es una muestra que llena y a veces también anima a acercarnos a Monçao, a Cerveira, a Caminha, a Paredes de Coura... Foco de comercios y de negocio, cómplice pilla del estraperlo y del contrabando de café y otros productos en años difíciles ,Valença ahora sonríe llena de dones y de fortuna.