Elecciones 23J

La desaparición de Podemos en Madrid compromete la presencia de Irene Montero y Ione Belarra en la lista de Sumar en la capital

El reparto territorial prima a Más Madrid en la lista más disputada, donde Yolanda Díaz va como candidata

Las ministras de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero e Ione Belarra, abandonan el Hemiciclo.

Las ministras de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero e Ione Belarra, abandonan el Hemiciclo. / EFE

Ana Cabanillas

La debilidad de Podemos amenaza el papel de Irene Montero y Ione Belarra en la candidatura de Sumar. Yolanda Díaz llamó este lunes a los partidos a la izquierda del PSOE para abrir vías de negociación y buscar un acuerdo exprés ante el adelanto electoral del 23 de julio. Desde entonces, su equipo trabaja en encajar las distintas piezas del tablero político, en función del peso de cada formación y su representatividad en los territorios. Los equilibrios no son fáciles y la debacle electoral de los morados el pasado domingo les deja en una posición comprometida. La desaparición del partido en Madrid, al no llegar al 5% del voto a nivel autonómico ni municipal, le resta fuerza a la hora de situar a sus dos máximas dirigentes en las listas por la capital.

Yolanda Díaz ha acelerado sus pasos después de la decisión de Pedro Sánchez de adelantar los comicios a verano. La dirigente gallega registró este lunes un partido "instrumental" llamado Movimiento Sumar, para permitir que la coalición pueda llamarse 'Sumar', a secas y desligarse así de las formaciones ya existentes. La creación de una organización propia permite a Díaz mayor control sobre la coalición y reducir el resto protagonismo del resto de partidos.

Negociaciones precipitadas

El inesperado adelanto electoral del lunes precipitó unas negociaciones a contrarreloj que se están llevando a cabo con la máxima discreción. Aunque casi una quincena de formaciones brindaron su apoyo a Yolanda Díaz en Magariños, la vicepresidenta segunda del Gobierno ha primado a Podemos e Izquierda Unida, los dos actores con implantación estatal de mayor representación, con quien mantiene conversaciones iniciales. El resto de fuerzas regionales, como Compromís o Más Madrid, no han entablado todavía este tipo de conversaciones, aunque en el caso de los valencianos han planteado ya algunos de los requisitos.

Podemos es la organización que más exigencias ha puesto hasta ahora para llegar a un acuerdo con Sumar, requiriendo primero que se celebrasen primarias abiertas para dar su apoyo a Díaz -un proceso que ya está descartado por todas las partes- y reclamando un protagonismo indiscutible de Podemos en la futura candidatura.

Pero después del batacazo electoral del domingo, donde perdieron gran parte de su representación institucional, el partido de Ione Belarra parece haber rebajado sus imposiciones. La única reacción de la cúpula a la jornada electoral ha sido admitir los malos resultados y anunciar el inicio de las conversaciones con Díaz.

Algunas de las voces de más peso en el partido como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero han admitido que la unidad es "imprescindible". Una expresión que está por ver si refleja una voluntad real, ante el riesgo que conlleva ir por separado a los comicios, o si forma parte de una escenificación para no asumir las consecuencias en caso de ruptura.

En este sentido, resulta significativa la advertencia de Iglesias, que al mismo tiempo en que este lunes pedía ser "humildes" y asumir los resultados de Podemos con "modestia", culpaba directamente a Yolanda Díaz del éxito o fracaso de dicho acuerdo y de los futuros resultados electorales. "La responsabilidad que tiene el líder es del 90%", advertía el dirigente, en un regalo envenenado a la líder de Sumar, y llamando a "arrimar el hombro" al "resto de actores". "No conseguir un acuerdo sería un fracaso de Yolanda y su partido y un fracaso para todos".

La batalla por Madrid

Con la elaboración del programa en un estado "muy avanzado", según defienden desde Sumar, la negociación que se abre tiene varias patas, como el reparto de recursos económicos, de trabajadores y asesores, o el peso de los partidos en los órganos decisorios de la coalición. Pero la gran disputa es sin lugar a dudas la batalla por las listas electorales. Los puestos asignados, en función de la provincia por la que se concurra o el número que ocupe, otorgan a los partidos más o menos opciones para lograr diputados y tener peso político real. Y es este punto donde se centran los esfuerzos para encajar todas las piezas del puzzle.

La lista de Madrid es la más disputada, al ser una de las ciudades que más escaños reparte y que asegura a elección de sus dirigentes. Unidas Podemos logró en la capital 5 escaños en 2019, y Más País, 2. Un total de siete puestos asegurados que suponen poco espacio para muchos aspirantes.

Como candidata, Yolanda Díaz concurrirá como cabeza de lista por esta circunscripción, y en los puestos de salida se prevé representación de Más Madrid, la formación que lidera la oposición a Isabel Díaz Ayuso, con la previsible inclusión de Iñigo Errejón. En estos primeros puestos también cabe Enrique Santiago, secretario general del PCE y miembro de IU, además de persona de máxima confianza de Yolanda Díaz. El reparto deja pocos huecos para Podemos, que podría ver reducido su espacio en las listas de Madrid después de quedar sin representación en la capital, según apuntan fuentes próximas a las negociaciones.

Podemos quiere asegurar los puestos de Ione Belarra e Irene Montero. Pero la lógica del reparto territorial merma sus opciones, ante el mayor peso que quiere dársele a Más Madrid, y sólo asegura un puesto para Podemos en la parte alta de esta lista. Un punto que es objeto de debate y que obligaría a los morados a elegir a cuál de las dos ministras incluyen por Madrid y a quién sitúan como cabeza de lista de otra circunscripción en la que tengan más o menos asegurada su elección.

Andalucía, territorio de IU

Si bien Podemos mira con atención a Madrid, Izquierda Unida hace lo propio con Andalucía, donde tiene una gran implantación territorial y mayor número de concejales. El control de IU en este territorio es casi total y quiere hacer valer sus posiciones, ocupando una parte importante de las listas ante la incomparecencia del resto de partidos presentes en el tablero andaluz. En las últimas generales, su líder Alberto Garzón concurrió como cabeza de lista por Málaga, y no sería de extrañar que repitiera en el puesto.

Mientras tanto, Ada Colau tendrá un peso importante en el diseño de listas en Cataluña. La circunscripción por Barcelona, donde En Comú Podem logró en 2019 7 diputados, también asegura la representación, lo que garantiza gran protagonismo de los comuns en la próxima legislatura.

El caso valenciano guarda ciertos paralelismos con Madrid. Podemos también ha desaparecido en aquel territorio frente a Compromís, que es la referencia a la izquierda del PSOE y que ya trata de hacer valer sus posiciones, exigiendo ocupar los puestos de salida en todas las provincias valencianas y mantener su identidad en la papeleta. Está por ver en qué medida se incluye a Podemos en estas listas, o quedan relegados a puestos simbólicos.