“La eólica es el futuro industrial y económico de Galicia”

Manuel Pazo Paniagua, presidente de la Asociación Eólica de Galicia, cuenta con una experiencia de más de veinte años en el sector. En esta entrevista, conversa sobre el futuro de los aerogeneradores en la comunidad, tras años de paralización judicial de los proyectos, y una vez el Tribunal Supremo ha revocado la anulación del proyecto de repotenciación del parque eólico de Corme.

¿Cree el sector que con esta primera sentencia se puede abrir la puerta a un cambio de paradigma en lo que a la Justicia se refiere, tras la paralización de la totalidad de los proyectos presentados?

Sin lugar a dudas, es un éxito de toda la gente que está involucrada. Desde los organismos administrativos a los de la propia asociación y teniendo en cuenta también a las empresas recurrentes. Era algo que preveíamos pero que tardó mucho en producirse. Unas organizaciones, bajo nuestro punto de vista negacionistas, no ecologistas, porque el ecologismo no va contra la energía renovable, recurrieron absolutamente todos los proyectos a pesar de contar con declaraciones de impacto ambiental. Una sentencia en contra desmontaría absolutamente todo lo que se ha hecho en los últimos 25 años. Es una norma básica del Estado y en el resto del país los proyectos se están aprobando y construyendo, mientras aquí no.

Durante el pasado año Galicia no estrenó ningún parque eólico debido a esta parálisis judicial, siendo la única entre las principales comunidades que aprovechan el viento como modo de obtener energía sin obtener ningún aumento de potencia. ¿Está la comunidad quedándose a la cola?

Después de todo, ahora el problema es que hay que volver a recuperar la confianza del capital y de las empresas, porque hasta hace nada Galicia estaba, en cierta forma maldita, a la hora de hacer este tipo de inversiones. Llegaban un montón de propuestas porque logísticamente y como mano de obra tenemos una excelente capacitación en el Estado, gracias en gran medida a que toda la diversificación del sector naval se fue al sector de las energías renovables. De hecho, tenemos casi un millar de empleados fuera de la propia comunidad, tanto en otras regiones de España como en otros países donde se están desarrollando las energías renovables y resulta absurdo que Galicia, que fue la pionera, no recupere ese liderazgo.

¿A qué se debe el rechazo social que parece haber suscitado en Galicia la energía eólica en los últimos tiempos?

Contra lo que pueda parecer, la opinión de los gallegos sobre la eólica es mejor que en el conjunto del Estado, y superamos el 85% de apoyo a las energías renovables y al sector eólico. Es más, en los 118 municipios que trabajamos estamos totalmente integrados y son de los más pequeños de Galicia y de los que menos renta per cápita tienen. Tenemos que decirlo, hay comunidades que solo viven de esto. En el monte donde hay un parque eólico no hay otra cosa porque cuando azota mucho el viento la industria forestal o la agricultura son inviables. Entonces, yo no tengo la sensación de que al sector no se le apoye. Lo que puede haber es un 5% de oposición, que políticamente está muy bien organizada. Pero en los sitios en los que estamos, vuelvo a repetir, desde hace 25 años, estamos integrados y damos una buena renta tanto a los ayuntamiento como a los propietarios.

La dependencia energética de Galicia es muy elevada, alcanzando el 62% de la energía que se consume. ¿Qué peligros supone esto para la actividad económica en el caso de que no se desarrollen las energías renovables?

Esto es lo más importante. Las industrias se establecen siempre donde la energía es barata y, sin lugar a dudas, esta es la energía más económica. Estamos en un momento en el que como el precio del dinero está tan alto, al final lo que se busca son contratos que les permitan contar con un precio fijo de la electricidad a diez años. No hablamos solo de las empresas nuevas que puedan venir a invertir, sino también de sectores ya desarrollados aquí como el automovilístico, las electrointensivas o el pesquero. Al final, lo que quieren es tener un precio estable a largo plazo y nosotros estamos dispuestos a hacerlo. En todo el mundo siempre pasa lo mismo. Las industrias se van donde la energía es barata. Y después quiero hablar de ese fake de que nosotros somos exportadores de energía y que parece ser que a la gente le encanta repetirlo.

¿No lo somos?

No, nosotros somos drogodependientes de combustibles fósiles, ya que importamos el 62% de ellos. Lo único que hacemos es exportar con electricidad, la parte correspondiente a lo que importamos de combustibles fósiles. En estos momentos hay un equilibrio eléctrico de producción y consumo en la comunidad, es cierto, pero tenemos que copar ese 62% que importamos porque estamos en una electrificación de la economía, lo que quiere decir que ese 62% tiene también que estar cubierto con energía eléctrica y la única forma es esta. No hay mejor forma de tener una autonomía y una independencia que tener y gobernar tu propia energía y atraer todas las industrias posibles dentro de tu territorio. En estos momentos hay 32 empresas que están intentando entrar en Galicia, pero sin parques eólicos es imposible ofrecerles unas buenas condiciones de precio de energía.

¿Existe realmente el riesgo de que esos proyectos sean inviables en caso de que las instalaciones renovables, en este caso aquí en Galicia fundamentalmente la eólica, no puedan cubrir sus necesidades energéticas?

No tengo ni la menor duda. Todos esos proyectos están pendientes de que firmemos un contrato de venta de energía a largo plazo con ellos. Y ahora, con los procedimientos judiciales que había no podíamos establecerlos. Aragón ha crecido mucho en los últimos años y gracias a ello se están estableciendo allí la primera fábrica de baterías, el primero de los centros logísticos de Microsoft o los centros logísticos de Amazon. Las empresas buscan ¿Por qué? Porque buscan energía barata y limpia ya que esa es la que se subvenciona mediante los fondos Next Generation. Es lo que quiere Europa, por eso ha declarado a la energía eólica como interés público superior sobre cualquier cosa porque si no Europa económicamente se desarma, se hunde.

Tampoco se está aprovechando la potencialidad del sector como acicate del mercado laboral...

Esperemos que a partir de ahora sí, pero con todo este conflicto jurídico realmente lo veíamos complicado. Aún así somos la comunidad que mayor número de empleos directos tenemos en energía eólica, alrededor de 5.500, con una influencia sobre el PIB del 1,6%. Si logramos incrementar la potencia en unos 500-600 MW anuales, necesitaríamos alrededor de unos 2.000 nuevos empleos. Además tendríamos que hablar de los empleos que generarían esas inversiones de las que hablábamos y que se calculan que estaríamos hablando de 7.000 empleos directos y otros 7.000 indirectos. En total, unos 14.000 empleos, con unas inversiones de alrededor de 6.000 millones. Pero es que aparte, como tenemos estos 500-600 MW, al final a esos 6.000 millones hay que sumar toda la potencia que tenemos aquí para desarrollar en los próximos años, unos 5.000 millones. De manera que en conjunto estamos hablando: de unas inversiones de 11.000 millones y de alrededor de 20.000 empleos. Por lo que no hay duda, esto es el futuro económico e industrial de Galicia.

A las puertas de unas elecciones autonómicas y tras la buena relación establecida entre el sector eólico y el actual Gobierno de la Xunta... ¿Existe temor a que un posible cambio en el Ejecutivo modifique sustancialmente esas relaciones?

La asociación se lleva bien tanto con un Gobierno de España que apuesta por las renovables como con un Gobierno de Galicia que también lo está haciendo. Políticamente es un tema de apuesta mutua, porque es el futuro y porque así lo está demandando Europa. Entonces, si hay un cambio de Gobierno, evidentemente se supone que seguirá las instrucciones y normas del Ejecutivo estatal que fomentan y apoyan los parques eólicos. Es más, hasta el propio BNG en su día, hizo un concurso en los mismos sitios, en las mismas zonas y con los mismos megavatios cuando ostentaron la Consellería de Industria. Es un tema que choca, porque parece que últimamente se opone a todo lo relacionado con la energía eólica, pero en su día en la época del bipartito se aprobaron 6.500 MW y ahora hay hechos alrededor de 4.000, estos 2.500 MW que quedan por hacer están en los mismos sitios que se aprobaron en su concurso, otra cosa son las condiciones de participación pública. Entonces nos parece un poco absurdo que no estén de acuerdo, y estoy convencido de que reconduciría su postura en caso de llegar al Gobierno. Cualquier política industrial necesita las energías renovables y en nuestro caso la energía eólica. No podemos olvidar que aquí es lo que tenemos y el interés es descomunal en la industria y no creo que ningún partido se oponga a esto, sería totalmente una imprudencia. Es un absurdo.