El teléfono contra el maltrato de los mayores triplica los casos en tres años: “La mayoría se producen en la familia”

“Esta es solo la punta del iceberg, ya que el número de denuncias es ínfimo”, señalan desde Confemac

Los hijos son los que más agreden

Una mujer empuja la silla de rueda de un anciano

Una mujer empuja la silla de rueda de un anciano / E. P.

Gabriel F. Blach

Las situaciones de maltrato pueden darse de múltiples maneras. No sé trata únicamente de ejercer la violencia física; las agresiones psicológicas o el abandono son otras maneras de maltrato, de las que los ancianos también son víctimas. La Confederación Estatal de Mayores Activos (Confemac) puso en marcha hace cuatro años el Teléfono contra el Abuso y Maltrato a las Personas Mayores, con el objetivo de ayudar a personas de avanzada edad que se encuentran en una situación de este tipo que supone un riesgo para su bienestar o, incluso, su vida. 

El último año, Confemac recibió un total de 857 llamadas procedentes de todo el Estado, lo que se traduce en 90 más que en 2022. “Esta es solo la punta del iceberg, puesto que el número de denuncias es ínfimo”, relata María José Sánchez, directora de este teléfono (900 65 65 66) que está activo todos los días del año en horario de 9.00 a 21.00 horas. “Cuando una persona llama al teléfono lo que se encuentra al otro lado es un profesional experto en la materia que le va a orientar y a asesorar dependiendo de su caso concreto”, explica.

Desde su puesta en marcha en el mes de septiembre de 2019, han atendido cerca de 2.500 casos en todo el Estado, una cifra que sigue una tendencia ascendente año tras año. En el caso de Galicia, Confemac ayudó el pasado año a 55 personas mayores, lo que triplica los casos con respecto a 2020, el primero en el que la línea estuvo activa los doce meses. Sánchez puntualiza, además, que ya han tenido conocimiento de dos nuevos casos en lo que va de 2024. “Año tras año hemos ido viendo que los casos han ido aumentando. Lo relacionamos con la sensibilización y con el conocimiento de que esta realidad existe, pero también con que la gente tiene un recurso al que acudir”, subraya.

Coger el teléfono y poner límites

Cuando una persona llama al teléfono de Confemac detrás le espera un profesional que “le da una serie de orientaciones sobre cómo actuar en su caso”. “Esto se registra en nuestro programa informático. Cuando la persona vuelve a llamar, que es lo habitual, si no es el mismo profesional el que le atiende, quien coge el teléfono sabe perfectamente lo que se ha hablado”, señala Sánchez sobre el funcionamiento de la línea. 

Aunque las forma en las que se puede dar el maltrato son múltiples, la directora de esta línea telefónica detalla que en el caso gallego el año pasado “un 84% de los casos notificados se produjeron dentro del ámbito de la familia. “Esto es muy difícil de hablar, de poder alzar la voz, porque quien más se nos notifica que agrede, en un 57%, son los hijos. Eso es muy duro para la persona que llama”, indica Sánchez sobre las situaciones de las que tuvieron conocimiento en la comunidad. 

“Para muchas personas mayores en su mente no cabe la posibilidad de denunciar a un hijo porque, además, es probable que la persona que le está maltratando también sea quien le está cuidando”, resalta Sánchez. En este sentido, señala que parte la labor de Confemac es “empoderar al mayor, ponerlo en el centro”, con el objetivo de “valorar con ella todas las posibles soluciones y ayudarla a poner límites”.

El maltrato psicológico

“Habitualmente no se da solamente un tipo de maltrato. La puerta de entrada suele ser el maltrato psicológico y, una vez se tiene dominada a la persona, se empiezan a implementar otros tipos de maltrato”, expone la directora de la línea telefónica. El año pasado, la mitad de los casos de maltrato en la comunidad eran psicológicos, pero el abandono y la violencia física afectaron a casi el 30%.

Las mujeres representan a la mayoría de las víctimas en los cuatro años que la línea lleva en funcionamiento en la comunidad, entorno al 65%. “El perfil suele ser una mujer mayor que vive sola con algún tipo de patología invalidante con necesidad de cuidado”, precisa Sánchez, que esgrime que A Coruña y Vigo concentran la mayoría de los casos que han atendido en este período.