Casi 150 mayores están en lista de espera para el servicio de ayuda en el hogar de Santiago

Los trabajadores aseguran que pueden pasar cuatro meses hasta que se concede

Confían en que el nuevo contrato que licita el Concello mejore la atención a los usuarios y las condiciones laborales del personal 

En la capital gallega el 23,5% de la población está envejecida y casi el 20 % de los mayores viven solos

En la capital gallega el 23,5% de la población está envejecida y casi el 20 % de los mayores viven solos / Iñaki Osorio

Tras dos sanciones a la actual concesionaria, el Ayuntamiento de Santiago ha decidido convocar cuanto antes un nuevo contrato para el servicio de ayuda en el hogar (SAF). El objetivo, según se explica en el informe justificativo de la licitación, es acabar con la abultada lista de espera. Actualmente 143 mayores (112 de ellos en situación de dependencia) demandan un servicio que puede tardar hasta cuatro meses en materializarse, según ha reconocido el Concello y también denuncian los trabajadores. 

En la capital gallega la población envejecida supone el 23,5% del total y el 19,78% de los mayores vive solo. “En la actualidad esta prestación está lejos de ofrecer plena cobertura a las potenciales necesidades de los vecinos”, indica el departamento de Servizos Sociais, en manos de María Rozas, en el informe. Raxoi ha decidido tramitar la licitación por la vía de urgencia y de manera anticipada. También rechaza la posibilidad de prorrogar el contrato un año más a la actual concesionaria Servisar. Sobre la empresa han recaído ya dos multas, una de 6.000 euros —en el mandato del socialista Sánchez Bugallo- y otra de 20.000 euros, aprobada el pasado 3 de enero por incumplimientos del contrato. Uno de ellos fue el tiempo de espera para que los usuarios sean dados de alta en el sistema. El plazo debería ser de cuatro días, pero Rozas ya adviritió cuando anunció la licitación que se han registrado casos de hasta cuatro meses de tardanza.

Soledad García, delegada sindical de la CIG en el comité de empresa de Servisar en Santiago, indica que hay dos versiones para explicar por qué se producen las esperas. “La empresa dice que no tiene personal, pero reduce la jornada a las auxiliares y contrata a tiempo parcial. El Concello dice que manda las ordenes para activar el servicio y que Servisar no lo activa”, resume. Tras protagonizar varias huelgas en los últimos meses, las trabajadoras esperan que con el próximo contrato mejoren tanto sus condiciones laborales como el servicio para los usuarios. “Después de leer los pliegos hay muchas cosas que van a cambiar”, indica la trabajadora del SAF. La primera modificación de calado es el importe del contrato de dos años de duración, prorrogables por uno más. El presupuesto anual del servicio será de 6,3 millones de euros, frente a los tres millones de euros actuales, lo que supone una subida de casi el 73%.  

El comité de empresa lleva tiempo quejándose de la “mala” gestión del personal que realiza la actual concesionaria. Denuncian, por ejemplo, que hay trabajadores que realizan 1.000 kilómetros al mes porque atienden usuarios en puntos alejados del municipio y luego vuelven cerca del lugar de partida. “Sales de Rois y vas para Lavacolla, después vas a Aríns y vuelves hasta Silvouta”, ejemplifica García. Los tiempos de viaje, asegura, se podrían optimizar para poder atender a más usuarios. El comité lleva tiempo pidiendo que se establezcan unas zonas más pequeñas con un cordinador y unos auxiliares asignados. El nuevo contrato que va a licitar el Concello recoge esta demanda. 

Una voz conocida

La medida, explica la delegada sindical de la CIG, serviría también para mejorar la atención a los mayores. Ahora es habitual que pasen varios auxiliares distintos por el domicilio y de esta forma se reduciría el número y podrían reconocerlos. “Si siempre es el mismo grupo llega un momento en que sabes lo que hay que hacer en cada domicilio porque vas rotando por él, el usuario te conoce, tú conoces al usuario”, indica García. “Las personas con deterioro cognitivo notan mucho la diferencia de la voz, del tacto, del olor y se ponen reacios, rígidos, no quieren porque es un desconocido. Si ya te conocen es mucho más fácil el trabajo”, indica la delegada sindical. 

Otra de las mejoras que resaltan los trabajadores es que se recuperarán las visitas obligadas cada dos meses en los domicilios para ver como van los usuarios o las reuniones personales de los coordinadores con sus axiliares para evaluar cada caso concreto y seguir su progresión. “Nos van a dar unos móviles a los trabajadores para que podamos mirar en tiempo real cuáles son las nuevas pautas, si hay incidencias y que en caso de que pase algo lo pueda mirar inmediatamente tanto el cordinador como los servicios sociales”, explica. 

El contrato vigente con Servisar acaba el próximo 30 de mayo y para entonces ya debería estar lista la nueva adjudicación. Las ofertas pueden presentarse hasta el 5 de febrero y la actual concesionaria podría volver a intentarlo. La delegada sindical de la CIG no cree que lo haga. “Poder puede, ellos dijeron que no porque se les exige mucho, estos pliegos tiene que ser una empresa potente y responsable porque hay muchas cosas que cumplir, no es al libre albedrío como se hace muchas veces. Tiene que ser una empresa con mucha capacidad”, indica García. 

Número de usuarios en Santiago

En Santiago el servicio de ayuda en el hogar atiende actualmente a 695 personas, frente a las 186 de 2015. La nueva empresa tendrá que subrogar a 175 trabajadores. El nuevo contrato incrementará también las horas de servicio, que pasan de algo más de 163.000 horas anuales previstas en los anteriores pliegos a casi 260.000. Se reducen también los plazos previstos. Así, para el alta en la prestación del servicio se pasa de los 15 días naturales que recogía la anterior licitación a un máximo de 7 días hábiles. El reinicio del servicio después de un período de suspensión temporal será de un máximo de 24 horas, frente a los 5 días que se establecen ahora.