La empanada esculpida en el Pórtico de la Gloria: el manjar que los godos trajeron a Galicia

La empanada gallega, ese emblemático manjar que ha conquistado paladares dentro y fuera de Galicia, tiene sus raíces hundidas en los anales más antiguos de la historia gastronómica española. Su origen se remonta nada más y nada menos que al siglo VII, durante la llegada de los godos a la Península Ibérica. Este pueblo, procedente del norte de Europa, no solo trajo consigo sus tradiciones y costumbres, sino también su sabiduría en el arte culinario, incluyendo la venerada receta de la empanada.

Para los godos, la empanada era más que un simple plato; era un compañero indispensable en sus largos viajes, una manera de preservar los sabores y nutrientes durante las travesías por tierras desconocidas. Su resistencia al paso del tiempo y a las inclemencias del clima la convirtieron en un tesoro gastronómico que rápidamente se propagó por todo el territorio, especialmente en el norte de España.

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Origen de la empanada: siglo VII

Si bien los registros históricos sitúan el origen de la empanada gallega en el siglo VII, su evolución y consolidación como un elemento esencial de la cocina gallega se atribuyen al período posterior. A lo largo de los siglos, la receta de la empanada gallega ha experimentado variaciones y adaptaciones, incorporando nuevos ingredientes y sabores que enriquecen su legado culinario. En la actualidad, la empanada gallega se presenta en una variedad de formas y rellenos, desde la clásica versión de carne o atún hasta opciones más creativas como pollo y champiñones, merluza y gambas, o zamburiñas.

Hoy, la empanada no solo es un plato delicioso, sino también un símbolo arraigado en la historia y la cultura de Galicia y de España en su conjunto. Su presencia se extiende desde las mesas familiares hasta los rincones más insólitos, como lo demuestra su destacada aparición en el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.

La empanada en el Pórtico de la Gloria

Los majestuosos capiteles de las columnas y las esculturas del Pórtico de la Gloria, obra del Mestre Mateo, son testigos mudos de la rica tradición artística y espiritual de la época medieval. Sin embargo, es el arco de la derecha, conocido como el del Juicio Final, el que despierta un particular interés por su representación de los tormentos y castigos del infierno. En este escenario de condenación y redención, una figura destaca entre las demás: un glotón que desafía las amenazas del fuego eterno mientras disfruta de una suculenta empanada gallega.

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Esta escena aparentemente trivial en medio del juicio divino, representada por una figura esculpida con una soga al cuello que lucha por saborear un trozo de este manjar, revela la arraigada relación entre la empanada y la vida cotidiana de la época. Para los gallegos, esta representación es la primera imagen conocida de una empanada. El arco del Juicio Final, destinado a amedrentar a los pecadores, se convierte así en un escenario donde la gastronomía y la espiritualidad se entrelazan de manera inesperada.

Festas da empanda

Las fiestas de la empanada en Galicia constituyen un auténtico festín para los sentidos, que van más allá del mero disfrute gastronómico para convertirse en una celebración cultural arraigada en la identidad gallega. Desde la emblemática festividad en Bandeira, reconocida como de Interés Turístico de Galicia desde 1974, hasta la Festa da Empanada de Millo de Salcedo en Pontevedra, Festa da Empanada de Millo de Cordeiro en Valga o la Empanada Mariñeira de Portonovo, estas celebraciones llenan los calendarios locales de celebraciones que ensalzan la empanada. De Allariz a Carral pasando por Entrimo, As Nogais o Bergondo, estas celebraciones reflejan la diversidad de sabores y tradiciones que caracterizan a un producto que es parte indisociable de la gastronomía gallega.