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A la viruela del mono le sería difícil convertirse en pandemia, porque no se transmite por el aire

España se ha convertido en el epicentro del virus dentro de la Unión Europea // Por suerte, la variante es la del África occidental, que cursa de manera menos agresiva

Viruela de mono. La enfermedad que está conmocionando al mundo en los últimos días. Solo los más mayores, de cuarenta años en adelante, recuerdan lo que el virus de la viruela era capaz de provocar antaño. Gracias a la Ciencia, al igual que parece que podría suceder a largo plazo con el covid, las vacunas consiguieron ponerle fin, erradicarla. Pero, ahora, de repente, sin todavía explicación aparente, ha vuelto, aunque desde los animales. O, mejor dicho, ha llegado hasta nosotros, pues la viruela no humana ya era una enfermedad endémica en África.

En concreto, el modo de infección de la viruela del mono es de animal o persona infectada a persona sana. Tal y como explica a EL CORREO la profesora de Inmunología en la UVigo y expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología, África González, el virus se transmite, sobre
todo, por fluidos, como saliva o sangre, a través de heridas, por con-
tacto cercano, y también puede encontrarse en ropa, sábanas de personas contagiadas u otros objetos.

Asimismo, también puede transmitirse, como indica esta experta, por contacto o ingestión de animales contaminados (mal cocinados). Eso sí, pese a los casos detectados entre homosexuales, que sitúan ‘erróneamente’ el foco del contagio en una fiesta gay, lo cierto es que “no está clara su transmisión sexual”. Para poder tener clara su procedencia, en la actualidad se está secuenciando el virus que está originando los brotes, y parece que por ahora todos los casos se corresponden al tipo más benigno, el de África occidental.

De este modo, más allá de los síntomas leves, no sería letal para la mayoría de las personas. Y estarían más expuestas a ella, por carecer de la vacuna que se implantó antes de los años 80, “los niños y las personas más jóvenes”. Se ha visto, de hecho, que la efectividad de la antigua vacuna alcanza entre un 80 % o un 85 % frente a la viruela de mono, ya que, tal y como señala la profesora González, “ambos virus comparten alta homología”.

AÑOS CIRCULANDO. Fue en el año 1958 cuando en un laboratorio danés se estudió por vez primera este virus de la viruela de los monos, “lo que indica que ya llevaba muchos años circulando”. La experta afirma que es importante indicar que no solo afecta a los monos, sino también afecta a roedores y a otros animales. Fue en los años 70 cuando se detectó que podía también infectar a humanos, tras aparecer un caso en un niño en la República Democrática del Congo. Desde entonces, se siguieron detectando infecciones en distintos países africanos, con dos tipos de virus diferentes: uno que afecta sobre todo a la región del Congo y otro, más benigno, a África occidental. Este último parece ser el que se ha expandido.

En los últimos años, explica González, se han detectado algunos brotes en algunos países de fuera de África, tales como Estados Unidos (se contagiaron perros de la pradera por la entrada de roedores infectados africanos y de ahí se infectaron personas, en 2003); Singapur (en 2020); o Inglaterra (3 casos importados de Nigeria, en 2021) y, ahora, en este 2022 es cuando ha saltado la verdadera alerta por haberse descrito nada menos que 219 casos en más de 15 países, de momento.

NO SE ESPERAN MUCHOS CASOS. Según la profesora de la UVigo, el salto de una especie a otra del virus puede estar motivado por cambios en el hábitat de los animales, por la sobrepoblación humana y el acercamiento a dichos hábitats (hipótesis que ya se barajó con el caso del covid en murciélagos), por la movilidad de la población, los transportes, el ocio, la entrada de especies exóticas, la ingesta de animales o también por mutaciones del propio virus. En el caso de la viruela de mono, este virus es similar al de la viruela humana, por lo que le “es más fácil hacer el salto de una especie a otra que para otros virus”. Por ejemplo, “el virus aviar tiene complicado infectar a humanos”.

Con todo, la doctora González apunta que “no es esperable que haya muchos casos” y, por lo tanto, que pudiese generarse una nueva pandemia. “El virus no se transmite por aire, es un virus conocido, no es nuevo y estamos mejor preparados, ya que hay antivirales frente a él, hay una vacuna eficaz y las personas mayores de 50 años tienen un alto nivel de protección”, subraya.

Y respecto a la letalidad que pueda tener para los que contraigan la enfermedad pese a ser, por el momento, poco frecuente, la experta distingue entre los dos tipos de virus: “El del Congo tiene mayor letalidad que el de África Occidental”, siendo este último el que está presente en Europa, aunque eso “depende sobre todo del nivel sanitario de los países”. En la mayoría de los casos, es una enfermedad leve-moderada, aunque incluso se han descrito casos asintomáticos. Eso sí, puede producir lesiones cutáneas y oculares.

Como recomendación, esta experta pide a las personas ya afectadas confinarse, y al personal sanitario o a los familiares que los atiendan protegerse de forma adecuada y evitar contactos estrechos con otras personas durante el periodo de incubación del virus.

Muchas dolencias pasan de otra especie a las personas

··· Hay muchas enfermedades cuyo origen está en otros animales y que pueden terminar saltando al hombre. Es lo que se conoce como zoonosis. Un ejemplo puede ser la rabia, el SARS-CoV-2 o, precisamente, la viruela de mono. Por ejemplo, la vaca puede transmitir al humano enfermedades como el mal de las vacas locas, la brucelosis, el carbunco, la TB fiebre Q, la listeria, la bacteria E. coli o la leptospirosis. El caballo puede pasarle la rabia, la leptospirosis, la salmonella, el staphylococcus aureus o los cryptosporidios. Los pájaros podrían pasar la chlamydia-psittacosis, la tuberculosis aviar, la enfermedad de Lyme, los cryptococcus o la histoplasmosis.

Reaparece la única enfermedad erradicada en el mundo desde los años 80
Las ciudadanos con más de 50 años lucen en su brazo una marca que, aún hoy día, les protege

Santiago. El virus de la viruela humana no circula entre nosotros desde el año 1980, de hecho, es la única enfermedad erradicada de todo el planeta. Así lo explica a este periódico la doctora en Inmunología África González, que explica que fue por ello, por la erradicación del virus, que se dejó de vacunar a las personas nacidas a partir del año 80, pues ya no había casos en los 70. Y, aunque con algunas diferencias entre unas comunidades y otras, lo normal es que las personas mayores de 50 años estén vacunadas de la viruela humana, por lo que en su mayoría estarían protegidos también en un 80-85 % frente a esta viruela de mono.

Es fácil en la actualidad reconocer a las personas vacunadas contra la viruela en aquellos años, pues la vacuna se caracterizaba por dejar una gran marca en el brazo o en el lugar del pinchazo que, aún con el tiempo, no se cura, sino que únicamente cicatriza.

Se trata de un feo recuerdo estético, pero de una salvación prácticamente garantizada. Y es que, tal y como explica la profesora González, hay un estudio donde se muestra que “se mantiene la memoria inmunitaria tras la vacunación durante mucho tiempo”. En el año 2003, el 90 % de los que habían recibido la vacuna, con edades comprendidas entre los 25 y 75 años, todavía tenían inmunidad frente al virus. “Y esto les puede proteger de forma cruzada frente al virus de la viruela”, asegura.

PACIENTE O ANIMAL 0. Ahora, lo más importante es buscar el foco inicial (el paciente o animal cero), para poder parar su transmisión cuanto antes y hacer la vigilancia epidemiológica de las personas que han estado en contacto con aquellos que han sido contagiados. La investigadora de la UVigo recuerda que ya tenemos técnicas existentes para detectar el virus, solo es cuestión de ponerlas en práctica cuanto antes. á.p.

“Debemos unificar la vigilancia de enfermedades infecciosas de humanos y animales”
Juan Gestal
Epidemiólogo de la USC

“Tras la erradicación de la viruela en 1977, creímos que la amenaza infecciosa estaba totalmente bajo control y que nuestros sistemas sanitarios tan desarrollados eran capaces de hacer frente con éxito a cualquier problema de salud que se presentase”, recuerda el epidemiólogo Juan Gestal, que explica que fue por eso que “se desmantelaron servicios de Enfermedades Infecciosas y no se repusieron las plazas de los profesionales que se jubilaban, perdiéndose experticia”. Sin ir más lejos, fue “a principios de los años 70 cuando se acuñó en EE UU el término ‘enfermedades infecciosas emergentes’, para referirse a las nuevas enfermedades infecciosas que estaban apareciendo”, dice el experto.

Entre ellas, la más paradigmática, el VIH (SIDA), así como otras que “creíamos controladas” y que estaban reemergiendo, como la tuberculosis o la difteria, apunta el doctor Gestal, que asegura que fue entonces cuando “se comenzó a tomar conciencia de que era necesario volver a prestarles atención”.

Y precisa que, en lo que llevamos de siglo, apareció el SARS, la gripe aviar, la gripe A, el MERS, el chikungunya, el zica... Y también se incrementaron las arbovirosis, enfermedades transmitidas por insectos (dengue, encefalitis...) y, finalmente, apareció el covid, “provocando una pandemia terrible de esas que ocurren una cada cien años”. Es ahora, cuando aún estamos comenzando a salir de ella, que aparece la viruela del mono.

Para el epidemiólogo, esta se trata de “un desafío infeccioso que se mantiene presente y aconseja que el Sistema Nacional de Salud mejore la vigilancia epidemiológica en el sentido de ‘Una Única Salud’, unificando la vigilancia epidemiológica de las enfermedades infecciosas de los humanos y las de los animales e incrementando la capacidad de intervención”. Y es que el doctor Gestal se muestra convencido de que “el cambio climático favorecerá el incremento de las arbovirosis y, en el sur de Europa, ya tenemos asentado el aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre, vector de muchas de esas enfermedades”. Y también se ha observado la reintroducción del paludismo. Por ello, el experto reflexiona que “la amenaza infecciosa seguirá presente y debemos mantenernos alerta y no regatear esfuerzos en prepararnos para poder hacerle frente”. á.p.

el pediatra
“La vacunación solo sería planteable para contactos”
Federico Martinón
Doctor en el CHUS

Para el doctor Federico Martinón “es pronto para sacar conclusiones de ningún tipo” sobre los niños. “La gente que se vacunó en su día de viruela asumimos que está parcialmente protegida frente a la viruela del mono, frente a la cual no hay vacuna específica todavía”, plantea este experto, que explica que “basándonos en eso, se cree que las vacunas de viruela de tercera generación también podrían proteger llegado el caso, frente a la viruela del mono, pero no lo sabemos con certeza”.

Sobre la necesidad de comenzar a vacunar o no, especialmente a los más pequeños, el doctor indica que “en el contexto actual esto solo sería planteable para los contactos directos de los casos, junto con otras medidas de protección y aislamiento de casos y contactos, y el lavado de manos frecuente”.

Y es que esta “es una situación que nos recuerda, de nuevo, que cualquier amenaza infecciosa , da igual donde se produzca, puede ser global”, plantea el doctor Martinón, que subraya que “hay que cambiar el paradigma y debemos prepararnos globalmente”. “Esta enfermedad estaba identificada hace muchos años, en los cincuenta, pero como solo se producía de forma endémica en el continente africano, no se le ha dado ningún tipo de prioridad” hasta que ha afectado a “’humanos de primera clase’”, ironiza. á.p.

¡ojo!
Tras el covid, el miedo está
a flor de piel

··· A raíz de la pandemia del coronavirus, “los medios de comunicación se están haciendo más eco de este tipo de informaciones”, asegura la profesora de la UVigo África González, que asegura que “el virus de la viruela del mono lleva afectando a humanos desde los años 70”.

··· Si bien es cierto que esa afectación se daba “de forma muy aislada” y “algunos casos detectados fuera de África no aparecían en la prensa nacional, sino en revistas científicas”. Así, aunque este brote de viruela de mono fuera de África “es el mayor de la Historia”, eso no es algo malo, sino que “demuestra que el sistema de vigilancia epidemiológica de nuestros países funciona”. Además, se tienen fármacos antivirales y una vacuna ya autorizada frente a él.

30 may 2022 / 00:00
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