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INVESTIGACIÓN. Desde el año 2018 ha habido importantes avances que tratan de averiguar el origen de esta enfermedad neurodegenerativa para poder tratarla TEXTO Ángela Precedo

Carlos Spuch, investigador gallego: “Pierdes la memoria, pero no la emoción, de ahí el ‘no te conozco, pero te quiero”

“El Alzhéimer es un conjunto de síntomas que pueden ser similares entre sí, pero que tienen orígenes diferentes y, por eso, cuando se descubra cuál es ese origen, tendrán diferentes tratamientos, y hablaremos de Alzhéimer de tipo 1, de tipo 2, de tipo 3...”, asegura el investigador gallego Carlos Spuch, que nos cuenta cómo ha sido el desarrollo de la investigación sobre esta dolencia en los últimos años.

PERIODONTITIS DENTAL. La bacteria que provoca la periodontitis dental es más abundante en los enfermos de Alzhéimer. “Si no tienes periodontitis, que viene a ser la inflamación de la encía, no tienes esta bacteria, y si vas al dentista es fácilmente curable con antibióticos”, explica Spuch, que asegura que los dolientes tienen esa bacteria en el cerebro. “Se sabía desde hacía muchos años, pero había quedado relegado a un segundo plano”, indica. De hecho, “es muy común que los enfermos de Alzhéimer tengan infecciones bucales, pero hasta ese momento se achacaban a la falta de higiene, porque es difícil que un enfermo se lave los dientes todos los días”. Y, aunque se sabe que esta no es la causa, todavía se desconoce cómo se traslada esa bacteria al cerebro. “Es muy importante esta investigación, porque, si se descubriese, una de las formas de curar la enfermedad podría ser simplemente el tomar un chicle con antibióticos”.

HONGOS EN EL CEREBRO. Otra investigación, impulsada por un investigador español, descubrió que los enfermos tenían hongos en el cerebro. “No se sabía por qué se creaban placas de amiloide en el cerebro, y descubrió que eran parte del sistema inmune de la zona”, explica Spuch, que añade que “esas placas aparecen de forma natural, porque como es muy difícil que en el cerebro se eliminen cosas, por su estructura, lo que hace es tratar de enmascararlas cubriéndolas con otras cosas”. “Es como si tienes polvo en la habitación, lo recoges y para que nadie lo vea lo metes debajo de la cama”. Lo que todavía se desconoce es cómo un hongo puede llegar al cerebro.

MENOR FORMACIÓN DE NUEVAS NEURONAS. Por otro lado, una investigadora española repescó una teoría, la de la famosa neurogénesis, basada en que el cerebro es capaz de crear nuevas neuronas con el paso del tiempo. “Consiguió medir en ratones nuevos marcadores para encontrar neuronas nuevas y demostró que existía la neurogénesis disminuida en los pacientes de Alzhéimer”. Por el momento, no se conoce el principio de creación de esas células, pero puede que esté relacionado con la proteína tau, la mayor implicada, junto al amiloide, en esta dolencia.

LONGEVIDAD Y GENÉTICA. Como en todo, en el Alzhéimer la genética también influye. Y es que hay cierta genética que solo llega a las personas centenarias. “Hay genes ligados a los efectos beneficiosos del ejercicio físico y la buena salud”. Hay varias regiones del mundo que gozan de poblaciones longevas: Japón, Grecia, Costa Rica, Asturias y Galicia. Pero, en realidad, no es toda la población, son las mujeres: Galicia tiene 122.000 mujeres mayores de 85 años y solo 24.000 hombres. “A lo mejor el secreto de un fármaco está en la longevidad de las mujeres gallegas, quién sabe”. Y mientras no haya una cura, lo mejor es retrasar el inicio de los síntomas.

LA CONTAMINACIÓN. También hay factores ambientales, como la contaminación. “Se hicieron estudios en gente joven urbanita que vivía al borde de grandes autopistas en Estados Unidos y Canadá y se vio que su cerebro absorbía las partículas de contaminación en mayor medida”.

UNA GENOTIPIA DETERMINADA. Asimismo, otro estudio apunta a un gen que codifica una proteína que actúa como transportador de colesterol hasta el cerebro, fundamental para el desarrollo cognitivo. “El gen de esta proteína puede aparecer con varias combinaciones entre los aplotipos 2, 3 y 4: 2,2; 2,3; 3,3; 4,4; 2,4... La mayor parte de la población tiene el genotipo 3 o 2, pero hay unos pocos que tienen el 4, que tienen un 25 % de riesgo para desarrollar la enfermedad –lo que no implica que la vayan a tener, porque también influye el ambiente, que es el que dispara todo–; sin embargo, el genotipo 2 actúa como protector”.

MICROBIOMAS INTESTINALES. “Somos lo que comemos y nuestras bacterias y flora intestinal se modifican en función de ello”, explica Spuch, que afirma que “comiendo ultraprocesados el estómago se dilata y quedan huecos entre las paredes donde se introduce comida que no debería estar ahí”. “Esas bacterias son capaces de cubrir el amiloide que tenemos en la sangre y desplazarlo hasta el cerebro”, explica, de manera que se satura y puede derivar en Alzhéimer.

20 jun 2021 / 01:00
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