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¿Cuándo piensa finalizar Adif la línea de Alta Velocidad Ourense-Santiago?

EL CONSEJO DE MINISTROS del 20/12/2002 atribuyó al GIF (transformado a posteriori en ADIF) la construcción y administración de la línea de Alta Velocidad Ourense-Santiago, que dispondría de su preceptivo Estudio Informativo como línea de Alta Velocidad apta para 350 km/h, aprobado por el Ministerio de Fomento el 25 de abril de 2003 y que, de nuevo, el Consejo de Ministros autorizó las obras entre noviembre 2003 y enero de 2004, ratificando las prestaciones que habría de tener la línea. El tiempo de viaje futuro se estimaba entonces en 21 minutos.

La línea se construyó entre 2004 y 2011, si bien el 26 de noviembre de 2010, el director general de Infraestructuras informó en Ourense, que la línea de A.V. Ourense-Santiago tendría “provisionalmente” ancho ibérico hasta que llegase la línea de ancho europeo a aquella ciudad. Así que fue inaugurada con ancho ibérico el 20 de diciembre de 2011.

Tras el accidente de Angrois, en Comisión Parlamentaria, Galicia conoció que la línea inaugurada por el ministro José Blanco, en presencia del presidente de la Xunta, “no era de Alta velocidad”, según declaraciones del presidente de ADIF, avalado por el Secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, y ni siquiera estaba finalizada su construcción.

Cabe pues, preguntar al Ministerio de Transportes y a ADIF, ¿qué faltaba por construir o qué modificaciones introdujo “provisionalmente” Adif que impiden – todavía en la actualidad- habilitar los 87 kilómetros de su itinerario, para que los trenes Avril o los de serie 107 puedan circular por la línea a la velocidad comercial de 300 Km/h, establecida para la AV en España?

Sin ser exhaustivo, tras 10 años largos de su inauguración, la línea sigue teniendo un tramo de vía única de algo más de un kilómetro a la salida de Ourense. Además, un problema de cambio de tensión eléctrica impide pasar de 80 km/h hasta el túnel de A Burata en el que tampoco se superan los 120 km/h. Llegando a Santiago, tras ocho años del accidente de Angrois, los trenes siguen circulando a 80 km/h los últimos 4 kilómetros al carecer la vía del sistema ERTMS, el proyectado y contratado para toda la línea, único que permite circular con seguridad por encima de los 200 km/h. Pero fue eliminado por las prisas de inauguración, dado que las bifurcaciones de A Grandeira, de la línea convencional a Ourense, la del By pas para acceder al sur del Eje Atlántico y los enclavamientos de la propia estación de Santiago complicaban el trabajo.

Además, sigue sin completarse el PAET (Puesto de adelantamiento y estacionamiento de trenes) de Lalin, donde podría habilitarse un apeadero para los Avant. 18 minutos desde Santiago o desde Ourense a Lalin en tren, más cinco minutos de autobús hasta la capital municipal es un tiempo imbatible para cualquier otro medio de transporte, y hay 30.000 personas en la comarca.

No cuestionamos que la Xunta de Galicia reclame el cambio de ancho de la línea, pero esto no sucederá antes de seis años, al finalizar el último tramo de LAV por el que la vía de ancho europeo llegará a Ourense y se habilite su estación para ello, hoy todavía en el limbo.

Lo urgente de verdad y exigible es que la Xunta y demás fuerzas vivas de Galicia demanden al Ministerio de Transportes, que ADIF finalice de una vez, la línea de alata velocidad Ourense-Santiago, tal como fue proyectada y le fue encomendado, poniendo fin a una “provisionalidad” que dura demasiados años y que, independientemente del ancho de vía, permite la circulación de trenes a 300 km/h, reduciendo unos 13/15 minutos el viaje.

Por idénticas razones, debe exigirse a Renfe que sus trenes Avril vengan homologados para circular a 300 km/h en vía de ancho ibérico. Nada de esto es supone ningún nuevo compromiso.

10 feb 2022 / 01:00
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