Aumenta el reciclaje de fármacos en Galicia
Cada gallego devuelve 119,3 gramos de medicamentos de media al año a los puntos Sigre que hay en prácticamente todas las 1.345 oficinas de dispensación
El reciclado de los envases que contienen medicamentos, bien vacíos o con restos de un tratamiento, crece en los últimos cinco años en Galicia a un ritmo del 4,2%. En el último ejercicio, cada ciudadano de la autonomía, de media, devolvió a sus oficinas de farmacia 119,3 gramos de fármacos para su reciclaje mediante el programa Sigre (Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases) que, de forma experimental, se llevó a cabo por primera vez en el verano de 2001 en la provincia de Ourense, y que se implantó al año siguiente en toda España.
La comunidad gallega, quizá por ello, tiene una mayor concienciación, sobre todo en las personas mayores, y las 322,4 toneladas recogidas en 2018 suponen que se recicla 16 gramos más de media que el resto del Estado (103,8). Es una cuestión importante, porque "tirar los restos de medicamentos a la basura o por el desagüe contamina las aguas, como lo hace una simple pila de botón", recuerda Juan Carlos Mampaso, director general de Sigre. En esta entidad sin ánimo de lucro participa todo el sector farmacéutico (industria, distribución y oficinas de dispensación) mediante el aprovechamiento de la logística, de forma inversa, de los 15 almacenes existentes que llevan los fármacos a los centros de venta o dispensación.
CONCIENCIACIÓN. En un reciente sondeo efectuado por la entidad, se constata que el 95 % de la población de las cuatro provincias -algo más en Ourense y Pontevedra y algo menos en Lugo y A Coruña- opina que no devolver los medicamentos caducados o los que sobran de un tratamiento al punto Sigre -hay 1.333 en las 1.345 farmacias gallegas- perjudica al medioambiente. Y confiesan que el 85% de ellos lo hacen habitualmente, y puntualmente un par de veces al año cuando revisan el botiquín familiar.
En la presentación de los datos participaron además la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de A Coruña, Héctor Castro. Éste señaló que "existe un cambio de costumbres y los usuarios ya no almacenan en casa los restos de un tratamiento, y bajó la automedicación", y añadió que "los mayores polimedicados cada vez piden más ayuda en las farmacias para revisar su botiquín".
Por su parte, la conselleira relató las diversas acciones ambientales de su departamento, y apeló al "consumo responsable del medicamento, y a llevarlo al final de su vida útil al punto del Sigre". Expresó su satisfacción de que este programa "llegue a cada punto de Galicia, en especial en el rural", y pidió "la colaboración ciudadana en esta iniciativa".
LAS CLAVES DEL PLAN. En los puntos Sigre se deben llevar los envases, vacíos o con restos de cuando se acaba un medicamento, cuando se finaliza un tratamiento prescrito por el médico, quede o no el fármaco, y al revisar el botiquín doméstico. Y no se deben llevar los termómetros, las agujas, las pilas, o las radiografías. Para esto existen los llamados puntos limpios repartidos por los diversos concellos.
Asimismo, la entidad responsable de recoger, en los almacenes de residuos, los envases de medicamentos para llevarlos a su única planta estatal de tratamiento, ubicada en Tudela de Duero (Valladolid), señala que el reciclado de los materiales de envases (cartón, plástico, vidrio, metales) que depositan los gallegos en los citados puntos Sigre, evita la tala de 39.000 árboles. Además ahorra el consumo de unos 14,5 millones de litros de agua; evita la quema de unos 2,2 millones de litros de petróleo, y prescinde de un gasto de energía equivalente a 16,5 millones de kilowatios.