Más de cien delincuentes sexuales son condenados al año en Galicia

En un solo año, en la comunidad gallega se condenó a más de un centenar de personas que cometieron uno o varios delitos de índole sexual. Estos son los juzgados y sentenciados, no los denunciados, que son muchos más pero pueden llegar ante el juez tiempo después. Tampoco son, obviamente, los casos que se registran. Una cifra tristemente desconocida porque muchos de ellos solo existen en las mentes del agresor y, por supuesto, de la víctima.

Según los últimos datos del INE -que el año pasado elaboró por primera vez una estadística especial para estos delitos en 2017, primer año completo de funcionamiento del Registro Central de Delincuentes Sexuales- en Galicia se condenó en 2017 a 100 adultos por delitos sexuales. En el total de España fueron 2.280.

En el caso de menores, fueron 269 en total, seis de ellos condenados en la comunidad gallega. Por provincias, 48 adultos fueron juzgados y penados en A Coruña, diez en Lugo, uno en Ourense y 41 en Pontevedra. En el caso de los menores de edad delincuentes sexuales, uno fue en A Coruña, dos en Lugo, ninguno en Ourense y los tres restantes, en tierras pontevedresas.

Todos ellos pasaron a engrosar de oficio la lista de Registro Central de Delincuentes Sexuales al estar condenados. En él quedan fichados con sus datos personales y su perfil genético (ADN). Seguirán hasta que cumplan 28 años si el agresor era un menor y si la medida impuesta finalizó; si la condena era una medida de seguridad para una persona inimputable, se borra del registro cuando el menor cumpla la pena; y si la condena es a un adulto, si la víctima es menor de edad los antecedentes penales se cancelan 30 años después de la finalización de la pena, y si la víctima también es adulta, entre 6 meses y 10 años una vez terminada la pena, dependiendo de su gravedad.

Todas las personas dentro de este Registro Central no podrán trabajar o ejercer una actividad como el voluntariado con niños durante ese tiempo, ya que la Ley de Protección a la Infancia y la de Voluntariado obligan a pedir un certificado para acceder a este tipo de puestos.

Registro y certificados. Según los datos del Ministerio de Justicia, a lo largo de 2018 el Registro emitió 1.994.375 certificados para poder hacer actividades con menores y en 505 casos, el 0,03 % del total, el resultado fue positivo, es decir, la persona estaba inscrita por una condena firme por delitos sexuales.

El registro echó a andar el 1 de marzo de 2016 con más de 40.000 registrados por delitos anteriores, superando entre ellos los 2.500 menores de edad. A 31 de diciembre de 2018, recogía la identidad y el ADN de 45.864 personas.

Son condenados por agresión, abuso y acoso sexual; exhibicionismo y provocación sexual; prostitución, explotación sexual y corrupción de menores. De ellos, por comunidades, de sentencias dictadas en Galicia a finales del año pasado había 2.189 delincuentes sexuales. La comunidad con más registros es Andalucía, con 8.688, seguida de Cataluña, 7.130; Comunidad Valenciana, 5.792, y Madrid, 4.753 personas registradas. Además, 41 personas habían sido condenadas por la Audiencia Nacional, 56 por el Tribunal Supremo y 1.181, sin concretar el juzgado.

El principal objetivo de este registro es la protección de los menores contra la explotación y el abuso sexual. Funciona como prevención para que los sentenciados en firme por este tipo de delitos no puedan realizar actividades que impliquen contacto con ellos. Por ello, la ley obliga a pedir un certificado de delitos de naturaleza sexual para acreditar un resultado negativo.

Es de carácter gratuito y puede solicitarse por diferentes canales, informa el Gobierno central. Puede ser de forma electrónica a través de la web del Ministerio de Justicia, de forma presencial en los registros de las gerencias terrororiales del mismo departamento, en el Centro de Atención al Ciudadano de Madrid, en delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, en los registros de cualquier órgano de la Administración General del Estado, de la CCAA o administración local y aa través de correo postal.