Cifran en 3,62 euros el retorno social de cada euro invertido en asistencia personal

Más allá de su contribución al empoderamiento de las personas con diversidad funcional, un estudio financiado por la Universidad Internacional de Andalucía y llevado a cabo por investigadores de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla ha puesto números a la rentabilidad social de la asistencia personal, constatando un retorno de 3,62 euros por cada euro invertido en esta modalidad de apoyo a personas en situación de dependencia. Además de los salarios y las cotizaciones de los asistentes contratados, la investigación ha tenido en cuenta factores como el ahorro generado a la Administración en otro tipo de prestaciones (residencias, centros de día, etc), la mayor participación de las personas usuarias en la vida activa o la mejora en oportunidades laborales de los cuidadores familiares.
La asistencia personal es un servicio de apoyo en el que, mediante la contratación de un asistente, el usuario recupera el control de su proyecto de vida y salva distintas limitaciones que se interponen en el camino hacia su inclusión y participación social. La figura está íntimamente ligada a los principios de autogestión e igualdad de oportunidades defendidos por el Movimiento de Vida Independiente que surgió a finales de los años 60 en Estados Unidos. De forma tardía respecto a otros países como Suecia, Noruega, Inglaterra o Irlanda, la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, de 2006, incorporó la asistencia personal al sistema español, regulándola como una prestación económica destinada a la contratación de un asistente que, durante un número de horas, “facilite al beneficiario el acceso a la educación y al trabajo, así como una vida más autónoma en el ejercicio de las actividades básicas de la vida diaria”.

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