“El acuerdo del superávit nace muerto y pone a la FEMP en una difícil situación, nunca vivida”

Todos los medios informativos polemizaron sobre el acuerdo de la FEMP con el Gobierno central. La gran pregunta que nos hacemos es ¿quién tiene razón?

Cuando una formación política, como el PSOE, se queda sola y genera la unanimidad en contra está claro quién se equivocó. Estamos ante una perversión de la FEMP por parte de Pedro Sánchez y el gobierno comunista que preside, contando con un ‘tonto útil’, y entiéndase la expresión, como Abel Caballero, que fue quien rompió el consenso histórico que presidió siempre la junta de gobierno de la federación, máximo órgano rector del mundo local español al que me cabe la honra de pertenecer por segundo mandato consecutivo.

Los que están a favor afirman que el acuerdo posibilita recibir 5.000 millones a fondo perdido...

Votaron a favor del acuerdo los alcaldes y alcaldesas socialistas que forman parte de la junta de gobierno: 12. Y votamos en contra PP, Ciudadanos y Junts per Cat: 12. Se abstuvo Unidas-Podemos, los compañeros de Sánchez en La Moncloa. Y decidió el voto de calidad de Caballero, un voto que aniquiló la unanimidad de siempre de la FEMP, y todo por aceptar una imposición del Gobierno (la ministra de Hacienda dijo horas antes “que no había otra alternativa”).

En los últimos días es conocido el rechazo de alcaldes y presidentes socialistas a este acuerdo, que dudo sea convalidado por el Congreso de los Diputados, pues todos los partidos del arco parlamentario, excepto el PSOE, se han posicionado en contra. El Partido Socialista está solo.

Esos 5.000 millones de los que se habla serían solo para unos pocos. En España hay 8.131 ayuntamientos y esta propuesta ignora por completo al mundo rural (el 91 % de los ayuntamientos de España tienen menos de 10.000 habitantes) y a las entidades locales que tienen deuda o no cuentan con remanente de tesorería positivo. El Gobierno de España no ha puesto un solo euro a disposición de las entidades locales desde que comenzó la crisis del coronavirus, el momento más dramático de nuestra historia reciente.

Quienes están en contra dicen que se están usurpando los cuartos retenidos desde Madrid por la ley Montoro...

Por supuesto. Llámese confiscación, incautación, expropiación... ¿robo? Se plantea que los ayuntamientos entreguen al Estado sus remanentes y que los recuperarán dentro de 15 años. ¿Para qué entregar lo que han generado los vecinos y así invertirlo en el territorio que lo hizo posible? ¿No es más sencillo que se permita a las entidades locales disponer del 100 % de su remanente? ¿Para qué prestar? ¿Para que el Estado financie con esos 15.000 millones el fondo de 16.000 millones que prometió a las comunidades autónomas? Es un auténtico dislate. Un atropello y una vulneración de la autonomía local que establece nuestra Constitución Española.

Echarle la culpa de esta situación a la ley que posibilitó el buen estado de las finanzas locales me recuerda a la frase de Confucio: “Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo”.

¿Puede enumerar las ventajas principales?

Este acuerdo no genera ventaja alguna, pues parte de romper el consenso histórico de la FEMP. Esa unanimidad que pusimos en marcha cuando aprobamos en la junta de gobierno del 22 de mayo el documento “pilares para la reconstrucción social y económica”. Ahí pedíamos disponer del 100 % del remanente, de forma inmedidata y de manera incondicionada.

La respuesta del Gobierno fue toda la contraria. Ni remanentes íntegros, ni inmediatos y condicionados a utilizarlos en cuestiones que forman parte de la agenda ideológica de la coalición Sánchez-Iglesias. Dígale usted a un ayuntamiento del rural que solo podría ejecutar obras como un carril-bici. Con el acuerdo firmado entre Sánchez y Caballero no podríamos poner en marcha, por ejemplo, planes de ayuda a autónomos y pequeñas y medianas empresas. Estamos ante un chantaje inaceptable que persigue la utilización partidista de las instituciones.

¿Y cuáles son los aspectos negativos del convenio firmado?

La primera, la soledad de los firmantes, con la asistencia solo de militantes del PSOE. Consecuencia de desatender la petición unánime del mundo local español. Nace muerto y coloca a la FEMP en una difícil situación, nunca vivida.

Al día siguiente de esa firma conocemos que el texto del real decreto ley cambia cuestiones tan importantes como el plazo de devolución del préstamo (de 10 a 15 años) o que este procedimiento adolece de la higiene democrática que pregonan los profetas del progresismo cuando le da plenos poderes a alcald@s y president@s de gobiernos provinciales para decidir unilateralmente –vía decreto– participar sin que haya acuerdo plenario ni debate político alguno.

Inexpertos en la materia aseguran que parece tener sentido. Si la ley Montoro es tan perjudicial, ¿por qué no se derogó en los dos años del PSOE?

La ley Montoro respondía a un momento muy crítico económicamente. Contemplaba muchas más cuestiones. Y en el tema que nos ocupa fue clave para cuadrar las cuentas públicas y que el mundo local se reivindicara como el que menos contribuye al déficit público. El nivel de administración local, sin duda, es el que mejor ha gestionado los recursos públicos que son de todos los vecinos. Por eso hoy hablamos de remanentes y de liquidez del mundo local.

Flexibilizar esa ley, modificarla, es una cuestión que cualquier gobierno –sobre todo si la critica– debiera liderar. Pero todos sabemos que los apoyos con los que cuenta son mínimos y su debilidad es manifiesta. Lamentablemente contamos con el peor Gobierno en el peor momento.

¿Cree que el Congreso aprobará el acuerdo, o no?

A día de hoy está claro que no. Conocemos un documento dirigido a la ministra, firmado por alcaldes y alcaldesas de grandes ciudades pertenecientes a nueve formaciones políticas diferentes que lo rechazan. La rebelión municipal en todo el territorio nacional es un hecho. Esta misma semana estuve en Santander con alcaldes y presidentes de diputación y la contestación es unánime.

¿Qué papel juegan las diputaciones y los concellos en tiempos tan críticos?

Fundamental. El Ayuntamiento es la administración más cercana al vecino. Y la Diputacion la más cercana al Ayuntamiento. No hemos recibido ni un euro del Estado y hemos estado en primera línea. Desde la adquisición de material sanitario hasta las ayudas directas a miles de autónomos. Desde la desinfección de calles y residencias hasta el apoyo directo a transportistas y personal esencial.

El coronavirus sigue metiendo miedo. Cada día son más los contagiados. ¿Qué más se puede hacer que no se esté haciendo?

La responsabilidad individual es la mejor arma. Seguir escrupulosamente todas las directrices y protocolos sanitarios. Y vigilar que se cumplan por todos. Nos estamos jugando el bien más preciado que es la salud.

¿A quién hay que darle el aplauso y quién no lo merece en este semestre negro de la pandemia?

El aplauso, sin duda, a nuestro sistema sanitario. No lo merece quien, objetivamente, ha gestionado peor esta situación, que no es otro que el Gobierno de España. Pedro Sánchez dijo “hemos derrotado al virus” y que “salíamos más fuertes”. Esas dos frases resumen el triunfalismo barato de quien peor lo hizo y quien peor lo está haciendo en este momento delicado de rebrotes.

Sánchez ha incumplido su palabra reiteradamente. El 20 de abril mantuvo una reunión telemática con la junta de gobierno a la que asistí y en la que participé. Se comprometió a celebrarlas cada quince días. Han pasado cuatro meses y no hubo segunda reunión. Es lo que hay.

¿Llegarán de verdad los fondos europeos a Galicia o será un espejismo más?

Desde la FEMP hemos pedido participación del mundo local en esos fondos europeos. Es lógico. Como Diputación enlaza con la reivindicación que –como presidente de partenalia, la asociación europea de gobiernos provinciales, y de la mano del presidente del Comité de las Regiones– planteamos a las instituciones comunitarias para que las provincias fuésemos destinatarias y gestoras directas de esos recursos. Los fondos tienen que llegar a los vecinos, a los territorios donde viven y para proyectos sostenibles. Que los hay, y sólidamente fundamentados, como el de la Diputación de Ourense para crear un ecosistema de innovación en el medio rural. Actuaciones que encajan con nuestras políticas en el ámbito del reto demográfico.

Algunos creen que morirá más gente por la pobreza y el hambre que por el virus, ¿qué piensa usted?

El impacto de la pandemia es extremadamente negativo. Que el 70 % de los autónomos se planteen la peor decisión con su actividad económica o las cifras de desempleo no aventuran el mejor escenario. Hace falta liderazgo y gobiernos estables. Lo que tenemos en Galicia y lo que a España le falta.

El envejecimiento del interior de Galicia, ¿no merecería que el Gobierno central y la Xunta dedicasen más recursos a las provincias necesitadas?

Está claro que las políticas de equilibrio territorial tienen que ir en esa línea. Una apuesta por el territorio. Ahí trabajamos con proyectos conjuntos con la Xunta como la puesta en marcha del Centro Gallego de Innovación en la Formación Profesional, una infraestructura que será referente en el ámbito nacional e internacional. O nuestro Plan Termal que vivirá un momento trascendental cuando seamos la puerta de entrada a Galicia de la alta velocidad. Que tenga el honor de presidir la European Historic Thermal Towns Association –51 sitios termales de 19 naciones– va en la línea de posicionar a Ourense como el terreno con mayor potencial termal de Europa.

Ourense, como líder del termalismo mundial, ¿qué puede aportar en estos momentos de tanta incertidumbre?

El agua es vida. Y el agua termal es salud. En estos momentos desde las ciudades y territorios termales de Europa –cuestión compartida por centros termales de otros continentes... como Entrerríos en Argentina, donde iba a celebrarse Termatalia, y hablamos también de Saratoga Springs en USA– reivindicamos las aguas minero medicinales y el relax como el bienestar que perseguimos en una situación tan complicada desde el punto de vista sanitario y socioeconómico. Tenemos mucho que aportar.

¿Añade algo más al tan traído y llevado debate de la FEMP?

Insistir en el ataque sin precedentes a la autonomía local que está perpetrando el Gobierno de España con la actitud sumisa de Caballero que ha puesto la FEMP a los pies de los caballos, en una crisis sin precedentes. Vulnerando los artículos 137 y 142 de la Constitución. Lo que provoca un aluvión de mociones en ayuntamientos y diputaciones de toda España exigiendo que no se lleve a cabo este expolio de las arcas locales. Un levantamiento del poder local español que hace muy difícil que las Cortes Generales ratifiquen el Real Decreto Ley 27/2020. Ante este ataque lo obligado es recurrir al Tribunal Constitucional, incluso elevando una cuestión de constitucionalidad en defensa de la autonomía local. Sánchez pretende hacer de instituciones libres una suerte de títeres que manejar a su antojo. Basta ya.