“El detector Tristán es una tecnología nueva, muy poco utilizada para la medida de rayos cósmicos”
El profesor de la USC, Juan Antonio Garzón, nos desvela cómo han sido sus investigaciones en la Antártida
- ¿Cómo ha sido para usted viajar a la Antártida? ¿Cuánto tiempo ha ido?
Fue una experiencia única. Hace pocos años nunca pensé que podría visitar la
Antártida y menos aún, asociada a mis labores de investigación. Mi estancia en
la base española fue corta, de unos 18 días
- ¿Cómo es el viaje? ¿Cuánto se tarda en llegar?
En mi caso hice el viaje en el buque oceanográfico Hespérides, saliendo desde
Cartagena. El detector fue tomando datos desde su partida hasta llegar a la
base y había que estar vigilando su funcionamiento. Fue un viaje de unos 40
días con escala en Montevideo, donde aproveché para dar una charla la
Universidad, y en Punta Arenas, en Chile; la travesía del canal del Beagle fue
inolvidable.
- ¿Cuál ha sido su labor en el continente helado?
Fuimos allí a instalar el detector y a dejarlo funcionando de forma estable.
- En un territorio donde no existe la política y hay investigadores de todo el mundo,
¿cómo se lleva esa convivencia?
La convivencia es magnífica. La base española está muy bien acondicionada y
muy bien organizada , hay muchas tareas que hacer y hay un buen
compañerismo.
- Se dice que el cambio climático en la Antártida está retrocediendo en los últimos
años. ¿Es esto cierto? ¿Qué pudo observar por sí mismo en relación al deshielo? ¿Y
al frío?
Como es la primera vez que fui no pude ser sensible a posibles cambios aunque
los comentarios de gente que había estado anteriormente era que la
temperatura media era mas alta que tiempo atrás
- En la Antártida todavía quedan muchas especies submarinas por descubrir.
¿Considera que es el lugar de la Tierra más desconocido para el hombre?
Evidentemente es la zona más alejada de las zonas habitables y donde,
aunque hay bases permanentes, los períodos de permanencia son mas
pequeños. Sí, me imagino que todavía hay mucho por estudiar.
- Fue el encargado de llevar un detector de rayos cósmicos a la Antártida, Tristán.
¿Cómo es su funcionamiento?
El detector TRISTAN es de una tecnología nueva, poco utilizada para la medida
de rayos cósmicos. Al contrario que los detectores típicos es mas pequeño pero
tiene mucha mayor precisión direccional y es capaz de separar distintas
especies de las partículas subatómicas que mide; principalmente electrones y
muones. Además se complementa con otros detectores llevados por la
Universidad de Alcalá, con otras prestaciones. Todos juntos constituyen ORCA
(Observatorio de Rayos Cósmicos Antártico) que es un observatorio único para
el tipo de Física que pretendemos hacer.
- ¿Cuál es la importancia de haberlo ubicado en este continente?
El detector en sí mismo se complementa con otro detector de la misma
tecnología que tenemos en nuestro laboratorio en Santiago de Compostela.
Esto permitirá comparar las medidas hechas en los dos hemisferios. Como
parte de ORCA, completa las medidas de los otros detectores, mejorando la
información que se obtiene. Los detectores en al Antártida permitirán
complementar las medidas de otros detectores en otros lugares de la Tierra.
- ¿Qué nos pueden aportar los datos recabados? ¿Para qué sirven?
El detector está en una región con un campo magnético pequeño lo que
permite estudios más precisos de la actividad solar. También queremos
estudiar el efecto de la atmósfera en los rayos cósmicos, que es aún un efecto
poco conocido y la llamada Anomalía Magnética del Atlantico Sur (SAMA, por
sus iniciales en inglés). Y, fundamentalmente, ampliar nuestra experiencia con
el detector con vistas a aplicar la misma tecnología en el estudio de rayos
cósmicos de muy altas energías.
- ¿Cuáles fueron las principales conclusiones?
Tomamos muchos datos, tanto en el viaje como en la base y aún estamos en el
proceso de análisis. El detector funcionó perfectamente mostrando que es una
tecnología bastante robusta y que, aunque aún puede y debe de ser mejorada,
creemos que se puede convertir en un futuro estándar para la medidas de
rayos cósmicos en muchos ámbitos de la investigación.
- ¿Le gustaría volver?
Evidentemente sí, aunque ya he decido no hacerlo. Fue una experiencia única
que nunca pude soñar que podría vivir. Las posibles tareas que restan pueden
hacerlas otros investigadores para que tengan la oportunidad de vivir su propia
experiencia.