El pino gallego amenazado por el cambio climático

Aunque muchos lo niegan y hablan de ciclos, la realidad es que la climatología del planeta está dando muestras de haberse vuelto loca. Son los primeros síntomas de fenómeno del llamado cambio climático que, de seguir en esta dinámica, afectará a la flora, la fauna y a la vida de las personas en una medida que todavía desconocemos.

Un ejemplo del efecto del impacto climático en nuestra flora lo pone de manifiesto un reciente estudio de la Universidad de Lleida sobre la variedad de pino carrasco en el área del Mediterráneo. En este trabajo ha colaborado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de la Misión Biológica de Galicia. Uno de sus investigadores apunta que, pese a que esa especie de pino no habita en Galicia, ni los ensayos se han hecho aquí, los resultados obtenidos se pueden extrapolar al mapa gallego y hay que tener muy en cuenta las conclusiones del mismo.

Si los resultados conseguidos en este trabajo se pueden aplicar a otras variedades de pinos, los bosques de la comunidad podrían estar entre los que más van a sufrir con el cambio climático, según el investigador del CSIC.

No se debe olvidar que las masas de bosques en Galicia ocupan unos 2 millones de hectáreas, de las cuales cerca de 240.000 corresponden a diferentes tipos de pinos.

CRECIMIENTO. El impacto del cambio en la climatología puede relentizar hasta un 75% el crecimiento del pino carrasco en los montes mediterráneos. Esta es una de las conclusiones más llamativas del estudio de la citada universidad, publicado en la revista New Phyologist, que además contó con la colaboración de otras destacados centros universitarios de todo el mundo.

En ese análisis se manejó la información derivada de 14 ensayos genéticos de pinos carrascos emplazados a lo largo de toda la cuenca del Mediterráneo par etiquetar los patrones de adaptación de esa especie asociados a las diferencias climáticas.

A partir de modelos de respuesta al clima e incorporando la diferenciación genética existen entre poblaciones, se han proyecto los crecimientos futuros de la especie en función de dos escenario de emisiones de gases de efecto invernadero: moderado y severo.

El resultado refleja que los bosques de la variedad carrasco que actualmente se hallan sometidos a condiciones más favorables, en zonas más húmedas, están más expuestos a la incidencia del calentamiento global que los localizados en ambientes más secos y áridos. Los bosques estudiados, que se reparten por las franjas costeras de España, Francia, Grecia y el Magreb, pueden llegar a experimentar mermas en su crecimiento actual de hasta un 75% a finales del siglo XXI.

Por el contrario, los localizados en áreas más áridas y continentales soportarían mejor los efectos de la subida de las temperaturas y cambios de en el régimen de precipitaciones que se vaticinan en un futuro próximo.

ESPEJO PARA MIRAR. El investigador del CSIC que colaboró en el trabajo, Rafael Zas, aconseja que el estudio y los resultados del mismo hay que tenerlo en cuenta como un espejo en el que podría mirarse Galicia.

Pese a que el pino carrasco no tiene implantación en la geografía gallega, no se puede descartar, según el científico, que en los próximos años el clima en Galicia se transforme en el ideal para esta especie mediterránea y tenga mayor capacidad de resistencia al cambio climático, una realidad cada año más evidente y los árboles ya están sufriendo sus consecuencias, al igual que otros cultivos e incluso la fauna local.