Feijóo pide normas para que nadie se quede sin cajeros

Además de la desertización del país, el abandono del campo o el mayor riesgo de incendios forestales, el crac demográfico y la concentración de población en torno a las ciudades que no sólo sufre Galicia sino también el conjunto de España trae otras consecuencias negativas.

Por ejemplo la pérdida de servicios que padecen las pequeñas localidades, entre ellos los financieros. Cada vez hay menos sucursales e incluso no son pocos los pueblos que no disponen ni siquiera de un cajero donde poder realizar operaciones simples como ingresar o retirar una cantidad de dinero.

En este sentido, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se refería este viernes en Pontevedra a la necesidad que tiene España de contar con una normativa estatal para que nadie se quede sin acceso a los cajeros automáticos de las entidades.

“En nuestro país deberíamos tener una normativa para regular y establecer unos mínimos de presencia del sistema financiero en los pueblos de España con independencia del número de personas que estén censadas en ellos”, ha dicho el presidente gallego durante un acto con los medallistas olímpicos.

El mandatario autonómico dijo entender las dificultades que atraviesan las entidades en un contexto en que “las comisiones bancarias no son lo que eran” y con unos tipos cercanos al 0, pero aseguró que no comparte su política de retirar las oficinas y los cajeros de pequeños núcleos. La regulación a la que apunta, dijo, debería "garantizar que haya por lo menos un cajero al objeto de poder retirar dinero en metálico".

Respecto a Galicia, señaló que la Xunta está poniendo en marcha una línea de colaboración con los ayuntamientos que se encuentran en esta situación para “poder ofertar condiciones de espacio y económicas” que permitan reponer cajeros en aquellos pueblos que lo perdieron, de modo que sus habitantes puedan “quitar o depositar dinero en efectivo”.

Sin embargo, Feijóo puntualizó, no se trata de una competencia de las comunidades autónomas, por ello insistió en que "debería haber alguna regulación o normativa para garantizar que haya por lo menos un cajero al objeto de poder retirar dinero en metálico".

Recibo de la electricidad. Sobre la polémica subida del precio de la electricidad, en niveles nunca vistos y con el megavatio/hora el triple de caro que hace un año, el de Os Peares es partidario de bajar impuestos “de forma intensa y durante el tiempo necesario” para tratar de abaratar el recibo de la luz.

“Todo el mundo sabe que el 60 por ciento del recibo de la luz son impuestos”, señaló, admitiendo que, en la coyuntura actual, “la mayoría de las familias tienen dificultades” para financiarlo. También apuntó a los problemas que suponen los costes energéticos elevados para empresas de mucho consumo, como las que producen aluminio o acero, por ejemplo.

Y como solución, frente a la propuesta de Podemos de crear una empresa pública, sugirió la reducción de los tributos. “Hay que bajar impuestos de forma intensa y durante el tiempo necesario para que el precio de la luz no sea discriminatorio en tareas de consumo ordinarias y en la producción industrial de un país”, concluyó.