Galicia espera los trenes Avril mientras Cataluña y Madrid se conectan a Francia

El agravio comparativo que sufre Galicia con respecto a otras autonomías más privilegiadas por el Gobierno central en temas de infraestructuras ya es endémica. El tema escuece especialmente estos días en el Gobierno y la sociedad gallegas porque mientras las líneas de alta velocidad ferroviaria Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon comenzaron las pruebas que posibilitarán que entren en funcionamiento antes del verano, el AVE a Galicia sigue llegando tan sólo a Ourense y no hay manera de que el Ministerio de Transportes, que dirige Raquel Sánchez, establezca una fecha creíble para su conexión con el resto de las ciudades de la comunidad.

Tras la inauguración de la línea Madrid-Ourense que tuvo lugar el 20 de diciembre de 2021, la posterior conexión con Santiago, Vigo, Pontevedra y A Coruña se comprometió para el verano de 2022, pero a medida que nos acercábamos a esa fecha se fue comprobando su inviabilidad. Entonces, el nuevo plazo que dio el Ministerio fue el otoño de este 2023, que en San Caetano miran con el recelo.

Solo desde el 2010, la alta velocidad ferroviaria gallega acumula ocho retrasos y los trenes Avril, imprescindibles en esta comunidad por la especificidad de su doble ancho de vía, siguen sin homologarse. Pero desde hace dos semanas, en Cataluña –que no precisa del Avril– se hacen pruebas para el recorrido Barcelona-Lyon con salida en Sants, paradas intermedias en Girona, Figueres Vilafant, Perpignan, Narbonne, Montpellier, Nimes y Valence TGV, para llegar a Lyon. También se iniciaron los ensayos en la línea entre Madrid y Marsella, con salida de Puerta de Atocha-Almudena Grandes, paradas en Guadalajara, Zaragoza, Camp Tarragona, Barcelona Sants, Girona, Figueres Vilafant Perpignan, Narbonne, Béziers, Montpellier St Roch, Nîmes y Avignon TGV.

Además, el periodo de pruebas al que tendrían que someterse los maquinistas en los trenes Avril en las vías gallegas antes de entrar en funcionamiento aún supondría un largo periodo de tiempo en el que estos ensayos causarían alteraciones en los viajes ordinarios diarios, con las consiguientes molestias para los usuarios.

En el Gobierno gallego estiman que, contabilizando cuatro meses de pruebas, y teniendo en cuenta que de los Avril todavía no se sabe ni cuándo estarán disponibles, el plazo del otoño marcado por Raquel Sánchez no es en absoluto realista.

Desde la Presidencia de la Xunta ponen el grito en el cielo: “Lamentamos la falta de consideración, la falta de información y los incumplimientos continuos por parte del Gobierno de España. Seguimos sin que el Ministerio concrete el cuándo y el cómo de la llegada de esos trenes Avril a Galicia”.

Sin este tipo de trenes de rodadura desplazable, que puedan circular por los distintos anchos de vía, estándar e ibérico, existentes en las líneas gallegas, es imposible que la alta velocidad ferroviaria llegue a Santiago, A Coruña, Pontevedra y Vigo. Por esta razón, el Gobierno gallego lleva meses demandando al Ejecutivo de Pedro Sánchez “que nos diga cuándo podrán estar esos trenes funcionando en la red ferroviaria de nuestra comunidad y cuántos de esos trenes Avril se asignarán a Galicia”.

El AVE llegó a Galicia en diciembre de 2021, con un considerable retraso de décadas con respecto a otros territorios como Madrid, Cataluña o Andalucía, tras muchos incumplimientos sobre su puesta en servicio y de forma incompleta, ya que no pasa de Ourense.

Con los trenes Avril, que pueden alcanzar una velocidad de 300 kilómetros por hora, el viaje a las ciudades gallegas del Eje Atlántico se reduciría en veinte minutos. Ahora mismo, los tiempos desde Madrid son de 4 horas y 16 minutos a Vigo; de 4 horas a Pontevedra; de 3 horas y 20 minutos a Santiago de Compostela y de 3 horas y 51 minutos A Coruña. A Ourense, puerta de entrada del AVE, son 2 horas y 15 minutos.