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Galicia, hogar de tiburones: cada vez se acercan más a las costas

Les encanta la ría de Pontevedra, donde hubo más de un centenar de avistamientos hasta 2018

El tiburón. Ese depredador que hace peligrar la vida humana cada verano en las costas del Caribe, que ataca por placer, que busca víctimas en las playas... O al menos eso es lo que nos han contado en películas como Tiburón, que tanta mala fama han dado a este animal, pese a que los datos del informe ISAF reflejan que los ataques no son tan comunes –73 mordeduras en 2021 y once muertes–. Sin embargo, todos los filmes suelen centrarse en el tiburón blanco, que nada tiene que ver con los que podemos observar por Galicia, donde la mayoría son pequeños ejemplares conocidos con el nombre de tintoreras, que raramente superan el metro.

Eso sí, no hay que desdeñar que también existen tiburones de gran tamaño, menos comunes y que no solían, al menos no con frecuencia, acercarse a las costas. En general, se trata de tiburones peregrinos. Una especie enorme, pues es el segundo pez más grande del mundo, solo por detrás del tiburón ballena. Puede alcanzar los 10 metros de longitud y las cuatro toneladas de peso. Y, aunque para los humanos resulta inofensivo, pues se alimenta filtrando plancton del agua a través de inmensas branquias, el susto te lo da.

Y es que su apariencia no es muy agradable a la vista, pues para muchos podría ser el tiburón más feo de los conocidos y frecuentes. Su silueta recuerda a la de un cazador, con forma hidrodinámica y hocico agudo para poder nadar más rápido y siempre abierta la boca, pero lo cierto es que lo hace para poder absorber más agua al alimentarse y su movilidad es habitualmente lenta.

EN ESTA ÉPOCA DEL AÑO, POR LA PRESENCIA DEL PLAnCTON, APARECEN LOS PEREGRINOS. Pero la época de aparición de cada una de las especies es diferente. Desde el CEMMA, el biólogo Alfredo López informa de que en esta época del año, con la llegada de la primavera, es habitual que aparezcan tiburones peregrinos, pero los mayores avistamientos de escualos se dan en los meses de verano, de julio a septiembre, y se trata de tintoreras. Apunta a dos recientes avistamientos que tuvieron lugar hace una semana en la ría de Vigo y hace unos días en Fisterra, peregrinos, “una especie filtradora no carnívora que se observa precisamente porque hay grandes producciones de plancton en el agua ahora al final de la primavera y principios del verano”. “Esto hace que esta especie se acerque más a la costa”, algo que tampoco es habitual.

O al menos no lo era hasta ahora, pues “la mayor parte de especies estaban siempre fuera de las rías, no dentro”, afirma López, que asegura que estos acercamientos “son un fenómeno propio de estos últimos años en la época de verano”. “Los tiburones más juveniles, las tintoreras, se acercan mucho a la costa, mucho más que antes, cuando solo se veían algunos, ahora la afluencia es masiva, de ahí la repercusión en la población y los medios”, concluye.

Con todo, ninguna de estas especies que aparecen en las costas gallegas podría poner en peligro la vida humana. “La gente tiene en la mente una visión catastrofista de los tiburones”, pero eso no es así realmente, según afirma el experto. De hecho, la gente siempre piensa en el gran tiburón blanco, algo que en Galicia es muy raro que se vea, solo apareció una vez, el pasado año.

AVISTAMIENTOS DESGRANADOS POR ZONAS. Los lugares de mayores avistamientos en Galicia hasta el año 2018 –es importante señalar la atípica realidad de los años 2020 y 2021, a raíz de la pandemia– fueron las Rías Baixas. En concreto, la ría de Pontevedra es un lugar muy hogareño para ellos, especialmente para las tintoreras, que suelen acercarse a las islas e incluso a las playas.

Más de un centenar de avistamientos en esta zona, 90 de ellos en el municipio de Bueu. En el puerto, al lado de la Playa de Banda do Río, llegaron a verse una veintena, pero de pequeño tamaño, entre los 50 y los 80 centímetros todos ellos. Tintoreras no más. Incluso más adentro, en las aguas de Punta Salgueiro, donde hubo hasta 50 avistamientos, no superaban los 50 centímetros.En la costa de enfrente, en Boiro, por la zona de la Playa de Escarabote, otro ejemplar de 87 centímetros.

A las afueras de la ría, en la Illa de Ons, diecinueve ejemplares notificados se pasearon por allí hasta el 2018, diez de ellos en mar abierto hacia la zona de tierra. También en la isla de Con Redondo hubo avistamientos, y uno importante, de un tiburón de un metro de largo. El más largo alrededor de la isla llegó a los 8 metros, un tiburón peregrino adulto. Para hacernos a la idea, es como ver la sombra de un autobús flotando bajo tu barco, en el agua.

La siguiente zona preferida por estas milenarias criaturas, cuyo aspecto nos retrotrae a los orígenes de la Tierra, es la ría de Muros e Noia, donde ha habido hasta 91 avistamientos registrados. Especialmente en el ayuntamiento de Muros, que registró 30 hasta el 2018, diecisiete de ellos entorno al Faro de Rebordiño, muy pequeños, de 50 a 55 centímetros. Aunque también diez, de unos 55 centímetros, en la zona del puerto de la localidad.

En el vecino municipio de Louro, donde la Playa de Area Maior, hasta 16 criaturas camparon a sus anchas cerca de los bañistas y barcos, y ya más adentro del mar, otras 15. De nuevo pequeñas tintoreras que no pasaron de los 50 a los 70 centímetros. Y entre Portosín y Porto do Son, otros catorce avistamientos de pequeños ejemplares de hasta 65 centímetros. Aunque en esa zona, precisamente, se llegó a localizar un ejemplar de unos 3 metros de largo. Siguiendo el recorrido por la costa, en la Playa da Aguieira, otros once reportados, de entre 50 y 80 centímetros. En Porto do Son, cinco, de hasta 50 centímetros. Y en la Playa de Queiruga, dos avistamientos, pero de ejemplares de 90 centímetros.

En la ría de Arousa les encanta acercarse a las islas también. Unos 50 avistamientos en todo el entorno. En los alrededores de la isla de Sálvora, cinco visualizaciones, de un gran tiburón peregrino de hasta 6 metros. En San Vicente do Grove, otro de tres metros. Y en la isla de Cortegada, muy cercana a tierra, al municipio de Vilagarcía de Arousa, una pequeña tintorera de 68 centímetros.

Ya pasando a la ría de Vigo, donde hubo unos 29 avistamientos, cabe decir que también les encanta bordear las islas. En las Cíes hubo doce ejemplares avistados. Entorno a la Playa de Figueira, seis de hasta 80 centímetros. En la de Area das Rodas, junto a las Dunas dos Tombos da Area, tres, de hasta 50 centímetros, y otros dos más adentro del mar, también pequeños, de unos 55 centímetros. En la vecina isla de San Martiño, uno pequeño de otros 50 centímetros. En más grande de la ría de Vigo fue un ejemplar que llegó a un metro.

Curiosamente, el ejemplar más grande se localizó en la Ensenada de Oia, mar adentro, con 10 metros de longitud, el máximo de un tiburón peregrino. Más cerca de tierra, otro de unos dos metros.

protagonistas
“No hay que asustarse”
Alfredo López
Biólogo del CEMMA

“A veces se tienen producido situaciones muy críticas, como la de hace un año en Gijón, donde mataron a tiros a un tiburón porque pensaron que se trataba de un tiburón blanco”, afirma Alfredo López, biólogo del CEMMA. También en Galicia se han dado escenarios dantescos, como “el varamiento de un tiburón peregrino en Sanxenxo hace unos años”.

Normalmente, cuando se produce algo así, o cuando algún ciudadano da la alerta de un avistamiento, “solicitamos información a la Protección Civil de la zona para certificar que no se trata de un tiburón blanco, sino de un tiburón peregrino, de gran tamaño, pero nada peligroso”.

“El tiburón blanco no vive en Galicia y la única vez que se avistó uno fue el pasado año en el puerto de A Coruña, no en la playa”, por tanto, el mayor riesgo de los tiburones peregrinos no es para los humanos, sino para ellos mismos, porque por su gran tamaño pueden quedarse “varados en la playa, fuera del agua”, lo que los mataría.

Obviamente, si se les provoca, cualquier animal con dientes “puede tener ciertas consecuencias”, recuerda López, que ejemplifica lo que pasa “si tienes un gato en casa y le pisas la cola”. Por ello, pide “mantener cierta precaución, porque aunque los dientes no sean muy grandes, pueden morder, si bien no provocan mucho daño porque la boca es pequeña”. Así que, “recomendamos a la gente que los deje tranquilos, que no ande alrededor de ellos con los pies ni los agarre de la cola, e incluso que lleve de nuevo al agua en una toalla a los que aparezcan varados”.

el cambio de temperatura del agua los aproxima a la playa

··· El acercamiento de cada vez más tiburones a las costas se da de forma simultánea en la costa europea y americana, en altitudes en las que antes no ocurría, según explica a EL CORREO el biólogo del CEMMA, Alfredo López, que afirma que las causas aún no se conocen lo suficiente. Con todo, “suponemos que se debe al cambio en la temperatura del agua”.

··· De este modo, descarta otras hipótesis, como la de que haya aumentado el tamaño de la población de tiburones, “algo que se escuchaba porque se limitó la pesca de escualos cerca de las zonas de costa de unos años a esta parte”.

··· “Los ejemplares más pequeños siempre tuvieron un comportamiento similar, para poder escapar de los grandes, que son canívales y los comen, los pequeños se apartan y van a la costa a alimentarse; conforme crecen, vuelven a aguas oceánicas”, afirma López.

16 may 2022 / 00:00
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