Galicia no cree necesario restablecer el toque de queda con la incidencia actual

Inmersos en la temporada estival todo el mundo está pendiente de cómo evolucionará la situación en la comunidad gallega para saber si podrán disfrutar de su tiempo libre o tendrán que regresar a las restricciones y el confinamiento de hace unos meses. Dudas sobre la vuelta del toque de queda o un nuevo cierre del ocio nocturno planean sobre las cabezas de los gallegos.

Con todo, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, descartó este jueves tras la reunión del Consello de la Xunta cualquiera de los dos escenarios. “Creemos que podemos gestionar la pandemia sin necesidad de volver a cerrar el ocio de forma generalizada”, aseguró, añadiendo que “sin autorización judicial y con el vacío legal que tenemos ahora sería muy discutible volver a imponer un toque de queda a las 12”, medidas que consideró, además, “muy drástica”.

Así las cosas, anunció que lo que sí se hará desde ya es incrementar el control policial en zonas concretas. De hecho, este viernes habrá una nueva reunión del Gobierno gallego con las fuerzas de seguridad del Estado para tratar de organizar el dispositivo del fin de semana. Con todo, el precintado de parques, plazas y playas correrá a cargo de los ayuntamientos.

“Sabemos que hay dificultades en una pandemia para preservar la salud pública de la gente, pero no se pueden hacer botellones y en ciudades de 250.000 habitantes sabemos perfectamente cuáles son los diez o quince puntos donde se producen esos encuentro”, por lo que, “con un poco de esfuerzo (de los ayuntamientos) y el respaldo de la Policía Nacional a la Policía Local podemos tratar de blindar la salud pública de los gallegos”, aseguró Feijóo.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS “FATALES”. Y es que, en caso contrario, nuevas restricciones tendrían consecuencias fatales para la economía, tanto para “la imagen internacional del turismo sobre Galicia como para mantener que la comunidad es uno de los lugares más seguros de Europa”. Por tanto, “hay intereses sanitarios y económicos importantísimos”, incidió.

En concreto, ejemplificó que en el ayuntamiento de Santiago, donde ya están llegando en torno al medio millar de peregrinos diarios, “sería una pena tomar medidas en el ámbito de la hostelería solo porque no somos capaces de cumplir la ley”. Plantea que “no somos capaces de que el consumo de alcohol deje de producirse en las calles y, entonces, cerramos el consumo legal, que puede producirse en un establecimiento hostelero, esto es imposible explicárselo al sector”. En este sentido, el presidente gallego le dió toda la razón a las quejas de la hostelería sobre las actitudes vistas estos días.

PROPUESTAS DE OTRAS COMUNIDADES. En relación a las propuestas que hicieron otras comunidades autónomas, como fue el caso de la de Castilla y León, que apostaba por el cierre total del ocio y la imposición de un nuevo toque de queda, el titular de la Xunta indicó que “los colegas de Salud Pública de otros lugares hacen propuestas en relación a su situación”. “No creo que haya nadie que quiera sobreactuar ni poner limitaciones si no son imprescindibles”, dijo, por lo que apostó por seguir haciendo caso a las recomendaciones que parten del Comité Clínico.

Por lo pronto, reiteró su llamamiento a la responsabilidad de los más jóvenes, pidiendo disculpas por no tener vacunas suficientes para inmunizarlos. “Contagiarse y tener que guardar cuarentena implicaría destrozar su periodo de descanso”, reflexionó, valorando que “lo peor, por tanto, que le puede pasar a un joven es contagiarse”, porque, “aunque sea asintomático, tendrá que estar dos semanas sin ocio”. “No caigamos en la trampa de pensar que el ocio es el objetivo número uno”, demandó, finalmente.