Galicia se convertirá en campo de ensayo frente a una guerra aérea

Con la guerra de Ucrania en marcha se pone de manifiesto una cruel realidad: ningún país está libre de ser atacado por los delirios imperialistas de un mandatario o por la sed de ‘venganza’ de conflictos pasados. Por ello, tener un ejército preparado para hacer frente a los peores escenarios que se pudiesen presentar es fundamental para garantizar la seguridad de la población. Y, dentro del ejército, la unidad del aire es clave para ganar cualquier batalla.

Teniendo todo esto en cuenta, el entrenamiento de sus efectivos es necesario para lograr la coordinación e integración de todas las capacidades del Sistema de Defensa Aeroespacial nacional, algo que se logra a través de ejercicios, como una especie de ‘simulacros’ que exponen a todos los integrantes a situaciones de complejidad variable para garantizar una buena defensa.

Uno de estos escenarios, el ‘Eagle Eye’, será acogido por Galicia entre los próximos 21 y 25 de marzo. A través de él se han previsto una serie de incidencias simuladas que obliguen a ejecutar misiones aéreas defensivas, proporcionando adiestramiento adicional y la posibilidad de la integración de los medios terrestres, navales y aéreos asignados al Mando Operativo Aeroespacial, que es el responsable del planeamiento, conducción y seguimiento de las operaciones de vigilancia, control y seguridad aérea.

Al frente del mismo se encuentra el General Jefe del Mando Aéreo de Combate del Ejército del Aire, el Teniente General Francisco González-Espresati Amián, como comandante. Este mantiene una doble dependencia: operativa, del Jefe del Estado Mayor de Defensa, el Almirante General Teodoro E. López Calderón; y orgánica, del Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, el General del Aire Javier Salto Martínez-Avial.

Según avanzaron fuentes militares, los más de 2.000 efectivos que participarán en las maniobras realizarán un simulacro de ataque aéreo a la base EVA-10, situada en el monte Iroite, en la sierra del Barbanza.

VIGILANCIA ANTE INCURSIONES DE AERONAVES NO IDENTIFICADAS. Para lograr reforzar ese compromiso que tienen las Fuerzas Armadas con la seguridad de España, con su soberanía y con la defensa de sus intereses, el Mando Operativo Aeroespacial realiza una vigilancia permanente de las fronteras, de las aguas jurisdiccionales, del espacio aéreo nacional y del ciberespacio. Y en esta misión cuenta con varios medios a disposición durante sus operaciones, tanto terrestres como marítimos y aéreos.

Dentro de los medios terrestres, se encuentra la Unidad de Defensa de Artillería Antiaérea del Ejército de Tierra (GAAA I/74), con base en San Roque (Cádiz), encargada de complementar las capacidades del Mando Operativo Aeroespacial mediante la integración en el Sistema de Defensa Aéreo nacional.

A lo largo de la última semana de marzo se comprobará en diferentes puntos de la provincia de A Coruña su capacidad para desplazarse, desplegar, integrarse y contribuir al cumplimiento de los cometidos permanentes, ejecutando misiones de vigilancia aérea y defensivas ante supuestas incursiones y movimientos de aeronaves no identificadas.

Asimismo, dentro de los medios terrestres también se encuentran a disposición del Mando Operativo Aeroespacial el Radar AN-TPS 43, los misiles Mistral, los misiles NASAMS, el sistema 35/90 Skydor, los misiles HAWK, la Unidad de Transmisiones del MAAA y la compañía del batallón Zamora del Regimiento de Infantería 29. Todo ello sumaría un total de 400 efectivos.

LA FRAGATA ‘ALMIRANTE JUAN DE BORBÓN’ COMO ESCOLTA. Por la parte de la Armada, con unos 180 efectivos, dispone de la Fragata F102 ‘Almirante Juan de Borbón’, una ‘piedra de toque’ para la Armada y para la construcción naval española, que está entre los mejores buques de combate europeos.

Destacar que entre sus retos de futuro se encuentra el llevar a cabo operaciones de proyección sobre la costa, la gestión y prevención de crisis, la defensa en conflictos asimétricos o el proporcionar ayuda humantiaria, entre otros.

Con las recientes mejoras introducidas, se ha convertido en una de las mejores capacidades de defensa aérea existentes, ya que se puede dotar de capacidad de defensa contra misiles balísticos y también de ataque a tierra con misiles de crucero. Así, esta fragata se convierte en una escolta multipropósito para el Mando Operativo Aeroespacial.

GRUCEMAC, COVE Y ALA-15. Y ya en la parte de unidades permanentes del Sistema de Defensa y Vigilancia Aeroespacial se encuentra el Grupo Central de Mando y Control (Grucemac), que cuenta con equipos de radio tierra/aire que posibilitan las comunicaciones seguras entre los centros de control y las aeronaves para conducir las misiones aéreas; y de equipos que posibilitan a los grupos de mando y control su integración en redes de datos tácticos tanto en operaciones OTAN como nacionales.

También está el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), encargado de proporcionar servicios de apoyo espacial a las operaciones del resto de mandos permanentes, para garantizar la seguridad de los españoles contribuyendo a la protección de los servicios civiles y militares que hacen uso del espacio.

Y, por último, se encuentra el ALA 15, situada en la base aérea de Zaragoza, que contribuye mediante el servicio de alarma QRA con aviones EF-18 a la vigilancia y control de espacio aéreo. Entre todas las unidades se suman aproximadamente unos 1.560 efectivos.