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Bibiana Ríos, colombiana que reside en A Coruña, remarca la escasez de bienes básicos existente en su país, donde reina la brutalidad policial TEXTO Jorge Garnelo

Galicia siente el baile de Villa: un “jaque” al poder en Colombia

Dicen que “cada pueblo tiene el Gobierno que se merece”. Nunca una frase pudo ser tan injusta. Más aún cuando esta se traslada hasta países donde el pueblo reza por realzar la democracia. Menos si cabe siempre que se usa la represión para apagar el grito pacífico. Siguen calando los bailes del joven Lucas Villa tras su asesinato, mientras Iván Duque, entre espada y pared, agota las posibilidades y el tiempo de Colombia.

Las manifestaciones que llegan tras el Paro Nacional, como consecuencia del intento fallido de una reforma tributaria, han sido objeto de una violencia sin precedentes en la historia del país latino, donde al final se están cobrando en vidas los impuestos ahora inexistentes. La marcha, las imágenes que llegan al resto del mundo y la solidaridad internacional se han contagiado llegando incluso a Galicia, donde muchos colombianos también han dejado patente su descontento.

En medio de relevantes dimisiones, como la de su ministra de Relaciones Exteriores, Claudia Blum, quien este martes presentó su “irrevocable” renuncia al cargo, y antes (el 13 de mayo) su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, quien había planeado la subida de las contribuciones, detonante del panorama actual, la agresividad también se hace extensible entre determinados ciudadanos de la nación.

Algunos ante la impotencia que están viviendo. Un ejemplo son las llamas de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía de Popayán, quemada por ser el lugar en el cual varios policías habrían abusado sexualmente de una chica que participaba en la marcha.

“Toda mi familia está allí”, relata Bibiana Ríos, una colombiana que actualmente reside en A Coruña, mostrando su preocupación: “No quiero que terminemos como Venezuela”. La mujer, natural de Pereira, precisamente donde estudiaba Lucas Villa, el universitario asesinado a tiros en el viaducto de la ciudad, reconoce que sus familiares tienen dinero para comprar comida pero no hay dónde poder adquirirla.

“Hablaba con mi familia y me decían que no podían comprar carne porque tenían dinero para comprarla pero no hay”, cuenta asimismo, indicando que ahora “van a ir los productores de arroz también a la huelga”. Ríos, que tiene una tienda de alimentación en la urbe herculina, se planteó enviarles productos de primera necesidad, pero “no se puede”. No llegarían nunca.

Y ya no solo comida, además escasean otros bienes básicos, según comenta, reflejando que su hermana, quien también está allí, tiene coche y moto, pero “no tienen para gasolina, no pueden ir a comprar gasolina porque no hay”. “Con tantos recursos que hay, que no los podamos utilizar...”, lamenta.

AVISOS DE VIOLENCIA. “Mi familia es partidaria de la huelga, de hecho mi hermana fue a la huelga. Tenemos familia en la policía y lo que nos dijo es mira no vengan a la huelga que aquí no se mira contra quien vamos”, reconoce con este insólito testimonio: “Hay mucha gente herida, hay peligro de que disparen”.

“Somos partidarios pero no podemos ir a la huelga, ya nos advirtieron de que no podemos porque había mucho peligro”, añade Bibiana. En su localidad natal, dice, había gente manifestándose y salieron de un coche a disparar a quienes estaban protestando. Allí “hablan mucho de que quieren que Duque deje ya el Gobierno, pero que sigue ahí agarrándose, no se quiere ir”.

En este sentido, Ríos, admitiendo que no saben cuándo cesará toda esta pesadilla, apunta directamente sobre las grandes esferas del país, concretamente a la clase política: “Como siempre hay muchos gobernantes y todos son ladrones, hay mucha diferencia entre las clases, se nota bastante, porque ellos están mirando hacia los ricos y los pobres somos los que tenemos que sufrir”.

Respecto a la información que proporcionan los medios españoles sobre el caótico drama que se está viviendo en Colombia, subraya además que no se está dando la suficiente información. “Para poder enterarme de todo tengo que llamar a mi familia”, concluye: “Tengo que estar llamando para ver lo que está pasando, si tienen comida y todo, porque aquí hay muy poca información”.

LA CGT GALLEGA MUESTRA SU “SOLIDARIDADE”. Ante los acontecimientos que se vienen sucediendo en Colombia desde el pasado 28 de abril, desde la Confederación General del Trabajo (CGT) de Galicia han querido mostrar su “solidaridade” a su sociedad. Con ello, remarcan en un comunicado remitido a los medios de comunicación que “desde hai tres anos, cando Iván Duque asumiu a presidencia do país, se ten producido en Colombia o asasinato de máis de 1.000 militantes sociais”, entre defensores de los derechos humanos, guerrilleros desmovilizados, reclamantes de tierras y dirigentes sindicales: “Estas mortes sucédense mentres as investigacións da fiscalía non chegan a ningún lado”.

Así las cosas, añaden, la asociación “rexeita a brutal represión en Colombia e envía a súa solidariedade co pobo traballador colombiano neste gravísimo momento de sufrimento”, haciendo “un chamamento de solidaridade co pobo colombiano, que está defendendo nas rúas os seus dereitos e as arelas dunha sociedade máis xusta, convidando á poboación de Galicia a participar nos actos que se convoquen”.

16 may 2021 / 19:53
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