La gran sombra de Afganistán que eclipsa el futuro maliense
Malí vive con nervios un futuro cada vez más sombrío... Mientras las tropas francesas siguen su estrategia de repliegue, parece que un nuevo jugador ha comenzado a mover ficha en el país africano: escenario arrasado antaño por el yihadismo, que aún no cesa. Hasta Ségou, localidad ubicada en el centro de dicha nación, se desplazaron ya 400 mercenarios rusos. Entre los que van y los que vienen se sitúa España, que actualmente cuenta con casi 600 efectivos del Ejército de Tierra (de los que 350 pertenecen a la Brigada Galicia “VII”) desplegados en el mencionado territorio, donde la democracia también se oscurece. Al menos ahora.
Si bien Francia, por medio de su ministra de Defensa, ya dio un ultimátum a Malí para que cortase cualquier vínculo con los combatientes de la compañía Wagner, próxima al Kremlin, todo apunta a que los regidores malienses, englobados en la Junta militar originada tras el golpe de estado del pasado 24 de mayo (paradójicamente motivado por quebrantar la transición pactada tras el pronunciamiento llevado a cabo en agosto de 2020), son mucho más cercanos a mantenerse en el autoritarismo.
Lejos de ceder el poder y celebrar elecciones en febrero, como prometieron y como llevan insistiendo tanto Unión Europea (UE) como la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (Cedeao), su postura ha ido más allá y han empezado a relacionarse con los rusos, que evidentemente no tienen entre sus planes presionarlos para que haya comicios. Mientras tanto, desde el Viejo Continente, algunas voces se revelan a tolerar esta situación. Entre ellas la antedicha francesa, quizás por su implicación en un conflicto que lleva arrastrando desde 2013, cuando frenaron el incipiente avance del yihadismo: ahora más extendido si cabe que hace ocho años.
Asimismo, un grupo de 15 países, entre ellos Francia y también España, condenó este jueves el despliegue de los mercenarios rusos en Malí. Por lo que respecta a nuestro país, el Consejo de Ministros aprobó este martes un acuerdo por el que se prorroga hasta el 31 de diciembre de 2022 la participación de unidades y observadores militares en operaciones de paz fuera del territorio nacional. Por lo que se entiende que todos nuestros militares seguirán en el país africano tal y como estaba previsto.
“No ha cambiado para nada la situación de la Brigada”, confirmaron asimismo a El Correo Gallego fuentes de la Brilat, evidenciando que actualmente, “en el marco de la Unión Europea en la operación EUTM Mali XIX”, están “preparando con total normalidad (a las fuerzas malienses) y según lo establecido en el programa de instrucción que se ha diseñado”.
Destacando que por lo menos como unidad operativa no tienen todavía constancia de alguna hipotética medida o decisión a este respecto, y resaltando que en el caso de que acabasen optando por replegarse (como lo han hecho los franceses ya en Tombuctú, Tessalit o Kidal) ya cuentan con un protocolo de evacuación estructurado, como en todo este tipo de misiones, desde la Brilat reiteraron que “a nivel táctico” todo continúa igual y que está previsto que “el contingente EUTM Mali XX”, que dará el relevo al actual, se despliegue en mayo del cada vez más cercano 2022.
España, que no deja de estar preocupada por la irrupción de los mercenarios, parece no querer desligarse de Bamako (capital del país y cuna de los golpistas) para abrirle paso a Moscú, entre otros aspectos por cuestiones migratorias, pero lo cierto es que, de seguir así, Europa acabará reaccionando. Todo ello mientras algunos temen que la gran sombra que dejó el fracaso de Afganistán eclipse ahora el futuro maliense.