“La pandemia no ha frenado el tráfico de drogas ni la actividad criminal”
{Rotterdam} El criminólogo Alberto Areán Varela nació en Holanda, pero es hijo de emigrantes gallegos. Desde hace un año es el responsable del programa Global de Control de Contenedores de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en la Región del Caribe. Es brigada y prestó servicio en la Policía Judicial de la Guardia Civil en servicios especiales. Tiene sus orígenes en Lalín y Agolada. Vuelve a su tierra siempre que puede.
Usted estuvo muchos años en España. Ahora da el salto para hacerse cargo de esta Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. ¿Qué es lo que hacen?
El objetivo principal de la agencia es luchar contra la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Contamos con un amplio abanico de expertos en diferentes tipologías criminales para lograrlos.
¿Por qué se desarrolla este programa?
Está coordinado por la Organización Mundial de Aduanas y lleva funcionando desde 2004. Empezó con cuatro países y actualmente operamos en todo el mundo, con más de 60 países que forman parte del programa. En la zona de Latino América y Caribe colaboramos con más de 20. Las unidades tienen un enfoque multiagencial para poder abordar todo tipo de temática delicuencial. El fin último es fortalecer las estructuras de los Estados y de los puertos seleccionados, con el fin de minimizar la explotación de contenedores marítimos de tráfico ilícito y otras actividades de la delincuencia trasnacional. Además de equipamiento, facilita entrenamiento, que puede ir desde los controles aduaneros hasta uno altamente especializado en la lucha contra el crimen organizado.
Para la Oficina y para el Programa es fundamental contar con el apoyo económico de instituciones como la Comisión Europea. En el caso del Caribe, con la inestimable ayuda de la Oficina Internacional Antinarcóticos y Seguridad del Departamento de Estados Unidos.
Es muy de series y de películas pensar en el uso de contenedores por parte del crimen organizado para transportar todo tipo de mercancías. ¿Se corresponde con lo que sucede en la vida real?
La realidad siempre supera a la ficción. Aproximadamente el 90% del comercio mundial se realiza a través de contenedores marítimos. Son un objetivo muy importante para el crimen organizado. Usan estos medios para comerciar con productos ilícitos como drogas, precursores falsificados, armas, especies amenazadas de fauna y flora, alcohol, tabaco... Tratamos de asesorar y crear unidades aduaneras y policiales para frenarlo, y que los puertos sean zonas seguras. Es uno de los pilares fundamentales del programa.
¿Son un punto crítico de entrada?
Solo el 2% de todos los contenedores que se mueven por todo el mundo son inspeccionados físicamente. Hacerlo con todos colapsaría los puertos y tendría un impacto negativo en la economía. Las organizaciones criminales son conscientes de eso y lo aprovechan. Además de lo que ya he dicho, se han utilizado contenedores para delitos tan graves como el tráfico de personas, como lo que pasó en Essex (Reino Unido) hace dos años, donde aparecieron muertos en el interior 36 vietnamitas. Recientemente aparecieron seis migrantes muertos en Paraguay.
Para contrarrestar esto es fundamental realizar un importante trabajo de análisis bajo ciertos parámetros y contar con mejor inteligencia, con el fin de detectar y seleccionar los contenedores de alto riesgo. La cooperación internacional también resulta fundamental para estos fines.
¿Las organizaciones criminales cuentan con personal infiltrado en los puertos?
Teniendo en cuenta que el 50% de las incautaciones de drogas se realizan por el método de gancho ciego, es indudable que cuentan con personal tanto en los de origen como de destino.
¿En qué consiste este método?
Los grupos criminales hacen uso de la estructura y los medios de transporte marítimos de empresas legales sin su conocimiento. Cuando el contenedor está cargado, antes de subirlo al buque, introducen una cantidad importante de droga. Cuando llega al lugar de destino, antes de despacharlo, miembros de la misma organización sacan la droga y cambian el sello del contenedor por uno falsificado. Así no se puede detectar la utilización ilegal. Para poder hacer esta operación con éxito, las organizaciones criminales tienen que tener personal en ambos puertos.
El corazón de esta operación es el Caribe. Entiendo que es porque se trata de una zona cero en el tráfico de drogas. ¿Es uno de los puntos calientes?
La región del Caribe es, desde hace años, una plataforma muy importante de tránsito de grandes cantidades de cocaína desde los países productores, desde América Latina a Europa y América del Norte.
El año pasado, con el Programa Global de Contenedores en América Latina y el Caribe, se procedió a la incautación de 105 toneladas de cocaína y 907 toneladas de precursores de drogas. En Honduras hubo un caso muy significativo con una incautación de 642 toneladas de precursores químicos. En lo que llevamos de año se han incautado 88 toneladas de cocaína, 80 de precursores químicos, y 85 millones de cigarrillos de contrabando. También se hicieron aprehensiones de marihuana, armas y productos falsificados.
¿Cómo está siendo trabajar en este año y medio de pandemia?
Pues ha supuesto realizar mucho teletrabajo. Sin embargo, la pandemia no ha frenado la actividad criminal ni el tráfico de drogas, tal y como demuestran las incautaciones. Nos hemos sabido adaptar a estas circunstancias y pudimos seguir dando “guerra” a estos grupos criminales. En 2020 batimos récords de incautaciones, y este año vamos por el mismo camino. Haberse sabido adaptar rápido e innovar ha sido clave para tener éxito.
¿Se ha frenado o aumentado el tráfico de drogas?
El tráfico de drogas sigue siendo la principal actividad del crimen organizado, junto al tráfico de armas, el de personas y el de productos falsificados. La cantidad de dinero y beneficios que genera esta actividad es exorbitante. Son productos ilegales, demandados por la sociedad, y por lo tanto, siempre habrá personas que estén dispuestas a proveerlos.
Y durante este tiempo pandémico, ¿ha cambiado algo el tráfico? Quiero decir, ¿ha habido movimiento ilegal de materiales relacionados con la pandemia? Hablo de mascarillas, equipos de protección, respiradores...
Desde que comenzó esto hemos hecho numerosas aprehensiones de material relacionadas con el coronavirus. Por ejemplo, millón y medio de mascarillas y 60.000 test. Estos productos estaban falsificados o carecían de los certificados de seguridad correspondientes.
¿Qué hay de España y de sus puertos como puntos de entrada?
Actualmente los puertos más sensibles y donde se efectúan más incautaciones son el de Rotterdam y el de Amberes. Allí, en noviembre se realizó la mayor incautación de cocaína interceptada en un contenedor, fueron casi 11 toneladas.
Esto no quita que los puertos españoles no sigan siendo puertos de destino y tránsito de mucha cantidad de droga. Hace unos día se incautó un contenedor con 500 kilos de cocaína que iban de República Dominicana a Málaga. Seguimos muy pendientes del tránsito hacia Algeciras, Valencia, Barcelona y, en Galicia, Vigo y Marín.
¿Galicia sigue siendo un punto conflictivo?
Sigue habiendo actuaciones con regularidad contra el narcotráfico en los puertos de Vigo y Marín. Nosotros desde el programa seguimos muy pendientes de los contenedores que tienen como destino los puertos gallegos y seguimos colaborando estrechamente con las autoridades españolas.
¿Qué papel juegan los narcos gallegos hoy en día en el tráfico de drogas?
Los clanes gallegos siguen siendo unos aliados fiables para las organizaciones criminales asentadas al otro lado del charco. Se les considera serios en su actividad criminal. Mantienen cierto estatus y reputación criminal. Todavía tienen una preponderancia en la parte logística del narcotráfico. Es decir, en lo que se refiere al transporte de la mercancía. Siguen siendo los responsables de la introducción de mucha cocaína en Europa. Pero las fuerzas de seguridad los conocen bien.