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La policía completa el nuevo atestado sobre el crimen del garaje sin aportar avances sobre autores o inductores

El equipo de agentes de elite no logra pruebas concluyentes para imputar a los sospechosos de la muerte de Manuel Salgado // Un juez decidirá si mantiene abierto o cierra el caso

“No se hallaron pruebas concluyentes que permitan continuar la investigación sobre las personas sospechosas” y “todas las conclusiones conducen, prácticamente, al mismo lugar de las pesquisas ya realizadas” tras la muerte de Manuel Salgado Fernández, un hombre de Vigo que apareció asesinado en un garaje de la calle Rosalía de Castro en la ciudad olívica el 2 de abril de 2004. Es decir, “vuelven sobre lo mismo que ya había” en aquellos momentos y que solo permitió mantener retenidos un corto espacio de tiempo a los dos sospechosos.

Estas pueden ser las principales conclusiones del informe policial que un equipo de la Brigada Central de Homicidios de Madrid entregó al titular del juzgado de Instrucción número 4 de Vigo que a principios de este año ordenó reabrir el caso y realizar una investigación complementaria que pudiera hacer justicia antes de la prescripción del delito dentro de año y medio.

El grupo de especialistas que durante cuatro meses reconstruyó con minuciosidad el sumario abierto con los indicios que se encontraban en la comisaría o el juzgado, que volvió a interrogar a sospechosos o testigos y que, incluso, habló con algunas personas que podían aportar datos nuevos no consiguió avances significativos.

Mantienen, eso sí, las mismas líneas de los colegas que se ocuparon de este caso y que fueron consideradas insuficientes para inculpar a las personas que, a la vista de los hechos se habían beneficiado de su muerte. Había un hilo nuevo por el que ir tirando pero pronto se desmadejó al no conseguir que uno de los testigos, que la familia de Manuel Salgado consideraban como clave cambiara el sentido de sus declaraciones iniciales que permitieron a la pareja de sospechosos, la exmujer del fallecido y la que por entonces era su nueva pareja sentimental, contar con una sólida coartada.

Los nuevos métodos de investigación empleados estas pasadas semanas condujeron a los mismos lugares por los que transitaron los agentes de la brigada de homicidios de Vigo pero no pudieron aportar nuevas pruebas, según pudo saber este periódico en fuentes oficiales. El atestado ya está en poder del juzgado de Vigo y deberá ser ahora el juez quien decida si mantiene abierto el caso o, como parece lo más lógico decide volver a archivarlo.

“De confirmarse lo anterior el resultado de la nueva investigación es decepcionante”, manifestaron personas del entorno cercano a la familia de Manuel Salgado que mantienen la esperanza aunque cada vez ven más difícil que se pueda saber la verdad.

INVESTIGACIÓN MINUCIOSA. En este caso, a diferencia del de Déborah Fernández, otro de los asuntos sin resolver en el área de Vigo, no se registraron fallos ni hubo errores groseros. La autoría podría ser difícil de averiguar si era un crimen por encargo pero los inductores parecían bastante claros, por más que no se hallaran pruebas c ontundentes, aunque sí numerosos indicios, sobre lo ocurrido en la mañana de aquel día.

“El homicidio de Manuel Salgado requirió que los autores tuvieran conocimiento completo y exacto de los movimientos y horarios de la víctima, tanto por el lugar en que fue asesinado, como por la franja horaria en la que se produjo el hecho”. El atestado inicial que los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en Vigo fue tan claro como rotundo y la opinión de los especialistas llegados desde Madrid 18 años después coincide de pleno: a Manuel Salgado le asesinaron en el garaje donde guardaba su coche personas que conocían al dedillo sus rutinas. Aquel día alguien le estaba esperando, se acercó por detrás y le pegó a bocajarro dos tiros en la cabeza. A pesar de tratarse de un arma pequeña, las balas eran del calibre 22, la corta distancia desde donde lo hicieron lo mató en el acto. En el mismo lugar del crimen, tras descubrirse el cadáver, los agentes constataron que no era la primera vez que alguien lo intentaba; el encargado del local les entregó un casquillo idéntico que halló allí mismo dos días antes. Estaba percutido pero por alguna razón no llegó a dispararse.

EL CORREO GALLEGO ya publicó el pasado 22 de junio que el trabajo de los expertos policiales no avanzaba en la dirección deseada, al contrario, se estaban encontrando con muchas dificultades. “No será fácil”, señalaron fuentes próximas al caso en aquellos momentos antes de añadir un expresivo “están todos muy cerrados”, en relación a los interrogatorios llevados a cabo en los dos últimos meses entre los sospechosos y posibles testigos.

Ni los análisis realizados con nuevos métodos de investigación ni la completa revisión de los indicios que había en los atetados iniciales, que databan de 2004, ni las declaraciones de testigos y sospechosos parecen haber arrojado demasiada luz sobre la autoría y, especialmente, acerca de las dos únicas personas que fueron imputadas en su día pero quedaron libres por falta de pruebas.

¿EL PAPEL DE UN EXPRESIDARIO? En la mesa de rabajo de los nuevos investigadores aparecía, según fuentes conocedoras del caso, la figura de una persona que acaba de cumplir una larga condena y que podría tener información directa de lo que ocurrió aquel 2 de abril de 2004. Las esperanzas de los familiares de Manuel Salgado se centraban en que su declaración pudiera aportar elementos novedosos tras reabrise el caso pero, a falta de confirmación oficial una vez que se defina el juez que lleva este asunto, parece que esa vía no cuajó y que esa persona se ratificó en las declaraciones realizadas hace casi dos décadas.

Tenían la esperanza de que un cambio en su versión pudiera llevar a los agentes de la brigada Central de Homicidios hasta el sicario que realizó el crimen por encargo, según consta tanto en los iniciales atestados policiales como en el sumario judicial. Y es que en el crimen de Manuel Salgado no se barajan otras posibilidades más que la presencia de un asesino a sueldo, aunque sin descartar la presencia en el garaje de alguien muy conocido por el propio fallecido.

En ese sentido, conviene recordar que en las inmediaciones del lugar donde apareció el cadáver se encontraron huellas de un vehículo compatibles con un coche de alta gama propiedad de uno de los sospechosos que, según consta en el sumario al que tuvo acceso este periódico, fue minuciosamente registrado por la policía aunque llegaron demasiado tarde: el vehículo había sido minuciosamente limpiado antes de que llegaran los agentes, como reconoció la persona que realizó esa tarea que era empleado por aquellas fechas de la segunda persona sospechosa.

Curiosamente la orden de proceder a la limpieza del coche no le llegó directamente de ninguno de los dos sino que fue a través de otra persona que trabajaba con ellos. Por tanto en ese vehículo no pudieron hallarse pruebas de que hubiera estado en el lugar donde ocurrió ni nada relacionado con el crimen.

LAS ÚNICAS PERSONAS QUE SE BENEFICIARON DE ESA MUERTE. Como es público los dos sospechosos, la exmujer de Manuel Salgado y su pareja en 2004, fueron las personas que se beneficiaron con la muerte del empresario vigués que había fundado el conocido Colegio Lar de Vigo, lo encumbró hasta situarlo entre los mejores de Galicia y acabó perdiéndolo todo tras una separación traumática con su exesposa, quien se quedó al frente de la institución y de la importante cantidad de dinero que acumulara en los años previos. Además el fallecido había presentado varias denuncias por amenazas contra la nueva pareja de la mujer.

Pero aún había más, ella estaba pendiente de que Manuel Salgado validase la petición de indulto por una condena de dos años de cárcel que le impuso un juzgado por intromisión ilegítima tras haber contratado a un detective para espiarlo; éste investigador privado jugó un papel importante en este caso aunque tampoco pudo hallarse relación con la muerte.

Los agentes que revisaron ahora las circunstancias del llamado crimen del garaje, con nuevos métodos de investigación, no consiguieron tirar de ningún hilo en un atestado que, como ya se dijo, fue calificado de “decepcionante, si se confirma” por personas del entorno de la víctima.

18 sep 2022 / 21:58
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