La prohibición de abandonar España impedirá a Padín faenar estos meses

Las familias de los 21 fallecidos (12 desaparecidos) en el devastador siniestro que sacudió al ‘Villa de Pitanxo’ en aguas cercanas a Terranova (Canadá) festejaron ayer que el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno haya prohibido salir de España al patrón del buque gallego en el momento de la catástrofe, Juan Padín, después de declarar como imputado por su supuesta responsabilidad en el hundimiento del arrastrero congelador. A este respecto, las acusaciones particulares habían planteado que se le prohibiera faenar, tras los persistentes rumores que hacían pensar una posible vuelta del capitán a la mar internacional. No accedió a ello el juez explícitamente, aunque las medidas cautelares adoptadas –entre las que también se encuentra la retirada de su pasaporte– harán imposible que pueda volver a repetirse la tragedia, al menos durante estos meses, como temían los allegados de las víctimas.

El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 también –que también le impuso a Juan Padín la obligación de comparecer cada 15 días en sede judicial y permanecer localizado, notificando “cualquier cambio de domicilio que se produzca” y facilitando “un teléfono de contacto”– denegó así su entrada en prisión provisional –conforme solicitaba la Fiscalía y las acusaciones particulares– al no considerarlo adecuado por las circunstancias del caso.

“Atendiendo a las circunstancias personales del investigado, constando en la causa la existencia de arraigo suficiente, no apreciándose riesgo de fuga y siendo la prisión provisional una medida de carácter excepcional procede, por tanto, acordar una medida menos gravosa”, señala el propio Moreno al respecto.

LOS TRES SUPERVIVIENTES CORROBORAN DOS VERSIONES DISTINTAS. La declaración del patrón del ‘Villa de Pitanxo’ se produjo en una jornada en la que también tuvieron que comparecer los otros dos únicos marineros que podrían contar lo sucedido aquel 15 de febrero, hace casi cuatro meses. Lo hicieron en calidad de testigos y, como el capitán, volvieron a ratificar sus testimonios, pese a ser diferentes.

En esta línea, Eduardo Rial, el sobrino de Juan Padín, respaldó nuevamente su versión y la de su tío, que afirman que, tras dar la orden de abandonar el ‘Villa de Pitanxo’, el patrón arrió la balsa de estribor y encargó al primer oficial hacer lo mismo con la de babor.

Sobre ello, también se pronunció el capitán, que como ya hizo en su momento indicó que sobre las 04.00 horas de la madrugada el motor de la embarcación paró, lo que –dadas las condiciones climatológicas que predominaban– provocó el trágico naufragio.

En cuanto a por qué el resto de la tripulación no llevaba puesto el equipo de salvamento, el patrón del ‘Villa de Pitanxo’ dijo que era responsabilidad de cada uno ponérselo, si bien apostilló que la tripulación estaba en ‘shock’.

Por su parte, el tripulante ghanés, Samuel Kwesi, corroboró sus últimas declaraciones, que distan de las de Padín y Rial. De acuerdo con el africano, no hubo orden expresa de que se pusieran los trajes de supervivencia, algo que le llamó la atención porque ambos sí los llevaban.

Kwesi, que poco después de llegar a España dio una versión coincidente, en esta última –la que corroboró– también dijo que el motor no paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar como deberían, tensando pero no recogiendo y causando la escora.

Por este motivo, conforme indicó, gritaron a Padín que soltara los aparejos, pero éste se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor, agregó Kwesi sobre lo acontecido: un suceso que está siendo investigado después de que el juez viese diferentes “indicios” de 21 homicidios imprudentes.

FISCALÍA CREE QUE EL BARCO “CARECÍA DE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD” PARA VARIOS TRIPULANTES. Volviendo a los trajes de supervivencia, cabe destacar que el patrón del ‘Villa de Pitanxo’ dijo que eran 24, cuando hay un informe que contempla 22.

En este contexto, Juan Padín indicó que, llegado el momento crítico, dio orden de que toda la tripulación se pusiera la vestimenta salvavidas, al tiempo que dijo que habría suficientes para todas las personas que iban a bordo.

Este es un punto conflictivo por cuanto, según recoge el auto dictado este lunes por Moreno, en el expediente emitido por la Capitanía Marítima de Vigo consta que el número de personas para las que se había provisto dispositivos de salvamento era de 22.

Esto, a ojos del Ministerio Público, permite suponer que el pesquero gallego “carecía de las medidas de seguridad y salvamento” para los restantes tripulantes, algo que podría afectar a la Armadora.