“La relación asesor cliente se basa al 100 % en la confianza”

Acaba de ser nombrado nuevo delegado territorial para la demarcación de Galicia de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), ¿qué implica este cargo?

El objetivo de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) es la de cualquier asociación de profesionales, es decir, prestar apoyo y servicios a sus asociados, y también por supuesto aportar en materia de Derecho Tributario a la sociedad y las instituciones, dando nuestro punto de vista y criterio sobre temas de actualidad.. En concreto, nuestra asociación es muy activa en la formación continua de sus asociados, por vocación y porque una materia como el Derecho Tributario nos los exige, al ser tan cambiante y estar tan sujeto a interpretaciones administrativas y judiciales.

¿Con cuántos asociados cuenta esta organización en Galicia?

Actualmente, AEDAF cuenta con más de 3.300 asociados en toda España, siendo obviamente la Comunidad de Madrid y Cataluña las demarcaciones que cuentan con más asociados. La demarcación de Galicia cuenta con más de 120 asociados, y uno de los principales retos a los que me enfrento es aumentar esa cifra considerablemente.

¿Y su distribución territorial?

La Asociación está distribuida en 15 demarcaciones territoriales, que no coinciden necesariamente con las Comunidades Autónomas, ya que existen Comunidades Autónomas tan extensas que necesitan de dos Demarcaciones, y otras que se unen por mera cercanía geográfica. En Galicia contamos con asociados en las cuatro provincias, aunque es cierto que son A Coruña y Pontevedra las provincias que cuentan con más asociados en estos momentos.

¿Qué actividades desarrollan para mejorar la imagen del asesor fiscal?

AEDAF tiene como una de sus finalidades fortalecer y defender la imagen del asesor fiscal y la difusión de su importancia en la economía y la sociedad españolas, participando en la mayoría de los organismos y entidades nacionales e internacionales que representan y defienden los intereses de la profesión. Somos conscientes de la necesidad de un sistema tributario justo y el asesor fiscal es la pieza fundamental entre la Administración Tributaria y los ciudadanos, contribuyendo, de hecho, a fomentar la conciencia y responsabilidad fiscal ciudadana y a colaborar en el cumplimiento de las obligaciones tributarias de los contribuyentes. Así, AEDAF participa, de forma activa, en la mejora de nuestro sistema tributario, colaborando en la preparación y modificación de los textos legales en materia tributaria, siendo sus observaciones e informes un referente para la Administración.

Es socio del despacho compostelano AUSUM, asesores y abogados, ¿cuál es la especialidad estrella?

En el despacho nos especializamos en Derecho de la empresa, que abarca desde Derecho Tributario, Derecho Laboral, Derecho Mercantil, y también otras especialidades, todas relacionadas con el Derecho de la empresa. Queremos servir a las empresas de cualquier tamaño, como proveedor de servicios profesionales especializados, y que encuentren en nosotros un socio en su desarrollo como empresa.

Así, estamos orgullosos de poder ayudar a las empresas tanto en lo más fundamental del día a día, como son el procesamiento de la contabilidad y la elaboración de nóminas, como en lo más complejo, como pueden ser operaciones de reestructuración empresarial, planificación de la sucesión familiar, inspecciones de Hacienda y de trabajo, defensa de los contribuyentes ante los Tribunales, etc.

Trabajó en Cuatrecasas Gonsalves Pereira en Madrid, ¿qué le trajo a Galicia? ¿Qué diferencia hay en los bufetes según su tamaño?

A Galicia me trajo un proyecto vital y personal que era la formación de una familia con mi mujer, gallega y socia de AUSUM, y también el reto profesional de continuar y transformar la asesoría que había fundado mi suegro, José Luis Lorenzo, hace ahora más de 30 años.

Trabajar en un gran despacho internacional tiene cosas muy positivas, es un reto permanente, y creo que tanto a Alicia, mi mujer, que también trabajó en Madrid en grandes despachos, como a mí, nos ha aportado una visión sobre cómo hacer el trabajo de forma rigurosa y exigente que es muy importante hoy en día, porque el cliente cada día tiene más información y demanda más calidad en los servicios profesionales, y nosotros estamos preparados para ofrecérsela gracias, en parte, a ese paso por la exigencia máxima que te dan esos despachos.

Me preguntas por las diferencias, destacaría una que es la que yo más valoro: el trato cercano con el cliente. Aquí, en un despacho más pequeño, más local, la relación con el cliente es muy próxima, te conviertes casi en su confesor, y esa relación prácticamente familiar yo personalmente la aprecio mucho. Es algo que sin duda es difícil que pase en grandes despachos internacionales.

Su parcela, asesoramiento y planificación fiscal y legal, ¿cómo la definiría?

Se basa al 100% en la confianza, la relación asesor-cliente es muy especial por eso mismo. Yo, como asesor, tengo que tener toda la información del cliente, la buena y la mala, para poder prestar un asesoramiento correcto. Es importante estar alineado con los objetivos del cliente, y a partir de ahí buscar las opciones que mejor le convengan en cada momento, siempre con arreglo a la Ley, por supuesto.

¿Somos los gallegos poco o muy planificadores en materia fiscal?

Yo no soy gallego, soy andaluz, y tal vez por eso puedo apreciar más el carácter del gallego. Cuesta que confíe en ti, pero una vez lo hace, es cierto que se pone en tus manos de forma total. Eso es muy de agradecer a la hora de planificar y asesorar. En general, el gallego es un empresario al que le gusta mucho tener todo bajo control, pero a la vez es muy exigente porque no quiere perder las oportunidades que se le presenten, por lo que le gusta estar bien asesorado en todas las materias.

La percepción de la planificación fiscal, no solo en Galicia, sino en toda España, está cambiando mucho, porque cada vez tenemos más normas y criterios que aplicar, y ahora mismo sin una planificación adecuada se pueden cometer mil y un errores que podrían costar caros a cualquier empresa. Es por eso que cada vez es más necesario contar con un asesoramiento fiscal profesional y adecuado, y por eso los profesionales también necesitamos de asociaciones como AEDAF, que nos ayudan a estar permanentemente actualizados y formados.

¿Conocemos nuestras obligaciones?

Hoy día, creo que la respuesta es un sí rotundo. Obviamente el contribuyente medio no tiene por qué conocer detalles sobre criterios o funcionamiento de normas concretas, pero en términos generales, diría que sí conocen sus obligaciones, y son conscientes de que cualquier operación tiene una fiscalidad asociada que es conveniente preguntar primero.

Es una máxima de cualquier asesor, e insistimos mucho, hay que preguntar primero y planificar correctamente, porque una vez hechas las operaciones es posible que si hay algún error, sea muy difícil subsanarlo.

¿Nos asesoramos antes o lloramos después?

Creo que la respuesta es similar a la de la pregunta anterior, el cliente se preocupa cada vez más por asesorarse correctamente, lo cual es muy positivo. La Administración Tributaria ahora mismo cuenta con muchos medios para comprobar cualquier actuación, por lo que es clave estar seguros de cualquier movimiento antes de realizarlo.

¿Cumplimos de buen grado con nuestras obligaciones tributarias?

Bueno, es cierto que a nadie le gusta pagar impuestos, pero a todos nos gusta disfrutar de los servicios públicos que se pagan con ellos. En términos generales, creo que el contribuyente cumple sobradamente, siempre hay que buscar el optimizar fiscalmente todas la situaciones, dentro de la norma por supuesto, pero creo que sí, que cumplimos.

Tal vez sería deseable un mayor control y auditoría de en qué se usan los impuestos que pagamos, y a lo mejor también una explicación pública de dónde han ido esos impuestos, como ocurre en otros países. También soy defensor de que los niños, en los colegios deberían contar con una formación básica sobre Hacienda Pública, porque reforzaría desde la base cómo funcionan los impuestos y para qué sirven.

Estudió Económicas y Derecho, ¿por qué eligió esta especialización?

Mi padre es profesor de Derecho Tributario, por lo que mi idea de estudiar Derecho siempre estuvo bastante clara. Entendí que complementarlo con Económicas podría darle más valor a determinados conocimientos que se adquieren en Derecho. Y, finalmente, me decanté por el Derecho Tributario, que es una rama del Derecho que necesita de esos conocimientos “de números”.

También cursé un master de especialización en Derecho Tributario, porque al ser una materia tan extensa y cambiante, se hace muy necesario profundizar en la especialización.

¿Cuál es el mejor consejo que recibió? ¿Y de quién?

En lo profesional, en mi etapa en Madrid aprendí muchas cosas positivas, concretamente a intentar conseguir de cada trabajo, por pequeño que sea, la excelencia.