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El sector del viento, antes caso de éxito , lleva un trienio sin apenas instalar potencia y con moratoria para nuevos parques que se irá hasta el 30 de junio de 2023. TEXTO José Calviño

Laminados en Galicia 1.600 empleos por
el parón eólico

“Los datos confirman que estamos en situación de parada, porque apenas se construye nada nuevo, y sufriendo una moratoria única en toda Europa. Perdemos 1.600 empleos en el sector y a nadie le preocupa, mientras que en otras industrias a punto de perder cientos, todos los agentes sociales y políticos se mueven, incluido el Gobierno de España”. Así de tajante se mostraba este martes el presidente de la Asociación Eólica de Galicia (EGA), Manuel Pazo Paniagua, en la presentación del informe del impacto económico y social del sector eólico en Galicia 2020 en el hotel OCa Puerta del Camino en Santiago.

Una radiografía que “evidencia que estamos perdiendo la guerra de la independencia energética, de la inflación –con un sobrecoste del 11 % de los alimentos por culpa de los precios de la energía– y, por supuesto, de la emergencia climática. En definitiva, estamos retrocediendo ante todos los desafíos estratégicos que tiene Galicia: energías renovables, costes energéticos, empleo industrial de calidad y cambio climático”, explica la patronal del viento.

“Por eso no entendemos el rechazo de algunas plataformas y organizaciones, porque no se está construyendo nada desde hace un par de años, con un horizonte igual de yermo. Si el Día Mundial del Medio Ambiente –el pasado 5 junio– lo celebramos con una manifestación en contra de una energía renovable, verde, limpia y alternativa como la eólica, en el actual contexto de absoluta dependencia energética y precios por encima de 200 € el MW/h, nuestra perplejidad es aún mayor. Que, ese día, la única movilización en Galicia sea contra una energía renovable, es inaudito”, apuntaba Pazo.

En esta coyuntura, el líder de EGA demandó a los partidos políticos gallegos una planificación clara para que el sector pueda saber hasta qué punto Galicia apuesta por la energía eólica, pudiendo programar con criterio y seguridad jurídica sus inversiones. “Hace doce años todos los grupos parlamentarios aprobaron añadir 2.500 megavatios (MW) a los existentes, y hoy, ante una alerta energética y climática demoledora, se echan para atrás y se oponen”, advierte la entidad, que también apela a la responsabilidad de los representantes políticos y de la propia sociedad en busca de la mejor solución energética hasta 2030.

“Las energías renovables son la única solución. Es incuestionable. Y en Galicia la eólica está madura, porque disponemos de una tecnología avanzada y una experiencia acreditada de muchos años de implantación. Un país no se puede permitir el lujo de confrontar año a año la política energética y su correspondiente planificación. Menos todavía en la actual coyuntura”, dijo Pazo.

El estudio de Deloitte para EGA concluye que la eólica gallega fue un caso de éxito en los tres últimos decenios, mientras que en los últimos tres años (hasta el 2022) la potencia instalada ha sido casi nula. Y la Xunta decretó una moratoria de 18 meses para nuevos parques que se prolongará hasta el 30 de junio de 2023.

Este día 15 celebramos “el Día Mundial del Viento, nuestra principal efeméride”, y por ello EGA quiso aprovechar la fecha para presentar la actualización del estudio de impacto del sector y exigir una “planificación clara” y “seguridad jurídica” ante “una situación de parada” que hunde a la eólica gallega.

Cada aerogenerador evita ‘quemar’ 6.000.000 € al año

Santiago. Cada aerogenerador instalado en Galicia ahorra el equivalente anual a la importación de 6 millones de euros en gas o contribuye a generar 20 empleos. Si no se instalan se gasta más en energías contaminantes que vienen de fuera y esos puestos de trabajo no se generan. Por eso la Asociación Eólica de Galicia (EGA) reclama reducir a no más de dos años la tramitación administrativa de un parque nuevo –ahora va de cuatro a diez años– y a un año la repotenciación de los ya existentes. Porque, de no ser así, Galicia seguirá perdiendo fuelle –de ser la pionera y primera en el sector hoy es cuarta y bajando–, quedando fuera de los planes europeos en favor de las renovables y perdiendo riqueza y potencial de contribuir a cuidar el medio con una energía limpia.

El informe de EGA elaborado por Deloitte, que detalló a los periodistas su director, Enrique Doheijo, certifica que la parálisis en Galicia acentuada por la moratoria de 18 meses para nuevos parques –que se prolongará al 30 de junio de 2023– es el gran motivo de que se pierden unos 1.600 empleos derivados de la nueva construcción de parques.

Sin este extra, la actividad eólico en la comunidad generó para 5.436 profesionales. Además, el informe destaca que la eólica contribuye al PIB gallego “con 489 millones de euros, lo que supone el 0,84 % del PIB de Galicia”, sumado el impacto directo y el indirecto. Se incluyen los 106,4 millones de euros de tributación fiscal, de los cuales “42,2 millones de euros recalan en la Xunta y en los ayuntamientos gallegos”. Una cifra que cae en casi doce millones al no incluirse las tasas e impuestos por construcción de nuevas instalaciones. También están los once millones en rentas anuales a los propietarios de los terrenos donde hay parques. Alegan que los municipios eólicos perdieron un 26 % menos de población que el resto de los rurales.

La gallega es la comunidad donde la eólica más pesa en el PIB, más empleo genera, más contribuye el sector al fisco y más industria vinculada existe. Además, existe un “beneficio medioambiental” pues “no hay gases de efecto invernadero y se ahorran 5,2 millones de toneladas de CO2”, lo que supone un valor de 128 millones de euros según los costes de emisión. Además, se evita el consumo de 1,9 millones de toneladas equivalentes (teps), lo que implica que los 187 parques ayudan a ahorrar otros 255,2 millones.

15 jun 2022 / 00:00
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